La versatilidad de un maestro
La gran apuesta de Disney este verano es un nuevo título que aspira a ser franquicia
Ameno, divertido, bien filmado por un Jaume Collet-Serra que estrena género (hasta ahora vinculado al terror y la acción violenta junto a Liam Neeson).
Pero Jungle Cruise es cualquier cosa menos… original
Invierte con ingenio los papeles de la saga Indiana Jones, a la que homenajea continuamente. Pero aquí el hombre es el débil y la mujer la que lleva los pantalones: literalmente, a la protagonista la llaman Pantalones. Hablamos de los hermanos McGregor y Lily Houghton (esta última, extraordinaria Emily Blunt, actriz de moda este verano que también ha estrenado Un lugar tranquilo 2).
A ellos hay que sumar el «héroe» de la función, Frank, un Dwayne Johnson cada vez más convencido de que para triunfar hay que seguir los pasos de Schwarzenegger: en sus primeros films, acabar con todos a disparos y puñetazos; en los últimos… mejor reírse de ellos para ampliar la taquilla a toda la familia.
Para que no haya dudas de su falta de originalidad Jungle Cruise dedica toda la parte final a descubrir que no es más que una copia de la idea —y algunas escenas— de Piratas del Caribe. Literalmente.
Una vez más, estamos ante la adaptación de un juego de los parques de atracciones Disney, lo que delata la pobreza imaginativa de los productores y guionistas actuales, que solo apuestan por copias de copias o secuelas de productos exitosos en su momento.
Por si fuera poco, el esquema de los personajes (incluida la aventurera decidida), la resurrección de viejos fantasmas (en Sudamérica o Egipto) y el viaje humorístico por lugares exóticos, no pueden por menos que recordarnos a La momia (1999), de Stephen Sommers… y anotamos esta influencia porque también aparece en la banda sonora: Newton Howard homenajea en algunos momentos al Jerry Goldsmith de aquel film protagonizado por Brendan Fraser y Rachel Weisz.
En definitiva, un poco de aquí y otro poco de allá y ya tenemos nueva franquicia Disney.
Jungle Cruise Suite
Aquí, eso sí, Jaume Collet-Serra sabe cómo manejar ese origen del producto, incluso acentuándolo en una primera escena con Frank —el liante aventurero que recorre el río con su barca para turistas— que literalmente es un recorrido por una atracción de feria, llena de trampas y mentiras para los turistas.
Metacine puro que, en la hora inicial, provoca abundantes carcajadas por los ingeniosos diálogos, los chistes y las réplicas de los protagonistas.
Durante esa hora inicial, además de una gran comedia, Jungle Cruise es un inteligente remake de La reina de África, de John Huston, con dos intérpretes que encajan casi tan bien como Kathy Hepburn y Humphrey Bogart.
Lástima que en la segunda hora el film se vuelva más serio, menos divertido, y ceda el protagonismo a unos efectos especiales excelentes, pero nada novedosos: de hecho, parecen inspirados en Piratas del Caribe… como la propia trama del «regreso» de los conquistadores.
En todo este viaje, el trepidante ritmo depende no sólo del montaje, sino también en buena medida del brillante acompañamiento musical que proporciona James Newton Howard, un autor que ya es un clásico, con más de tres décadas de composiciones para el cine.
James Newton Howard
En el último año hemos podido comprobar cómo dos de las grandes asociaciones entre músico y director ya son historia: con Tenet, se confirma que Hans Zimmer ya no es el compositor de Christopher Nolan; mientras, Shyamalan continúa buscando —con Tiempo— un músico que pueda rellenar el hueco dejado por James Newton Howard tras catorce años trabajando juntos (desde 1999, con El sexto sentido, hasta 2013, con After Earth).
Por su parte, en el último año Newton Howard ha demostrado que se encuentra en plena forma, con tres títulos muy variados, dos de ellos producidos por Disney: Raya y el último dragón (fantasía), Noticias del gran mundo (western) y Jungle Cruise (acción y aventuras).
Hubiéramos podido elegir cualquiera de los tres títulos para hablar de la buena forma del autor y de la variedad de títulos que asume con notable solvencia. Un maestro que lleva camino de repetir «el currículum» de Alex North, que fue nominado en 16 ocasiones sin ganar el Oscar. Newton Howard sido nominado nueve veces… y sigue sin ganarlo.
Comenzó con comedias, cine sencillo, temas melódicos… hasta que le catapultó el éxito de Pretty woman (pese a que su música pasa desapercibida por la gran cantidad de canciones), lo que le permitió trabajar con Kenny G al saxo, acompañando de nuevo a Julia Roberts en Dying Young (Elegir un amor, 1991) o Barbra Streisand en El príncipe de las mareas (1991).
Su contacto con Disney se produjo con Dinosaurio (2000), una animación muy seria para la casa del ratoncito Mickey, que buscaba emular el éxito de Parque Jurásico con una animación fotorrealista que en su momento fue una gran novedad. Un festival de orquesta, percusiones, coros, instrumentaciones nativas y temas inolvidables. Para este cronista, aquella banda sonora espectacular sigue siendo mi favorita de Newton Howard.
Con Disney ha seguido trabajando estas dos décadas, con títulos tan atractivos como Atlantis: el reino perdido (2001), El planeta del tesoro (2002) o Maléfica (2014).
Nothing else matters
Newton Howard es un todoterreno, un clásico, pero no ha podido alcanzar el primer escalón entre los grandes compositores, ni a finales del siglo pasado ni a comienzos del presente: John Williams, Jerry Goldsmith, Ennio Morricone o incluso el último Elmer Bernstein siempre han estado un peldaño por delante.
Pero la desaparición progresiva de estos viejos maestros le ha otorgado a Howard un liderazgo basado en sus trabajos para Disney, para la saga El caballero oscuro de Christoher Nolan —donde colaboró con otro grande del momento: Hans Zimmer— y, sobre todo, su larga asociación con Shyamalan…
El sexto sentido supuso su encuentro con el director M. Night Shyamalan, en 1999, para el que trabajó en El protegido, Señales, El bosque, La joven del agua, Airbender: El último guerrero, El incidente y After Earth. El fracaso económico de este último film hizo que se separaran sus carreras y el director emprendió una nueva etapa, basada en pequeños films de bajo presupuesto con compositores distintos. De su colaboración destacan la búsqueda de sonoridades extrañas, que «acechan» al espectador, junto a ambientes oscuros y desasosegantes.
Su encuentro con Batman y Hans Zimmer ha dejado huella en la carrera de Newton Howard: Batman begins (2005) y The dark knight (2008). De hecho, sus films posteriores tienen en general una música más «oscura». Cada título es distinto, por supuesto, pero en general su filmografía es más difícil de escuchar en esta última década que en las anteriores.
Fue el músico favorito de Kevin Costner pese a que con John Barry ganó el Oscar con la partitura de Bailando con lobos (1991). Newton Howard colaboró con el actor-director en tres títulos de los 90: Wyatt Earp, Waterworld y Mensajero del futuro. En general, era una música ajustada a esos grandes espectáculos, sea en el oeste, en el mar o en un futuro distópico.
Sin alcanzar el reconocimiento de los grandes maestros de la banda sonora, Newton Howard sí ha sabido crear algunos temas principales de films —incluso sagas— que perduran en la mayoría de los aficionados, basta recordar Animales fantásticos y dónde encontrarlos (2016), la saga Los juegos del hambre (2012-2015), Batman begins (2005)… o ahora Jungle Cruise (2021)
De Williams al mickeymousing
Ya el primer corte del disco es una perfecta exposición de lo que nos espera: Jungle Cruise Suite recoge a lo largo de ocho minutos los principales temas que escuchamos en la película. Desde la marcha inicial a las piezas que describen la acción con un tono humorístico, pasando por los temas con aires sudamericanos, con instrumentaciones nativas, para finalizar con algún corte donde también la tensión existe.
No es la primera vez que Newton Howard utiliza este recurso en sus discos. En realidad, este tema se corresponde con los larguísimos títulos de crédito finales, donde el autor recoge fragmentos de casi toda la partitura en una suite que sirve para recordar el film y para presentar la banda sonora.
La partitura de Jungle Cruise es un festival para los oídos durante la película, por su perfecto acople con las imágenes, hasta el punto de que escenas como la pelea simulada con el tigre (Market chase) o la persecución del submarino por el río (Sub attack) casi parecen inspiradas en los clásicos dibujos animados y su típico acompañamiento musical ajustado a cada momento (lo que llamamos mickeymousing), una línea musical que recorre distintos momentos del film y de la banda sonora (Jungle Cruise, Nilo) y que si hubiera que sintetizar en un solo tema, lo mejor es ver y escuchar la divertida secuencia con Emily Blunt asaltando el archivo al inicio del film para conseguir la pieza clave del viaje (Breaking into the archives).
Pero si hay que hablar de una referencia en la película y en la banda sonora esa es sin duda la saga de Indiana Jones con las inolvidables fanfarrias de John Williams: una marcha recorre el film y la partitura: Suite, I built a boat, Absolutely exhausting…
Aunque, como ya hemos señalado, no solo Williams es su referencia, también Jerry Goldsmith está en el punto de mira en algunos momentos —sobre todo La momia—. Nada serio, pequeños detalles. Esta partitura es original… mucho más original que el propio film.
Aquí, sin caer nunca en la copia directa, Newton Howard se mueve en la misma línea musical que Williams —pensamos en Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, con el que comparte el protagonismo en Sudamerica—. Por momentos, parece parodiar aquella banda sonora, algo no tan extraño si tenemos en cuenta que también la mujer tiene aquí un papel preponderante: es el signo de los tiempos, hoy no tiene sentido aquella gritona de Indiana Jones y el templo maldito… por más que sea Kate Capshaw, la propia esposa de Spielberg.
The tree fight
La partitura es emotiva, divertida, embaucadora, terrorífica… gran variedad de temas y estilos para este viaje de Disney al mundo de sus propias aventuras en parques temáticos, con el éxito de Piratas del Caribe —también surgida de una atracción en Disneyworld— en el punto de mira.
Y nos sorprende con una relajada versión musical de un clásico del heavy, que aparece en la banda sonora en dos versiones: Nothing else matters, de Metallica, aunque también se insinúa el tema en otros momentos de la banda sonora (Breaking into the archives, Encantado).
En la película, este tema es el primero que escuchamos, durante el prólogo, cuando una voz en off nos narra la historia de los descubridores de las Lágrimas de Cristal, ese lugar perdido en el Amazonas donde existe un árbol milagroso. Es decir, es el tema asociado al objetivo que persiguen nuestros protagonistas con su viaje por el río.
De hecho, si tuviéramos que elegir el tema principal del film, además de la marcha que aparece aquí y allá como distintivo de la aventura, seguramente es esta versión instrumental, sin letra, del tema creado hace 30 años por Metallica y adaptado por Newton Howard. Ya desde el título (Nada más importa) apunta cuál es la mentalidad de la intrépida protagonista y de su acompañante.
No olvida Newton Howard la música tradicional, con aires sudamericanos, como refleja en A steamer to Brazil o en La Luna rota, dos de los temas más atractivos del film. En el primero de ellos combina los presuntos cantos de aves sudamericanas con distintas orquestaciones del tema principal de Jungle Cruise con instrumentos nativos.
I want you to rest now
El tema de amor entre Lily y Frank se insinúa en algunos momentos más relajados, con un aire romántico (como Trader Sam, Lily finds Frank o Lily snoops), pequeños «reposos del guerrero y la guerrera», aunque en esta atracción de feria que es el film, el descanso no dura más de un par de minutos… porque pronto nos podemos encontrar con el barco lanzado por unos rápidos o una catarata (The rapids) con la orquesta ilustrando el frenesí propio del momento.
Destacar también esa mezcla de relax y alegría que es el penúltimo tema del disco, I want you to rest now: una descripción perfecta del agotamiento inicial… y del preludio a nuevas aventuras, con la imprescindible marcha que fácilmente asociaciamos al film desde la primera vez que la escuchamos.
Quedan también los temas oscuros, esos que remiten por momentos al mundo que compartió con M. Night Shyamalan, aunque son solo unos cuantos compases (como Pental negotiations o The tree fight) que, tras la tensión inicial también incluyen pinceladas que recuerdan la alegría del viaje… no en vano estamos en un film para toda la familia.
Los créditos finales, con Absolute exhausting, repiten el tema principal (esa «marcha de Jungle Cruise») y concluye con un guiño sonoro… Lo dicho, Newton Howard apuesta por la continuidad de la saga. Material sonoro no le va a faltar como punto de partida.
Como síntesis de qué territorios transita la banda sonora, un buen ejemplo es el tema The tree fight: incluye unos cuernos que recuerdan la música de Bernard Herrmann para las películas fantásticas de Ray Harryhausen; luego el tema circula por cauces más violentos, con percusiones vibrantes; y finaliza con ese «tema de amor» con guitarra, que recuerda, una vez más, al Nothing else matters, lo que da una idea de cómo Newton Howard recuerda continuamente que, pase lo que pase, en la mente de los protagonistas solo hay un tema: encontrar su particular tesoro.
Escribe Mr. Kaplan
Más información sobre James Newton Howard y Jungle Cruise:
Filmografía completa
Jungle Cruise Suite
The tree fight
A steamer to Brazil
I want you to rest now
Nothing Else Matters (Jungle Cruise Version) [Partes 1 & 2]
A steamer to Brazil