Víctor Erice vuelve al largometraje
Más de 30 años después de rodar su última película, Víctor Erice vuelve a dirigir un largometraje. Es sin duda uno de los eventos cinematográficos del año. Hablamos de un cineasta particular con una especial sensibilidad para contar historias. Su filmografía se nos antoja muy corta, para su potencial como creador.
Su nueva propuesta se titula Cerrar los ojos y se presentará en el próximo Festival de Cine de Cannes. Lo hará fuera de la competición oficial por la Palma de Oro, ya que los programadores la han situado en la sección Cannes Premiere. Igual que ocurrió el año pasado con As Bestas (2022) la película española más premiada de 2022.
Por tanto, Cerrar los ojos, será el regreso de Erice al certamen francés, tras presentar allí en el año 1992 su último largometraje, El sol del membrillo, con el que ganó el Premio Especial del Jurado. Thierry Fremaux, el director del Festival de Cannes ha justificado la selección de la nueva película de Erice porque «habla de la esencia del cine y sobre cómo las películas capturan el pasado y los recuerdos».
El regreso del cineasta vasco de 82 años con su cuarto largometraje después de treinta años es una gran noticia desde un punto de vista cinematográfico. En esas tres décadas no ha estado inactivo. Durante ese tiempo ha trabajado en diferentes actividades como publicidad, doblajes, también se ha dedicado a la docencia. Ha dirigido cortometrajes, ha colaborado en diferentes filmes colectivos y ha rodado videoinstalaciones como la titulada Piedra y cielo, presentada en su momento en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, en la que se proponía ver la obra del escultor Jorge Oteiza como una creación poética.
El nuevo largometraje de Erice es un drama sobre la amistad y el paso del tiempo. Gira en torno a los temas de la identidad y la memoria. El punto de partida es un programa de televisión al estilo de Quién sabe dónde que quiere dedicar una retrospectiva a un actor español, Julio Arenas, galán de cine con gran éxito tiempo atrás, que desapareció durante el rodaje de una película. Solamente se encontraron un par de zapatos y su coche junto al mar. Nunca se encontró su cadáver y la investigación policial concluyó que había sufrido un accidente. Muchos años después, el citado programa de televisión recupera esa desaparición, ofreciendo como primicia imágenes de las últimas escenas rodadas en vida por el actor.
El programa localiza a Miguel Garay, el director de la película en la que trabajaba Julio Arenas, que vive retirado dedicado a la pesca. Amigo íntimo del actor, la investigación del programa provoca en el cineasta, al que da vida Manolo Solo, una gran sacudida emocional, al volver a recuperar esos recuerdos traumáticos de su amigo, interpretado por José Coronado.
En el momento de su desaparición contaba con 46 años, había recibido un premio Goya, y temía por su declive físico. En el reparto también encontramos a Ana Torrent (la niña de ojos profundos que debutó en el cine con Erice el año 1973 con El espíritu de la colmena), María León, Petra Martínez, Soledad Villamil, Mario Pardo, Ginés García Millán, José María Pou, Juan Margallo y Helena Miquel.
La trayectoria cinematográfica de Víctor Erice refleja una gran personalidad desde el principio. En 1963 se gradúa en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC) con especialización en dirección. Su proyecto fin de carrera, el mediometraje Los días perdidos, representa a la Escuela Cinematográfica Española en el XI Festival Cinematográfico de San Sebastián, durante los Encuentros Internacionales de Escuelas de Cine. En 1969 participa en un largometraje colectivo titulado Los desafíos, junto a Claudio Guerín y José Luis Egea, con Rafael Azcona en el guion. La película fue galardonada con la Concha de Plata del Festival de San Sebastián.
En 1973 realiza su primera película en solitario, El espíritu de la colmena, inicialmente una película de encargo, escrita junto al crítico y guionista Ángel Fernández Santos. Debido a la falta de presupuesto, los dos guionistas reelaboran la historia que convence al productor Elías Querejeta. El proyecto pasa a rodarse en color por necesidades comerciales, lo que supone uno de los hallazgos de la película, ya que el trabajo del director de fotografía Luis Cuadrado la dota de una magia poética cautivadora. Fernando Fernán Gómez, Teresa Gimpera y Ana Torrent son los principales actores.
La película fue la ganadora en el festival cine de San Sebastián, recibió el Hugo de Plata en el festival de Chicago, el galardón a la mejor película de arte y ensayo del Festival de Turín y cinco premios, entre ellos el de Mejor Película y Mejor Director, del C.E.C. El espíritu de la colmena se reestrenó en 2004, en una versión restaurada y supervisada por el propio Erice.
El segundo largometraje de Erice El Sur (1982) es una de las películas más bellas del cine español. Está basada en un relato de la escritora andaluza Adelaida García Morales, pareja del director en ese momento. Está interpretada por Icíar Bollaín, Omero Antonutti y Rafaela Aparicio en los papeles principales. No pudo filmarse en su totalidad debido a la interrupción del proyecto por parte del productor Elías Querejeta, que no permitió que se rodara la segunda parte del guion.
El Sur fue presentada con gran éxito en el festival de Cannes, donde fue nominada a la Palma de Oro a Mejor Película, y ganó varios premios en otros festivales como el de Chicago (Hugo de Oro), Burdeos (premio a la mejor película), Sao Paulo y el C.E.C. (premio al mejor director). Para Erice, los motivos de Elías Querejeta para impedir la finalización del rodaje fueron económicos y la obra debe considerarse como incompleta.
Su tercer y último largometraje hasta la fecha es El sol del membrillo (1992), un documental dedicado al pintor realista Antonio López. Los antecedentes de este trabajo se hallan en un proyecto de película documental de Erice sobre el cuadro Las Meninas, de Velázquez. A este proyecto dedicó Erice dos años de documentación y escritura de guion, pero, antes de poder terminarlo, otro director realizó una película de tema parecido y Erice desechó la idea.
Tiempo después llegó a Erice un encargo de Televisión Española (TVE) de una serie de cortometrajes documentales sobre el mundo de la pintura donde colaborarían realizadores y pintores, producida por Luis Eduardo Aute. Erice iba a encargarse del trabajo de Antonio López sobre un cuadro llamado La terraza de Lucio. Al final, el proyecto se frustró porque TVE solo pretendía encargarse de una parte minoritaria de su financiación. En todo caso, la relación con Antonio López se mantuvo.
En el verano de 1990, acompañó al pintor en su trabajo sobre cuadros urbanos en Madrid, tomando notas y grabando en vídeo, con el propósito de realizar una película. Terminados estos proyectos, López comparte con Erice su deseo de pintar un membrillero en su jardín, y un sueño recurrente que tiene acerca de los árboles membrilleros. Finalmente, la película se rueda sin un guion escrito, con un presupuesto mínimo y un pequeño equipo técnico.
La película fue premiada en Cannes, Montevideo (primer premio del jurado) y Chicago (Hugo de Oro). Asimismo, Erice recibió en 1993 el Premio Ondas a la categoría de mejor director por la película. En una encuesta encargada por la Cinemateca de Toronto a todas las filmotecas del mundo en el año 2000, fue elegida la cinta más importante de su década.
En 1993, Erice recibió el premio Nacional de Cinematografía, y en 1995 la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes. Más adelante, en 2014, el Festival de Locarno le distinguió con el Leopardo de Honor dedicado a toda su carrera como cineasta.
En el año 1994, Víctor Erice recibió el encargo del productor Andrés Vicente Gómez para llevar al cine la novela El embrujo de Shanghai, de Juan Marsé. El cineasta dedicó tres años a elaborar el guion y realizó hasta diez versiones. La versión final recibió el apoyo entusiasta del novelista barcelonés. El productor impuso un recorte de cuarenta minutos al guion original. Erice aceptó y, con el visto bueno de la productora, se preparó en 1998 un plan de rodaje en el que se llegó a contactar al actor Fernando Fernán Gómez para uno de los papeles.
Pero el proyecto fue definitivamente interrumpido por Andrés Vicente Gómez en marzo de 1999. Finalmente, pasó a manos de Fernando Trueba que dirigió la película. Víctor Erice publicó su guion con el título de La promesa de Shanghai (Plaza y Janés) que fue calificado como obra maestra.
El guion de Cerrar los ojos ha sido coescrito por Víctor Erice y Michel Gaztambide (Vacas y premio Goya por No habrá paz para los malvados). Valentín Álvarez es el director de fotografía, con quien el director ya trabajó en el corto La morte rouge (2006) y Cristales rotos, su aportación a la obra colectiva Centro Histórico (2012).
En el equipo destacan también Curru Garabal, responsable de la dirección de arte; Helena Sanchis, que se hará cargo del vestuario; Ascen Marchena, quien firmará el montaje; y Federico Jusid, el encargado de la banda sonora. El rodaje ha transcurrido en diversas localizaciones de Granada, Almería y Asturias, para finalizar en Madrid.
La recuperación de Víctor Erice como realizador de largometrajes es una excelente noticia para el cine español. Dada su trayectoria cabe esperar una gran obra, caracterizada por su estilo elegante y sensible que siempre ha aportado historias que nos dejan huella.
Escribe Juan de Pablos Pons