¡Ya está aquí la Navidad!
El cine infantil en las salas cinematográficas ha quedado circunscrito a los periodos vacacionales del verano y la Navidad. Santiago Segura, especialista en asaltar la taquilla con este tipo de productos dirigidos a todos los públicos con el que se presenta cada verano a través de las franquicias derivadas de Papá no hay más que uno y A todo tren, retorna ahora con La Navidad en sus manos, una película en la que participa su productora Bowfinger, junto a Nadie es Perfecto, y en la que él ser reserva un papel como actor para interpretar el popular personaje de Papá Noel.
La película está dirigida por Joaquín Mazón, un especialista en comedia forjado como director en series como Doctor Mateo, Con el culo al aire o Allí abajo. Mazón dio el salto a la gran pantalla con Cuerpo de élite (2016); un debut que se convirtió en el tercer filme con mayor recaudación de ese año; posteriormente ha continuado por el terreno de la comedia con La vida padre (2022) o De perdidos a Río (2023), estrenada hace apenas unos meses.
La Navidad en sus manos cuenta la historia de Papá Noel, hospitalizado tras sufrir un siniestro con el trineo (lo que en el glosario laboral conocemos como accidente in itinere) que tiene que pedir ayuda a Salva (Ernesto Sevilla), compañero de habitación al que le dan el alta, para que asuma el papel de Papá Noel y reparta los regalos a todos los niños del mundo para que estos puedan celebrar la Navidad con normalidad; el problema es que Salva es un gañán, acostumbrado a buscarse la vida realizando pequeños robos, separado de su mujer y que tiene desatendido a su hijo, al que defrauda continuamente.
El guion de Francisco Arnal y Daniel Monedero, que ya habían probado fortuna en esta clase de películas con A 1.000 kilómetros de la Navidad, desarrolla estas dos líneas argumentales. Por un lado, el cumplimiento de la misión para que los niños puedan disfrutar de los regalos el día de Navidad; y por otro, la redención del padre que termina asumiendo la necesidad de cambiar de vida para recuperar el afecto de su hijo.
Dos elementos que sirven para confeccionar un producto previsible en el que todo el mundo sabe cómo va a acabar porque parece que, para alcanzar el éxito comercial, se ha establecido que el cine infantil debe ir unido a la simplicidad. Con un comienzo que remite a la tradición norteamericana, mediante el uso de la canción de crooner del inicio, en lo que parece ser un intento de globalización que pueda entenderse en todo el mundo, al que añadimos la presencia de la nieve o las luces navideñas asociadas a una gran capital (Madrid).
Aunque esta impronta de cine navideño clásico pronto derivará hacia su vertiente más local con una descripción de los personajes de Salva y su amigo y cómplice de fechorías (Pablo Chiapella) como dos pícaros acostumbrados a sobrevivir buscándose la vida; pasaremos entonces de esa canción clásica en el inicio al tema de Pimpinela que interpretan en el karaoke Santiago Segura y María Botto.
Con el objetivo de ampliar su audiencia, La Navidad en sus manos introduce una serie de recursos que buscan conectar con los acompañantes más adultos, por lo que podemos observar un tono gamberro incorporado en el retrato de los personajes. Hay algo de berlanguiano que enmascara la fachada puramente infantil dotando de cierto acento caricaturesco a los protagonistas: el egoísmo que muestra en la mayor parte del filme el personaje de Salva, el parche en el ojo de la déspota enfermera que interpreta María Botto, la picaresca del amigo de Salva con el brazo mortecino con el que juega a lo largo de todo el filme o los secundarios como los chatarreros o la pandilla del colegio.
Si hemos comentado con anterioridad que el filme en su comienzo apuntaba a una referencia al cine americano, el aterrizaje a la realidad española acontece mediante la inserción de una serie de elementos que contextualizan la historia mágica y fantástica a la referencia más cercana española.
De esta forma, Papá Noel tiene el accidente con el trineo provocado por la polución que rodea la ciudad de Madrid en forma de una neblina sucia frente a las nubes blancas que se habían visto con anterioridad, la enfermera está saturada y nerviosa por todo el trabajo que tiene que realizar, de ahí su carácter mandón (al final de la película hay una referencia explícita a la defensa de la sanidad pública).
Este acercamiento a la realidad se visualiza también en el personaje del hijo de Salva, interpretado por Unax Hayden, que sufre las consecuencias del bullying en el entorno escolar. Tratado de forma somera, en este tono gamberro que emerge de vez en cuando en el filme, la película resuelve la situación a base de golpes y culmina con esa peineta que el sustituto de Papá Noel le brinda al niño malo cuando acude a darle sus regalos.
La película se completa con un potente reparto que brilla en la comedia en el que Ernesto Sevilla, más protagonista que nunca, hace creíble la redención del personaje de Salva mostrando el arco de un personaje que evoluciona desde la golfería hasta la consecución de cierta responsabilidad como padre. Santiago Segura, a pesar de una voz un tanto engolada, asume con soltura el papel de Papá Noel, acompañado del resto de personajes entre los que destacan los secundarios que encarnan Pablo Chiapella, María Botto y Emilio Gavira.
La Navidad en sus manos es una comedia familiar sencilla, encorsetada en las características de un cine navideño, pero que al menos cumple con eficacia su cometido, con referencias a las comedias de Tim Allen o Adam Sandler, y que dentro de su adscripción a la comedia blanca, despunta por algunas pinceladas que pueden hacer compatible la película tanto para los niños como para los adultos.
Si en algún cajón de tu armario tienes un jersey de renos, esta es tu película.
Escribe Luis Tormo | Fotos Magic Films