8ª Muestra de recuperación de películas de la Asociación de Amigos de la Filmoteca Española
Como en años anteriores, se ha celebrado la correspondiente Muestra de recuperación de películas de la AAFE (Asociación de Amigos de la Filmoteca Española), celebrada en Madrid, del 11 a 14 de octubre de 2011, en el cine Doré, sala de proyección de la Filmoteca Española, y en el Cine Estudio, del Círculo de Bellas Artes.
El acto incluyó la presentación de versiones restauradas de las películas Cabiria (Cabiria) de Giovanni Pastrone (Italia, 1914), Los últimos días de Pompeya (Gli ultimi giorni di Pompei) de Mario Caserini y Eleuterio Rodolfi (Italia, 1913), Tigre real (Tigre reale) de Giovanni Pastrone (Italia, 1916), Maciste (Maciste) de Vincenzo Dénizot y Luigi Romano Borgnetto (Italia, 1915), Maciste emperador (Maciste imperatore) de Guido Brignone (Italia, 1924), La guerra e il sogno di Momi de Segundo de Chomón (Italia, 1917), La paura degli aeromobili nemici de André Deed (Italia, 1915), La pecadora sin pecado (Gresnica bez greha) de Kosta Novakovic (Yugoslavia, 1930) y Creemos en Dios (Sa verom u boga) de Mihailo Al. Popovic (Yugoslavia, 1932).
Con este motivo la Asociación de Amigos de la Filmoteca Española ha editado un folleto, en donde se da información sobre las películas proyectadas en esta muestra.
Reproducimos el contenido de dicho folleto.
Sesión de apertura de “Sombras Recobradas 2011”
Martes 11 de octubre, cine Doré.
Presentación a cargo de Alberto Barbera, director del Museo Nazionale del Cinema.
CABIRIA, Italia, 1914
Dirigida por Giovanni Pastrone (Piero Fosco), producida por Itala Film (Turín) y fotografiada por Segundo de Chomón, Augusto Battagliotti, Giovanni Tomatis y Natale Chiusano. Escrita por el director, con rótulos de Gabriele D’Annunzio, a partir de Il romanzo delle fiamme, de Emilio Salgari. Con Lydia Quarante (Cabiria), Humberto Mozzato (Fulvio Axilla), Italia Almirante Manzini (Sofonisba) y Bartolomeo Pagano (Maciste).
Longitud: 3102 metros (169 minutos a 16 fotogramas por segundo).
Restauración del Museo Nazionale del Cinema, Turín, concluida en 2006.
Proyección con acompañamiento al piano de Stefano Maccagno.
Martes 11 de octubre y jueves 13 de octubre, Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes.
TIGRE REALE, Italia 1916
De Giovanni Pastrone (novela y guión de Giovanni Verga, producción de Itala Film y fotografía de Segundo de Chomón y Giovanni Tomatis). Con Pina Menichelli (condesa Natka), Alberto Nepoti (Giorgio La Ferlita) y Febo Mari (Dolski).
Longitud: 1600 metros (78 minutos a 16 fotogramas por segundo).
Restauración llevada a cabo por el Museo Nazionale del Cinema, Turín, en 1993.
Tigre reale, que cuenta las turbulencias amorosas de una mujer de la nobleza de nombre Natka, y Cabiria, que da naturaleza absolutamente espectacular a las películas históricas italianas de la época —el colosalismo que aquí, por ejemplo, aúna los movimientos camarográficos y demás innovaciones de Chomón, el no escatimar extras, la erupción del Etna, la revelación del hercúleo Maciste/Bartolomeo Pagano y restantes elementos peplumescos— (ambos títulos son muestra además de la estelaridad de las divas tan característica entonces en el séptimo arte de la apenínica nación, con Menichelli en Tigre reale y Lydia Quaranta y la Almirante Manzini en Cabiria), traen a Sombras Recobradas a Giovanni Pastrone (Montechiaro de Asti, 1883 – Turín, 1959), cineasta que, si bien con una carrera no demasiado prolongada en el tiempo que prácticamente finalizó a principios de los años veinte (hizo un retorno para remontar y sonorizar Cabiria en una versión que se estrenó en 1931), siempre deberemos recordar, sobre todo, como enorme cerebro de la producción y la realización en la imprescindible Itala Film.
Martes 11 de octubre y miércoles 12 de octubre, Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes.
MACISTE, Italia, 1915
Dirigida por Vincenzo (Vincent C.) Dénizot y Romano Luigi Borgnetto. Producción de Itala Film, protagonizada por Bartolomeo Pagano (Maciste), Clementina Gay (la muchacha), Felice Minotti (Pietro) y Amelia Chellini (condesa).
Longitud: 1377 metros (67 minutos a 18 fotogramas por segundo).
Copia presentada por el Museo Nazionale del Cinema. Turín, restaurada en 2006 por él y la Cineteca de Bolonia.
Martes 11 de octubre y miércoles 12 de octubre, Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes.
MACISTE IMPERATORE, Italia, 1924
Producción de Fert-Pittaluga, dirigida por Guido Brignone. Interpretada por Bartolomeo Pagano (Maciste), Domenico Gambino (Saetta), Armand Pouget (Stanos) y Elena Sangro (Cinzia).
Longitud: 1710 metros (83 minutos a 18 fotogramas por segundo).
Restauración de 2007 realizada por el Museo Nazionale del Cinema, Turín, y la Cineteca del Comune, Bolonia.
Maciste, personaje cinematográfico de cierto origen mitológico, perteneció, dentro del siglo pasado, antes a los silentes años diez y veinte que a los ultracoloridos sesenta, que lo repescaron y resucitaron para deleite de quienes, en las salas de barrio en especial, con él disfrutaban.
Debuta en 1914 en la Cabiria de Pastrone y en las décadas mudas fue encarnado por Bartolomeo Pagano (1878-1947), un estibador de Génova, analfabeto o casi analfabeto, que alcanzó notabilísima fama gracias a meterse, con su robusta complexión, en el pellejo de este valeroso forzudo. Inmediatamente después de Cabiria, Maciste/Bartolomeo Pagano se independiza (desde el mismo título del filme) en la peripecia suya de 1915 que vamos a ver en Sombras Recobradas, y en Maciste imperatore llevaba ya unas dos decenas de películas a las espaldas.
La realizó Guido Brignone (Milán, 1897 – Roma, 1959), profesional todoterreno y de solicitada competencia, con una trayectoria de cuarenta años y tocadora de los más variados y populares géneros.
Miércoles 12 de octubre y jueves 13 de octubre, Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes.
LA GUERRA E IL SOGNO DI MOMI, Italia, 1917
Dirigida por Segundo de Chomón. Producción de Itala Film, con Guido Petrungaro (Momi), Alberto Nepoti (su padre), Valentina Frascaroli (su madre) y Enrico Gemelli (su abuelo).
Longitud: 762 metros (42 minutos a 16 fotogramas por segundo).
Copia restaurada en 1991 por el Museo Nazionale del Cinema, Turín.
Poco cabe que nosotros añadamos (remitimos, por supuesto, al excelente estudio Los 500 filmes de Segundo de Chomón, del gran experto chomoniano y fallecido socio fundador de la AAFE Juan Gabriel Tharrats, editado por le Universidad de Zaragoza en 1988) a las doctas palabras hasta ahora vertidas, oralmente o por escrito, para tratar la inagotable figura de Segundo de Chomón (además, en la medida en que avancen las investigaciones historiográficas y en tanto se restauren películas suyas o se descubran y recuperen otras que se consideraban perdidas, las aportaciones de los especialistas acerca de tan principal cineasta continuarán sin duda creciendo).
Segundo de Chomón (Teruel, 1871 – París, 1929), seguramente la hispana gloria fílmica más importante en la etapa de los balbuceos del lenguaje cinematográfico y de la subsiguiente consolidación del mismo, inventó una serie de trucos que despertaron el interés de Pathé para hacer la competencia a su rival en el terreno del ilusionismo en celuloide, Méliès.
Su condición de precursor queda patente en el coloreado con plantillas de estarcir (1902) y en la toma de imágenes una a una, con efecto de animación de objetos inertes, en El hotel eléctrico (1905). Insistió en la fantasía en Les têtes fantastiques (1909), Le voyage sur Jupiter (1909), Voyage au centre de la Terre (1910), Pulgarcito (1911), esta (codirigida con Giovanni Pastrone) La guerra y el sueño de Momi (asunto: el padre de Momi ha marchado a la guerra y en el sueño del durmiente chiquillo los soldaditos de plomo de sus juegos emprenden una fenomenal batalla) y en bastantes películas más. Filmó, a instancias de Pathé (aunque él las coproducía con Joan Fuster), temas y formas narrativas de lo español como la zarzuela y el sainete (ejemplos: Carceleras o el arnichiano El pobre Valbuena, ambas de 1910). Trabajó en particular en Francia de 1906 a 1909, y en 1912 se trasladó a Italia, donde se dedicó a la labor fotográfica, en la que volcó la infinita inventiva y sabiduría técnica que le caracterizaba.
Miércoles 12 de octubre y jueves 13 de octubre, Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes.
LA PAURA DEGLI AEROMOBILI NEMICI, Italia, 1915
(También conocida como Cretinetti e la paura degli aeromobili nemici)
Dirigida por André Deed. Producción de Itala Film, con André Deed (Cretinetti [en España, igual que los rebautizos de distribución que tuvo en diferentes países, se le puso el nombre de Toribio al personaje de Cretinetti]), Léonie Laporte, Felice Minotti y Domenico Gambino.
Longitud: 319 metros (16 minutos a 18 fotogramas por segundo).
Restauración de 2005 a cargo del Museo Nazionale del Cinema, Turín, y la Cineteca del Comune, Bolonia.
El hoy algo olvidado cómico francés André Deed, de excéntrico, descacharrante y hasta destructivo humor, nacido Henri André Augustin Chapais en Le Havre en 1879 y fallecido en París en 1940, se inició, a principios del siglo veinte, como acróbata, cantante y actor en el vodevil y el cabaré (incluido el Follies Bergère), y luego en cintas burlescas en Pathé (ahí explotó su personaje de Boireau).
Hay en su carrera bastantes puntos de contacto con la de Max Linder, al que superó en celebridad en determinados momentos. La Itala Film lo invitó a Italia en 1909, donde, en total (en los dos períodos italianos que tuvo), hizo cerca de setenta películas del patoso e inefable Cretinetti, algunas dirigidas por él. Volvió a Pathé y Boireau en 1911, y a Italia, la Itala y Cretinetti, en 1915.
Después de la Primera Guerra Mundial sus apariciones en la pantalla fueron más esporádicas, la última en 1939, un año antes de morir.
Jueves 13 de octubre, Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes.
GRESNICA BEZ GREHA, Yugoslavia, 1930
La pecadora sin pecado, dirigida, producida, escrita y fotografiada por Kosta Novakovic, con Sonja Stanisavljevic, Persa Pavloviv y Zanka Stokic.
Duración: 54 minutos (a 24 fotogramas por segundo)
Restauración presentada por la Jugoslovenska Kinoteka (Belgrado) en Pordenone, en 2003.
Filme prestigioso y exitoso cuando se estrenó (aunque le resultó difícil amortizarse), relata semidocumentalmente la historia de una joven que deja el pueblo y a su prometido y se marcha a estudiar a Belgrado, donde cae en las garras de un ladrón que se hace pasar por rico aristócrata; consigue zafarse de él e intenta suicidarse, perdonándola el novio al final.
Kosta Novakovic (Cacak, 1885 – Belgrado, 1953) fue entre las Guerras Mundiales uno de los pioneros creativos e industriales del cine de Serbia. Licenciado en farmacia y propietario de una botica, en 1925 cambia esa vocación por la del cinematógrafo. Monta la Novakovic Film y poco después estudio y laboratorio propios. En 1928 arrienda cuatro salas belgradenses, donde distribuirá películas extrajeras. De 1929 a 1941 produce una larga lista de documentales y films por encargo, dirigidos por él o empleados suyos.
En 1926 inicia el Novakovic Journal, hoy fundamental archivo de imágenes. Hace en 1927 su primera ficción, un corto burlesco, El rey del charlestón. Los problemas económicos de La pecadora sin pecado provocaron que se circunscribiera a los proyectos auspiciados desde fuera de su empresa, y en 1939, de cara al 550 aniversario de la batalla de Kósovo y por encargo del comité de los actos en recuerdo de la misma, se embarcó en una producción conmemorativa inconclusa, de la cual se conservan dos secuencias de ficción y otra documental.
Novakovic no trabajó durante la Guerra Mundial, y tras la liberación de Belgrado (octubre del 44), impartió clases en el primer curso de operadores del Ejército de Liberación Yugoslavo. Luego, y durante dos años, ejerció de operador jefe en el Departamento de Foto y Cine de la Facultad de Medicina de Belgrado.
Jueves 13, Cine Estudio del Circulo de Bellas Artes.
SA VEROM U BOGA, Yugoslavia, 1932
Creemos en Dios, de Mihailo Al. Popovic, con Liubisha Iungovic-Kosmaiats, Desa Ianoilic y Mita Nikolic.
Duración: 41 minutos (a 24 fotogramas por segundo).
Película restaurada por la Jugoslovenska Kinoteka en 1988, con la colaboración del director Mihailo Al. Popovic.
Mihailo Popovic (1908-1990), que nos acerca en esta película a un campesino serbio que vuelve inválido del primer conflicto armado mundial, se graduó en una escuela de negocios de su natal Belgrado y en 1930 cofunda el Cine-Club Yugoslavo. Con Miodrag “Mika” Djordjevic, un compañero de estudios que ya dominaba la cámara, aprendió a utilizarla, y ayudó al amigo en Belje (documental, 1930).
A continuación interviene detrás y (en el rol de soldado austríaco) delante del objetivo, en la perdida película bélica Kroz buru i oganj (A través de la tormenta y el fuego), de Jovanovic e Ignjacevic. Probablemente bajo cierta inspiración naturalista soviética (ejemplo: El camino de la vida, de Nikolai Ekk, 1931 [vista en Sombras Recobradas en 2007]), y adaptando la novela La casa abandonada, de Branislav Nusic, rueda Creemos en Dios en diez días de 1932, con la productora MAP (MAP: las iniciales suyas), propia y montada ad hoc, que quebró, igual que el resto de la industria autóctona, por dificultades con la ley que protegía la cinematografía yugoslava.
Popovic se convirtió entonces en servicial realizador en las escasas compañías que habían sobrevivido (participó en los noticiarios de la Novakovic Film y otros similares). Después de la guerra, alcanzó gran reputación en el oficio de operador, en documentales y ficción.
Sesión de clausura: 14 de octubre 2011, cine Doré.
GLI ULTIMI GIORNI DI POMPEI
Dirigida por Eleuterio Rodolfi, producida por la Società Anonima Ambrosio (Turín) e interpretada por Fernanda Negri-Pouget (Nidia), Eugenia Tettoni Florio (Jone), Ubaldo Stefani (Glauco) y Vitale De Stefano (Claudio).
Longitud: 1930 metros (106 minutos a 16 fotogramas por segundo).
Restauración realizada en 2006 por el Museo Nazionale del Cinema, Turín, y la Cineteca del Comune, Bolinia.
Proyección con acompañamiento a la guitarra de Luis Felipe Gutiérrez.
Los últimos días de Pompeya (The Last Days of Pompeii), novela del autor británico del romanticismo Edward George Bulwer-Lytton (1803-1973) (que se sirve para la trama del hecho real de la erupción vesubiana del año 79 después de Cristo), ha constituido el soporte argumental, en mayor o menor grado y más o menos reconocido, de las varias homónimas o casi homónimas obras (no todas italianas) que la gran y la pequeña pantalla (hay una teleserie de 1984) han dado a lo largo de la historia.
Arturo Ambrosio (Turín, 1869-Roma, 1960), el productor de esta Los últimos días de Pompeya, un equivalente itálico (se inició abriendo en 1902 la primera de las varias tiendas de material fotográfico que poseyó y enseguida saltaría a los fotogramas en movimiento) a Charle Pathé o a los magnates hollywoodenses pioneros (la casa Ambrosio, la igualmente turinesa Itala y la Cines de Roma eran las productoras puntales en los años diez del siglo pasado en el país en el que luego eclosionaría el Neorrealismo), ya confió una anterior versión de Los últimos días de Pompeya a Luigi Maggi en 1908.
Tal era su inquietud e ímpetu comercial: produjo Nerone (Luigi Maggi, 1909), La regina di Ninive (Luigi Maggi, 1910), Lo schiavo di Cartagine (Luigi Maggi y Roberto Omegna, 1911), La figlia di Jorio (Edoardo Bencivenga, 1911) y otras obras semejantes en ambición y contenido histórico, pseudohistórico o legendario. Los decorados de las películas suyas cada vez iban creciendo más en tamaño y no regateaba en atrezo, vestuario y accesorios.
Fichó a literatos (a D’Annunzio, del que se adaptaron siete de sus libros, y al poeta Guido Gozzano) y contrató a los mejores y más acreditados actores teatrales: Ermete Novelli, Armando Falconi, la diva Eleanora Duse, etcétera. En 1919 surgen dificultades, la edad de oro se apaga, y en 1923 se derrumba el trust Union Cinematografica Italiana (verdadero empuje del cine nacional tras la Gran Guerra), y a causa de esa quiebra financiera, la Società Ambrosio echa el cierre. De 1939 a 1943 trabajó de director de producción en la Scalera Film.
Publicaciones de la Filmoteca Española
Por su parte la Filmoteca Española ha publicado dos hojas de sala para las dos películas que se han proyectado en el cine Doré, Cabiria y Los últimos días de Pompeya.
Reproducimos ambas hojas.
CABIRIA (Cabiria, Giovanni Pastrone, 1914)
Dirección: Giovanni Pastrone. Argumento y guión: Giovanni Pastrone. Producción: Itala Film. Rótulos y nombres de los personajes: Gabriele D’Annunzio. Fotografía: Augusto Battagliotti, Natale Chiusano, Segundo de Chomón, Vincent Dénizot, Carlo Franzeri, Giovanni Tomatis. Escenografía: Romano Luigi Borgnetto, Camillo Innocenti. Efectos especiales: Segundo de Chomón.
Intérpretes: Lydia Quaranta (Cabiria, más tarde Elisa), Marcellina Bianco (Cabiria niña), Teresa Marangoni (Croesa, la nodriza), Dante Testa (Karthalo, sacerdote de Moloch), Umberto Mozzato (Fulvio Axila), Bartolomeo Pagano (Maciste), Raffaele Di Napoli (Bodastoret), Edouard Davesnes (Asdrúbal, Aníbal), Italia Almirante Manzini (Sofonisbe), Vitale De Stefano (Masinisa), Alexandre Bernard (Sifax), Enrico Gemelli (Arquímedes), Didaco Chellini (Escipión).
Longitud original: 3364 metros.
Datos de la restauración (de la versión de 1914): 35 mm, copia de seguridad de poliéster, 3102 metros, 169 minutos (a 16 fotogramas por segundo), rótulos en italiano, color (procedimiento de color: Desmetcolor). Estrenada en el Teatro Regio, Turín, en 2006.
Sinopsis
Durante una devastadora erupción del Etna, la pequeña Cabiria, hija del rico patricio Batto, es dada por desaparecida, pero en realidad ha logrado escapar de la catástrofe junto a su nodriza Croesa: raptadas por piratas son vendidas como esclavas en el mercado de Cartago, donde Cabiria es adquirida por el sacerdote Karthalo para ser sacrificada al dios Moloch, aunque la intervención del romano Fulvio Axila, con la ayuda de su gigantesco esclavo Maciste, logra ponerla a salvo.
Entretanto, grandes acontecimientos se están gestando: Aníbal se prepara para atravesar los Alpes y bajar hasta Roma. En su fuga, Fulvio Axila, Maciste y Cabiria son traicionados, y mientras Axila logra evitar la captura, Maciste es hecho prisionero, mas no sin antes confiar la niña a Sofonisbe, hija del general Asdrúbal. Con la destrucción de la flota romana en Siracusa por medio de los espejos ustorios (incendiarios) de Arquímedes, la guerra entre Roma y Cartago entra en una fase sin salida.
Pasados diez años, el padre de Sofonisbe tiene la intención de desposarla con Sifax, rey de Cirta (dado que ambos son aliados en la guerra que se prepara contra Roma), pero ella ama al rey de Numidia Oriental Masinisa, aliado de los romanos. Cabiria, ya crecida y convertida en sierva de Sofonisbe, concita la morbosa atención de Karthalo y es nuevamente rescatada por Maciste. Al mismo tiempo Escipión el Africano ha levantado las armas contra Cartago y ha derrotado a Sifax, y Masinisa entra victoriosamente en Cirta (Numidia Occidental), yendo a la búsqueda de Sofonisbe, pero ella, no habiendo querido verse hecha prisionera de guerra, se ha dado muerte envenenándose. Fulvio Axila encuentra a Cabiria y vuelve con ella a Roma, mientras la caída de Cartago resulta ya inevitable.
La restauración de Cabiria
Restauración realizada por el Museo Nazionale del Cinema de Turín. La película había sido objeto de intervenciones de conservación y restauración (en particular en 1977 y en 1995), pero el descubrimiento de nuevos documentos, adquiridos en la región de Piamonte y conservados en depósito en el archivo del Museo Nazionale del Cinema, permitió arrojar luz sobre cuestiones lingüísticas previamente irresueltas, incluyendo la clarificación de ciertos detalles interesantes acerca de la forma de trabajar en el plató.
Fue especialmente posible determinar el material rodado por Pastrone a la vista de la versión sonorizada de 1931, y se propuso en consecuencia una restauración paralela de ambas versiones.
Las fuentes primarias de la restauración de la versión italiana de 1914 fueron la copia de nitrato positiva coloreada de la versión de 1931 donada por Pastrone al Museo Nazionale del Cinema y un copia de seguridad tirada en los años sesenta a partir del negativo original de 1914, asimismo conservada por el Museo Nazionale del Cinema; también se ha hecho uso de copias guardadas en el MOMA de Nueva York, el Gosfilmofond de Moscú y la Filmoteca Española de Madrid.
Una labor de confrontación entre las copias, el análisis de la película y el cotejo de los apuntes de la partitura permitieron diferenciar las secuencias rodadas después de 1926 para la versión de 1931, alrededor de 150 metros añadidos a la escena del sacrificio en el templo de Moloch, una secuencia de hecho mucho más breve en la versión más antigua.
Con toda probabilidad la Sinfonía del fuego, de Ildebrando Pizzetti, no se ejecutó en 1914 acompañando a la escena con la que siempre se creyó que iba, sino en realidad al principio de la película. En la nueva restauración, con respecto a la reconstrucción de 1995, las escenas rodadas para la versión sonorizada han quedado eliminadas, a la par que se han añadido unos 100 metros de la copia española, solo ahora disponibles. La disparidad en la calidad de los materiales supuso diversos problemas de tiraje en el laboratorio, resueltos mediante técnicas adaptadas a las correspondientes necesidades de esos materiales de partida.
Para los colores de la versión de 1914 se tomaron muestras de color datadas en 1919, que, en ausencia de copia con color, se consideraron las fuentes más próximas a las originales. La reconstrucción de los rótulos italianos se baso en la copia española conservada en Madrid, en un remontaje realizado por Pastrone en 1919 y en el riquísimo material de trabajo con el que cuenta el Museo Nazionale del Cinema; el visado de censura de 1924, la hoja de montaje perteneciente a una edición intermedia de la película (fechada quizá en 1921), los rótulos en placas y las muestras de color confirmaron en detalle todo lo revelado por las fuentes fílmicas, incluida la modificación de los tiempos de la secuencia del sacrificio ambientada en el templo de Moloch.
La fuente inicial de la versión sonorizada de Cabiria es la copia de nitrato teñida y virada donada por Pastrone al Museo. Además de rodar alguna escena a propósito para el nuevo montaje con el fin de trasladar la interpretación de la Sinfonia del fuoco de Pizzetti a la secuencia del templo de Moloch, en 1931 Pastrone decidió acostar la mayor parte de las escenas y variar la velocidad de proyección de 16 a 20 imágenes por segundo.
La banda sonora fue incorporada con discos Bixiophone, hoy conservados en el Mueso y en proceso de restauración a causa de las pésimas condiciones de conservación, que seguramente perjudicaron la calidad del sonido. La comparación entre imágenes y acompañamiento sonoro corroboró que la versión restaurada está prácticamente completa; fue posible distinguir con precisión las pequeñas lagunas gracias a un sistema de marcado de la unión imagen y sonido ideado por Pastrone para no perder la sincronía con la banda sonora.
Las fuentes para la reconstrucción de las coloraciones fueron la copia de nitrato y las pruebas de color de la edición de 1931. Las cartelas originales con el título y los créditos de la versión de 1931, que habían sido retiradas de la copia, fueron localizadas y reinsertadas.
De ambas copias restauradas se obtuvo un contratipo negativo con varias técnicas de procesado en el laboratorio, y ello con arreglo a los requerimientos de los materiales de partida, comprendidas aquí también las técnicas de restauración digital. Fueron tiradas después copias positivas de las versiones inglesa e italiana, coloreadas por el procedimiento Desmet.
Las restauraciones fueron obra de Joao S. De Oliveira, con la colaboración de Silvio Alovisio (Biblioteca del Museo Nazionale del Cinema) e Ivano Bellino (Cineteca del Museo Nazionale del Cinema). En el proyecto, coordinado por Donata Pesenti Compagnoni (conservadora), colaboraron Roberta Basano (Fototeca), Carla Ceresa (Archivo), Marco Grifo (Biblioteca) y Fabio Pezzetti Tonion (investigador). Las restauraciones se realizaron en el laboratorio PressTech de Londres en 2006.
Esta copia restaurada de Cabiria ha sido presentada en diferentes festivales internacionales.
Información facilitada por el Museo Nazionale del Cinema de Turín.
GLI ULTIMI GIORNI DI POMPEI (Los últimos días de Pompeya, Eleuterio Rodolfi, 1913)
Dirección: Eleuterio Rodolfi. Producción: S.A. Ambrosio Distribución: Giuseppe Barattolo, Roma. Guión y adaptación: Arrigo Frusta, basado en la novela Los últimos días de Popeya, de Edward Bulwer-Lytton (1835). Comentario musical: Carlo Graziani Walter. Estreno: Roma, 24 agosto 1913. Longitud original: 1958 m. Duración: 94 minutos a 18 fotogramas por segundo.
Intérpretes Fernanda Negri-Pouget (Nidia), Eugenia Tettoni Florio (Iona), Ubaldo Stefani (Glauco), Vitale De Stefano (Claudio), Antonio Grisanti (Arbaces), Cesare Gani-Carini (Apedice), Ercole Vaser, Carlo Campogallini.
Sinopsis
En la rica Pompeya del siglo I d.C., el atractivo Glauco ama a la bellísima Iona. Los jóvenes forman la pareja más envidiada de la ciudad suscitando la ira de Arbaces, un misterioso sacerdote dedicado al culto de Isis y encaprichado en secreto de Iona. Arbaces intentará por todos los medios separar a la pareja, sirviéndose, sin que ella lo sepa, de Nidia, una joven florista ciega a quien Glauco ha salvado de la brutalidad de su antiguo amo, conquistando su amor.
Finalmente cuando los engaños de Arbaces están a punto de ser desvelados ante todo el pueblo reunido en el circo, la erupción del Vesubio arrasa la ciudad, sembrando muerte y destrucción.
Nota sobre la película
Restauración en color del Museo Nazionale del Cinema de Turín y la Cineteca del Comune de Bolonia.
La novela Los últimos días de Pompeya, de Bulwer-Lytton, fue un auténtico éxito editorial. Los personajes sencillos, pero eficaces, la reconstrucción detallada de la vida en Pompeya y un compendio bien dosificado de religión, amor, lujo y muerte atrajo a los lectores del siglo XIX.
A comienzos del nuevo siglo el entusiasmo no se había disipado aún y la jovencísima industria cinematográfica italiana no dejó pasar el potencial cinematográfico que poseía la historia. La adaptación de 1908 llevada a cabo por Luigi Maggi para Ambrosio tuvo un éxito espectacular; en 1913 la misma empresa se planteó una segunda versión, pues consideró que los avances verificados en la técnica cinematográfica en esos pocos años podían ofrecer momentos de una espectacularidad hasta entonces inimaginable.
Cuando la compañía Pasquali tuvo conocimiento del proyecto produjo, para aprovechar el tirón publicitario de Ambrosio, una película de tema similar, Jone ovvero gli ultimi giorni di Pompei (restaurada por el Museo Nazionale del Cinema en 2008); Gloria Film, que había anunciado una tercera película sobre el mismo argumento, decidió renunciar a la competencia y reutilizó los decorados para Nerone e Agrippina. El plagio dio lugar a uno de los procesos legales sobre derechos de autor más famosos del cine italiano.
La película tuvo un enorme éxito de público y crítica. Causaron sensación, sobre todo, la espectacular secuencia de la erupción y la delicada interpretación que Fernanda Negri-Pouget, actriz de profunda sensibilidad, supo hacer del personaje de Nidia.
El público sentía también mucha curiosidad por la posibilidad de poder comparar en la pantalla las dos versiones de la historia, pues se llegaron a organizar incluso proyecciones consecutivas de la película de Ambrosio y de la de Pasquali. Nidia, Glauco, Iona, Arbaces y Claudio volverían muchas veces a la pantalla, pero la película de 1913 se mantuvo como referencia para todas las versiones sucesivas.
Nota sobre la restauración
La restauración fue llevada a cabo por el Museo Nazionale del Cinema de Turín y la Cineteca del Comune de Bolonia. El análisis de las numerosas copias conservadas en archivos italianos y extranjeros sacó a la luz la existencia de al menos dos negativos de la película, uno destinado al mercado europeo y otro para el marcado americano.
La copia positiva en nitrato, con teñidos y virados y rótulo en alemán, conservada en la Murnau Stiftung de Wiesbaden, se estableció como matriz principal de la restauración, puesto que era de primera generación y estaba en condiciones óptimas.
Las lagunas pudieron solucionarse gracias a una copia en nitrato incompleta con los rótulos originales en italiano, estampada en los años veinte y conservada en la Fondazione Cineteca Italiana de Milán; una copia en 16 mm conservada en la Cineteca Bruno Boschetto de Turín era la única que tenía la secuencia inicial del anciano que hace girar la clepsidra ante el fondo de las ruinas de Pompeya. Esta secuencia figuraba en las copias americanas realizadas a partir del segundo negativo, pero la copia de Turín era la única, entre las supervivientes, que conservaba las imágenes aún procediendo del primer negativo.
La anotación “Il tempo” que aparece en la partitura, resultó que no era una indicación musical sino una referencia al prólogo que, por lo tanto, estaba previsto también para la versión italiana. Los rótulos que faltaban se reconstruyeron a partir de la documentación en papel conservada en el Museo Nazionales del Cinema. La referencia para los colores es el nitrato alemán, dado que el conservado en Milán es una reestampación posterior con cromatismo diferente, en ocasiones más rico, pero menos fiel, que las copias de 1913.
El análisis del color que había quedado entre las perforaciones permitió recuperar olores que habían desaparecido de las imágenes. La comparación entre lo señalado en los documentos (en especial el guión y los folletos con sinopsis detalladas) y las copias, permitió verificar el orden de montaje y recolocar algunos encuadres. La restauración tuvo lugar en el laboratorio de L’Immagine Ritrovata de Bolonia en 2006.
Información facilitada por el Museo Naionale del Cinema de Turín.
Escribe José Luis Martínez Montalbán