Parece que, por fin, Kenneth Branagh ha rodado Misterio en Venecia. O lo que viene a ser lo mismo, el capítulo final de la trilogía sobre el detective Hércules Poirot a quien, como sabemos, él mismo se permite el lujo de interpretar.
Humor contextual; gran absurdo en medio de una época que exhibe la militarización en plena guerra fría. Wes Anderson sintoniza su cámara en lentos movimientos; paneos y travellings pretenden mostrar, tanto acciones en paralelo, como descripciones en medio de la desolación.
Una comedia que habla del capitalismo feroz y la diferencia de clases; tercera versión de una historia dirigida por Francis Veber en 1976 y Richard Donner en 1982.
Tercera entrega (dicen que última) de la saga, con un impecable Denzel Washington y la eficacia en la dirección de Antoine Fuqua... que se prepare la Mafia.