30 Festival de Jóvenes Realizadores de Granada (2): Competición internacional

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Segunda sesión

Esta es la segunda entrega que hago relacionada con el 30 Festival de Jóvenes Realizadores de Granada, con obras que exploran formas audiovisuales novedosas de distinto género, formato y duración.

Los que comento ahora es una serie de cinco cortos centrados en la amplia, compleja y siempre atractiva temática que abarca el deseo, la sexualidad, el amor y la natalidad.

Como dije en mi primera entrega, ha sido para mí una enorme satisfacción, transcurrido el tiempo, «que de pronto son años», estar de nuevo en mi tierra de adopción, pasarlo bien en este certamen y poder luego escribir unas líneas para compartir mis impresiones.

Mother is a natural sinner (2024)

Dirigido e interpretado por Boris Hadzija y Hoda Taheri, este cortometraje se sumerge en la vida de Hoda, una refugiada iraní en Alemania, y explora las complejidades de la maternidad, el género y las normas sociales.

La historia comienza con Hoda y su novio Hadi, enfrentando un embarazo inesperado. Este suceso sirve como catalizador para que Hoda cuestione profundamente las creencias comunes sobre los roles de género y las normas sociales que rodean a los cuerpos femeninos y a la maternidad.

Los directores Hadzija y Taheri abordan estos temas con una sensibilidad impresionante, capturando la lucha interna de Hoda mientras navega por sus sentimientos sobre el embarazo y su identidad, en un entorno cultural y socialmente diverso. La fotografía juega un papel sustancial, utilizando tomas íntimas que reflejan el tumulto emocional de la protagonista.

Este corto interesa por su capacidad para presentar una historia personal y, al mismo tiempo, hacerse eco de temas universales y actuales como el sentido de género y la autonomía corporal. Destaca la actuación de Hoda Taheri, que brinda una interpretación poderosa y en cierto modo rebelde.

La dirección artística y el diseño de sonido también merecen reconocimiento. La atmósfera de la película se puede palpar, con un uso eficaz de la cámara, los tonos de la fotografía y los ángulos diversos que realzan los momentos de introspección y conflicto de la pareja. La banda sonora acompaña muy bien las imágenes, añadiendo un plus de intensidad a la experiencia.

Mother is a natural sinner no solo es un relato sobre la maternidad inesperada, sino también una exploración de la identidad, la libertad y la fortaleza en medio de las limitaciones sociales. Es una obra que invita a repensar las normas que regulan nuestros cuerpos y las expectativas que la sociedad impone, especialmente en contextos de migración y cambio cultural.

Cortometraje que es una representación poderosa y evocadora de los desafíos y las decisiones que enfrentan muchas mujeres hoy en día. Es un trabajo conmovedor que destaca por su enfoque narrativo y su pregnancia.

Por momentos, los diálogos entre la pareja no parece que provengan de un hombre y una mujer iraníes, por su frescura y su naturalidad al tratar temas delicados como la sexualidad. O, mejor dicho, lo que vemos y escuchamos habla de cómo la cultura musulmana queda sustancialmente modificada por las condicionantes del país donde viven los protagonistas que es Alemania.

Mother is a natural sinner (2024).

El cuento de una noche de verano (2024)

Dirigido por María Herrera, este cortometraje trasciende una simple historia romántica para explorar un vínculo en su forma más pura. La historia sigue a Inés y Guille, dos jóvenes que, a pesar de que apenas se conocen, encuentran una profunda complicidad durante una cálida noche de verano. La trama avanza a través de su primera cita, donde el calor sofocante de la noche se convierte en un telón de fondo casi poético para un encuentro íntimo.

La dirección de María Herrera es particularmente notable por su capacidad para capturar la esencia de estos momentos efímeros. Con una cinematografía delicada y evocadora, utiliza la luz natural y los ambientes urbanos para crear un momento de intimidad entre los protagonistas. El contraste entre los espacios abiertos de la noche y el encuentro sexual deviene dinámica visual y sensual atractiva.

Las interpretaciones de Olivia Delcán y Nacho Sánchez son fundamentales. Su química en pantalla es palpable, y logran transmitir una autenticidad que resuena en los que asistimos a la proyección. A través de diálogos sutiles y miradas insinuantes, ambos intérpretes construyen personajes complejos ya la vez reales, lo que facilita la inmersión en su historia.

La música de Elsa de Alfonso se integra perfectamente, añadiendo una capa de exaltación sentimental que complementa y tiñe lo que vemos. La banda sonora, junto con la fotografía de Ion de Sosa, crea una sinergia que eleva la experiencia visual y auditiva del espectador, sumergiéndolo en el mundo de los amantes.

El cortometraje también se destaca por su enfoque en los pequeños momentos que, aunque aparentemente insignificantes, tienen un profundo impacto en la vida de los protagonistas, que bien podrían ser las nuestras.

La elección de Inés de ver el amanecer antes de quedarse dormida simboliza un nuevo comienzo y una esperanza renovada, temas universales que encuentran eco en la mente del espectador.

Este corto es, además de un estudio sobre el amor, una meditación sobre la belleza de los momentos de intimidad y la magia de los asuntos del corazón. Herrera nos invita a mirar con mirada nueva el significado y belleza en nuestras relaciones día a día.

Y está la píldora del día después, fruto de un descuido que solo la joven aprecia en su potencial riesgo. El preservativo está en el suelo, o sea, se ha culminado el acto con descuido.

El cuento de una noche de verano (2024).

Marquer le fins (2024)

Dirigido por Mireille Tawfik, este corto es del tipo documento experimental y propone una inmersión en las emociones y los desafíos que implican superar una ruptura amorosa. La trama sigue a tres mujeres: Inés, que ha perdido la fe en el amor; Camille, que aún espera el regreso de su expareja; y Catherine, que ha dejado de confiar en los demás.

Mireille Tawfik, en colaboración con Charles-Andrée Coderre, utiliza imágenes en película de 16 mm alteradas y degradadas para representar de manera vívida el paso del tiempo y el dolor persistente de la pérdida del ser amado y el duelo. Esta elección estilística no solo añade una textura visual única, sino que también simboliza la fragilidad y la degradación de los recuerdos a medida que uno lucha por seguir adelante.

En la intersección entre el cine experimental y el documental, esta obra permite a Tawfik explorar las emociones humanas de una manera que trasciende la narrativa convencional. La banda sonora, a cargo de Laurie Torres, es una variable crucial que refuerza el tono emocional del filme, creando un ambiente sonoro turbio y perturbador que refleja la intensidad y la magnitud dolorosa de las experiencias de las protagonistas, que han sido abandonadas.

La capacidad de Tawfik para capturar la intimidad y la complejidad de las relaciones humanas es especialmente evidente en cómo aborda cada una de las historias de las tres mujeres. La película nos muestra sus luchas internas y sus intentos de encontrar un sentido de cierre y sanación, destacando las diferentes formas en que los personajes enfrentan la pérdida y la ruptura.

Más que un simple documental sobre la ruptura y el proceso de duelo es una exploración profunda de la resiliencia humana y la capacidad de encontrar hermosura y sentido en medio del padecimiento. Tawfik logra crear una experiencia cinematográfica que resuena con el espectador, invitándolo a repasar sus propias vivencias de pérdida y los intentos de salir a flote.

Este corto tiene un enfoque original y nos deja su mensaje sobre la fragilidad de los recuerdos y la fuerza del espíritu para sobrevolar la pena y la desesperación.

Marquer le fins (2024).

Pigeons Are Dying, When the City is on Fire (2023)

Dirigido por Stavros Markoulakis, es una exploración poética, fuerte y visualmente llamativa del amor urbano y una dosis fuerte de caos. Se centra en dos chicos que se encuentran en el día más caluroso del año, y una paloma que se ve atrapada con ellos mientras la ciudad arde y arde también el deseo de los protagonistas.

Markoulakis utiliza una cinematografía intensa y evocadora para plasmar la atmósfera de una ciudad que parece estar al borde del colapso. Konstantinos Koukoulios, el director de fotografía, aprehende la intensidad del calor y el fuego, utilizando colores vibrantes y sombras dramáticas que acentúan la sensación de urgencia y fatalidad. Los planos de la ciudad en llamas y los momentos íntimos entre los protagonistas se combinan para crear una experiencia rica en lo visual y emocionalmente sensual.

La música de Marilena Orfanou acompaña a las imágenes añadiendo una capa de profundidad e incluso estremecimiento. Es una banda sonora que alterna tonos melancólicos con pasajes más dinámicos, reflejando los altibajos emocionales de los personajes y la tensión de su entorno.

El cortometraje también se destaca por su uso del simbolismo y de la metáfora. El ave atrapada representa la debilidad y la vulnerabilidad de los jóvenes en medio de la anarquía y el tumulto urbano. El anhelo de la pareja de escapar de la ciudad en llamas se convierte en un mensaje prácticamente explícito de la búsqueda de ilusión y libertad en medio de la destrucción.

Los personajes, aunque jóvenes y aparentemente desamparados, encuentran en su relación una fuerza que los impulsa a seguir adelante. Su vínculo muestra cómo el amor y la amistad pueden surgir incluso en circunstancias insospechadas.

Pigeons Are Dying, When the City is on Fire (2023).

Making Babies (2023)

Dirigido por el actor y guionista canadiense Éric K. Boulianne, este cortometraje trata con humor y sensibilidad los desafíos de la fertilidad y el anhelo de formar una familia.

La trama sigue a una pareja, interpretada por el propio Boulianne y Florence Blain Mbaye, que tiene que enfrentar dificultades para concebir su primer hijo. A través de situaciones cómicas y emotivas, la película explora la resistencia del amor y la unidad en tiempos de adversidad.

Boulianne, conocido por su trabajo tanto en la dirección como en la actuación, imprime en este corto un toque personal y auténtico. Su enfoque permite una conexión inmediata con los personajes, haciendo que sus luchas y esperanzas se abran al espectador.

La dirección de fotografía, a cargo de François Messier-Rheault, retrata la intimidad de los momentos de pareja con una calidez que resalta la vulnerabilidad y la ternura de sus intercambios afectivos y sexuales, que a veces resultan agotadores.

La banda sonora, compuesta por Peter Venne, complementa perfectamente el tono del cortometraje. Música a veces ligera y a veces profundamente emotiva, acompaña las escenas de manera que realza las emociones sin eclipsar la narrativa visual.

La cinta también se destaca por sus diálogos bien elaborados e inteligentes, que hacen al humor y al drama. Las conversaciones entre los protagonistas son naturales y reflejan las preocupaciones reales de una pareja que quiere mantener la esperanza de tener descendencia, mientras por delante asoma la incertidumbre.

Uno de los puntos fuertes de Making Babies es su capacidad para abordar un tema delicado como la infertilidad con una mezcla de ligereza y reflexión. La película no solo muestra los desafíos médicos y emocionales, sino también cómo la pareja encuentra momentos de alegría y unión profunda a pesar de las dificultades. Esta dualidad permite que el cortometraje sea tanto entretenido y divertido como complejo.

La dirección de Éric K. Boulianne, la actuación genuina de los protagonistas, y la cuidadosa elección de la música y la cinematografía hacen de este corto una experiencia conmovedora y memorable.

Escribe Enrique Fernández Lópiz

Making Babies (2023).