Viaje a través del espacio, del tiempo y de la historia

Lo primerísimo que podemos ver en pantalla son unas imágenes llamativas y tumultuosas de un mundo ancestral, un mundo en sus orígenes, embrionario, que avanza imparable entre el agua, el cieno, la vegetación antediluviana, con dinosaurios, zonas pantanosas, la tierra toda bullente, flora y fauna que emerge y evoluciona hacia formas insólitas y nuevas, propiamente la evolución del mundo en progresión.
Al final, una roca firme cual noray de amarre inconmovible, será la piedra fundacional sobre la que, con los siglos, se edificará la casa-alma del filme
Robert Zemeckis, director que puede presumir de innovadores enfoques cinematográficos, nos sumerge en una trama que se desplaza a través de los años, centrada en un solo lugar, desde donde veremos pasar el tiempo y cómo se construye una casa en Pensilvania, donde nos mostrará retazos de la vida de las familias que han vivido allí durante décadas.
Desde el ventanal de esa vivienda se puede ver una casa colonial. La película sigue a Richard (Tom Hanks) y Margaret (Robin Wright), junto con otras familias que han habitado la casa por décadas, mostrando sus momentos de alegría, tristeza, amor y pérdida.
Aspectos técnicos
Zemeckis fusiona tecnología moderna y narrativa clásica. La manipulación del tiempo se realiza con elegancia y fluidez. La técnica de rejuvenecimiento digital, que devuelve a Hanks y Wright a versiones más jóvenes de sí mismos, es particularmente destacable.
Tiene un meritorio guion de Eric Roth y el propio Zemeckis, basado en la novela gráfica de Richard McGuire. Buena la música de Alan Silvestri, junto con los efectos especiales (el rejuvenecimiento digital por inteligencia artificial es realista, aunque sólo a veces); también resultan las sutiles transiciones entre diferentes épocas. Crea ello una experiencia visual que mantiene al espectador inmerso en la historia. Es llamativo el dispositivo multipantalla heredado del dibujante McGuire.
No obstante, le falta algo de sazón al libreto para que la sorpresa y la fascinación visual e intelectual de lo que cuenta, no decaiga, pues por momentos deviene básico y puede acabar resultando monótono. No es mi caso, pues me gustó la peli durante todo el metraje.
Reparto
Las actuaciones son de primer nivel. Tom Hanks y Robin Wright ofrecen interpretaciones profundas y conmovedoras, que evidencian una química palpable. Hanks, en su papel de Richard, demuestra una vez más su versatilidad y habilidad para dar vida a personajes complejos. Wright, por su parte, aporta una intensidad emocional que enriquece cada escena en la que aparece.
Acompañan otros artistas como Paul Bettany, Kelly Rilly, Michelle Dockery, Beau Gadsdon, Leslie Zemeckis, Dexter Soll Ansell, Jonathan Aris, Ben Wiggins, David Fynn o Lauren McQuenn, todos bien y conjuntados.
Narrativa
La narrativa fragmentada y la estructura no lineal pueden ser un desafío para algunos espectadores. Sin embargo, esta elección de estilo permite explorar la conexión emocional y física con el espacio de manera única.
Tal que cada escena es un fragmento de un rompecabezas que, cuando se ensambla, ofrece una visión completa y enriquecida de la experiencia humana.

Temáticas
Los temas que aborda el filme son variados, pues no sólo trata sobre el paso del tiempo, sino también habla de la memoria y el legado.
La casa, como otro personaje, se convierte en un testigo mudo de los cambios sociales y personales, llevando en sus paredes las historias de aquellos que pasaron por allí.
La presentación de personajes de diferentes orígenes y épocas aporta diversidad, aunque algunos de estos personajes, como la familia afroamericana y los nativos americanos, son desarrollados con cierta superficialidad.
Apuntes críticos
La innovación visual y narrativa de Zemeckis da lugar a momentos de belleza indiscutible, pero cae a veces en un sentimentalismo tal que diluye la fuerza del guion.
Sucede también que la sobrecarga de efectos visuales en algunas escenas puede desviar la atención del núcleo emocional de la historia. Sin embargo, la película es una obra ambiciosa y conmovedora que merece la pena.
La cinta es un experimento visual y formal hipnótico, por momentos intenso, un experimento que desafía las convenciones tradicionales de la narrativa fílmica.
Ofrece una mirada introspectiva y visualmente rica sobre el paso del tiempo y la naturaleza humana. Aunque su estructura pueda resultar divisiva, su capacidad para evocar sentimientos profundos y ofrecer imágenes impresionantes la convierte en una película digna de atención.

Aspectos históricos
La película no está exenta de matices históricos e incluso de la prehistoria, tema que es verdaderamente interesante e intrincado. A lo largo del metraje, la casa colonial actúa como un portal a través de diferentes períodos de tiempo, capturando una rica variedad épocas, eventos históricos y el impacto de estos en sus habitantes. Aquí están algunos puntos clave sobre la dimensión histórica de la película, la evolución de la casa y la sociedad:
Siglo XIX: La fundación
La historia comienza en el siglo XIX, cuando la casa es construida. Este período histórico está marcado por el surgimiento de nuevas comunidades en la América Norte, y la expansión y asentamiento.
La construcción de la casa simboliza la esperanza y la determinación de las familias pioneras que buscaban establecerse y prosperar. La independencia de los EE. UU. y el rechazo a los británicos.
Principios del Siglo XX: Gran Guerra y Depresión
Quedan apuntados los primeros años del siglo XX y la casa es testigo de los efectos de la Primera Guerra Mundial. Las cicatrices en las familias que habitan la casa, así como dificultades económicas.
Segunda Guerra Mundial
Es otro evento histórico en la historia. La casa desde donde es tomada la perspectiva alberga a alguna familia, como la de un matrimonio con un militar hipoacúsico producto de las detonaciones y las bombas, que representa a las familias afectadas por el conflicto global.
Apunta los sacrificios y las dificultades que enfrentaron aquellos personajes, incluso el vendedor de la casa es igualmente una víctima de la guerra, así como la unidad y el espíritu de supervivencia que asoma en este tipo de acontecimientos. Como que la casa se convirtiera en refugio para aquellos que buscan consuelo y seguridad en medio de la incertidumbre.
Postguerra y años 60: conflicto y cambio cultural
Las décadas posteriores a la guerra traen consigo cambios sociales y culturales como la segregación racial, los movimientos por los derechos civiles y la evolución de las normas sociales. La casa, que ha visto a una familia afroamericana, se convierte en un microcosmos de la lucha por la igualdad y la justicia social. Las tensiones y los conflictos de estos años reflejan el cambio cultural que está ocurriendo fuera de sus paredes.
Un padre de color aconseja a su hijo sobre las buenas formas que ha de guardar frente a la policía en caso de ser parado en la carretera, dónde ha de poner las manos y cuán solícito debe mostrarse para evitar problemas con los agentes.
Finales del siglo XX y comienzo del XXI
El fin del siglo XX y el comienzo del XXI van aparejados con la revolución digital y la modernización. La película muestra cómo la casa y sus habitantes se adaptan a los avances tecnológicos y los cambios en el estilo de vida. Este período histórico está marcado por la globalización y la interconexión, y la casa sigue siendo un ancla que conecta a las generaciones en constante evolución.
Temas históricos recurrentes
Un tema recurrente es la era de colonización y expansión territorial en América del Norte. Con imágenes de nativos primitivos, antes del hombre blanco y todo eso, aborda cómo la tierra y los hogares pasaron de manos indígenas a colonos europeos, y cómo esto afectó a las comunidades nativas que tenían sus costumbres e incluso rituales de cortejo propios, como una escena amorosa entre una pareja de indígenas en un entorno bucólico, colibrí incluido.
Los avances tecnológicos a lo largo de los años también juegan un papel importante en la narrativa. La fotografía, las primeras cámaras de fotos y para rodar películas, en fin, los habitantes de la casa experimentan las maravillas y los retos de la modernización. Aunque a veces falle la conexión eléctrica, pues no faltan los toques de humor.
O sea, la dimensión histórica de Here ofrece una rica exploración de cómo los eventos históricos y los cambios sociales y tecnológicos han impactado a las generaciones a lo largo del tiempo. La casa mira estos cambios, brindando una perspectiva única sobre la evolución de la sociedad y del mundo. Hay una invitación a reflexionar sobre nuestra propia historia y la forma en que el pasado moldea el presente y el futuro.

Aspectos Psicológicos
Hay también interesantes apuntes psicológicos que hacen a la trama y a los personajes. Son aspectos que hacen a la comprensión de los protagonistas. Veamos.
Memoria y nostalgia
La película explora cómo los personajes lidian con sus recuerdos vinculados a la casa. La memoria no es presentada de manera lineal, sino como un conjunto de momentos fragmentados que coexisten en el mismo espacio. Fiel reflejo de cómo nuestro cerebro a menudo revive el pasado de manera desordenada y emocionalmente cargada. La nostalgia, el anhelo por tiempos pasados, juega un papel central en la conexión de los personajes con la casa y sus experiencias.
Identidad y continuidad personal
Los cambios en los personajes a lo largo del tiempo destacan las cuestiones de identidad y continuidad. La película sugiere que, aunque las personas cambian y crecen, hay una esencia persistente en cada individuo que permanece constante. Este tema plantea preguntas sobre lo que realmente define quiénes somos: ¿Somos simplemente la suma de nuestras experiencias, o hay algo más fundamental y perdurable?
Emociones y tragedia
Las emociones de los protagonistas son perspicazmente capturadas, desde el amor y la alegría hasta la tristeza y la pérdida, desde la felicidad a la ruptura de la pareja y la separación. Las múltiples tragedias y alegrías vividas en la casa muestran que las personas procesamos el dolor y encontramos, con suerte y trabajo, fortalezas de afrontamiento. La forma en que cada personaje enfrenta sus desafíos personales ofrece un estudio psicológico de la resiliencia y la vulnerabilidad.
Aspectos románticos
Los aspectos románticos de Zemeckis se entrelazan con la narrativa temporal de la película, destacando tanto la belleza como la complejidad del amor a lo largo de diferentes épocas. Veamos este seguimiento de las relaciones amorosas.
Richard y Margaret
La historia de Richard (Tom Hanks) y Margaret (Robin Wright) es central a la trama romántica de la película. Sigue su evolución como pareja a lo largo de varias décadas, desde el floreciente amor juvenil hasta los desafíos de la vida adulta y la vejez.
Su relación se presenta con realismo, mostrando los altibajos y los de ternura, amor profundo y compromiso. La química entre Hanks y Wright aporta autenticidad a esta historia de amor duradera, al punto de trenzar una historia de amor con final conmovedor.
Amores perdidos y encontrados
Además de la relación entre Richard y Margaret, la película también explora otros amores que se entrecruzan en la historia de la casa. Estos romances, algunos trágicos y otros detallados más toscamente, muestran que el amor puede ser tanto una fuente de consuelo como de dolor. El ciclo de amor perdido y encontrado sugiere una visión cíclica de las relaciones humanas, donde las experiencias de una generación pueden resonar en las siguientes. Veamos esto aplicado a diferentes épocas.
Siglo XIX: Amor y pertenencia
En el siglo XIX, el amor está profundamente ligado a la pertenencia y la búsqueda de un hogar. Para las primeras familias que habitan la casa, el romance es un refugio contra las adversidades externas. Las relaciones de esta época destacan los conceptos de fidelidad y apoyo mutuo en tiempos de grandes desafíos.
Principios del Siglo XX: Amor en tiempos de guerra
El impacto de los conflictos bélicos sobre las relaciones muestra la esperanza y la desesperación entrelazadas con el mutuo apoyo. Período en el cual el poder del amor es base de esperanza y generosidad, como cuando el militar hipoacúsico se aviene a comprar la casa, aunque exceda su presupuesto, para obsequiar a su bonita esposa.
Década de 1960: Amor y libertad
En la década de 1960, el amor se vuelve un acto de rebelión y libertad. La casa presencia amores que desafían las normas sociales, reflejando el cambio cultural de la época. Las relaciones románticas de este período están marcadas por una búsqueda de autenticidad y conexión genuina, libre de las restricciones tradicionales. Es el punto en que Richard y Margaret hacen libremente el amor en el salón de la casa paterna, al punto que ella quedará embarazada.

Espacio y memoria
Espacio y memoria van de la mano, convergiendo en todo, en el amor, en sucesos diversos y más.
La casa que mira silenciosamente el amor
La casa en la que se desarrolla la narrativa es más que un simple escenario; actúa como un testigo del amor que ha llenado sus habitaciones a lo largo del tiempo. Cada rincón y detalle de la casa lleva consigo las memorias de los romances pasados, creando una atmósfera rica en historia y emociones. La estructura de la casa se convierte en una metáfora del corazón humano, que guarda las huellas de amores presentes y pasados.
Memorias compartidas
Las transiciones temporales de la película permiten que diferentes historias se entrelacen. Los ecos de filias y controversias pasadas resuenan en las relaciones actuales, subrayando la continuidad de los afectos a través del tiempo. Esta forma única de contar historias refleja que los recuerdos en general nos acompañan y moldean nuestro presente en forma potente.

Aspectos filosóficos
Como venimos apuntando, uno de los temas filosóficos más destacados de la película es la naturaleza del tiempo. Here desafía la percepción del tiempo como una línea recta, presentándolo más como una serie de momentos interconectados. Este enfoque se alinea con teorías filosóficas que cuestionan la linealidad del tiempo y lo ven como una serie de «ahoras» y «momentos presentes» continuos.
La existencia y el ser
La presencia constante de la casa frente al paso del tiempo invita a una reflexión sobre la existencia y el ser. La casa, aunque inanimada, parece tener una vida propia a través de las personas que la habitan. Esto plantea preguntas sobre la relación entre los espacios físicos y la identidad humana, sugiriendo que los lugares guardan una parte de nuestras almas. Hay estudios interesantes como los de Rubinstein, que hablan del significado del hogar centrado en la persona.
Mortalidad y legado
También enfatiza la cinta la mortalidad y el legado. A través de las generaciones explora lo efímero de la vida. Este tema filosófico invita a que consideremos nuestro propio legado y la forma en que las vidas de los personajes se entrelazan con las de aquellos que vinieron antes y las de quienes vendrán después.
Así pues, esta es una peli que sirve como reflexión sobre la naturaleza humana, el paso del tiempo y la conexión emocional con nuestros entornos. A través de estos aspectos psicológicos y filosóficos, la película nos invita a reflexionar sobre nuestra vida y nuestro legado.

Mensaje moral
Una de las lecciones morales más claras de Here es la importancia de la conexión humana y la comunidad.
Conexión y comunidad
A través de las generaciones y las distintas familias que habitan la casa, la película muestra cómo la casa se convierte en un símbolo de unión, donde los recuerdos y experiencias de sus moradores coexisten y se entrelazan. Es el impacto duradero que tenemos en los demás.
Fortaleza y superación
La película también resalta la capacidad humana ante la adversidad. Los personajes enfrentan dificultades, pero encuentran formas para seguir adelante. Habla este mensaje sobre la fortaleza interna y la capacidad de encontrar esperanza y sentido incluso en los momentos más oscuros. La superación personal y la capacidad de reinventarse son destacadas como cualidades esenciales para navegar las complejidades de la vida.

Mensaje espiritual
Sugiere la película también un sentido de trascendencia que va más allá de lo físico y temporal.
Transcendencia y eternidad
La casa, aunque lugar físico, simboliza la perdurabilidad espiritual, punto el cual las experiencias humanas coexisten en diferentes dimensiones del tiempo. Nuestras acciones y recuerdos tienen un impacto que trasciende nuestra mortal, insinuando una continuidad espiritual que perdura más allá de nuestra vida.
El alma de los lugares
La película también aborda la espiritualidad del lugar, proponiendo que los espacios que habitamos contienen una especie de alma propia. La casa como algo más que un simple edificio. Mensaje que refiere la sacralidad de nuestros entornos.
Espiritualidad en lo cotidiano
Hay también una invitación a encontrar la espiritualidad en lo cotidiano. Al enfocarse en la vida diaria de los personajes y sus interacciones en la casa, la película sugiere que la espiritualidad no siempre reside en momentos grandiosos o eventos trascendentales o litúrgicos, sino en los pequeños actos de amor, bondad y vinculación que definen nuestras vidas día a día.
En fin, en esta cinta parece que Zemeckis quiere ofrecer una profunda meditación sobre los aspectos históricos, sociales, psicológicos, morales y espirituales de la vida humana. Nos recuerda que, aunque nuestras vidas estén limitadas por el tiempo, nuestras experiencias y legados pueden trascender y resonar a lo largo de la eternidad.
Escribe Enrique Fernández Lópiz | Fotos Vértice 360