La película libanesa Riverbed se alza con la Palmera de Oro

Tras diez días en el que el cine mediterráneo ha sido protagonista en Valencia, se ha celebrado la gala de clausura de la 38ª Mostra de Mostra de València-Cinema del Mediterrani. Sin duda, la vencedora de la noche ha sido la libanesa Riverbed, de Bassem Breche, que se ha alzado con la Palmera de Oro, el premio a la Mejor Fotografía (Nadim Saoma) y a la Mejor Banda Sonora (Sharif Senhaoui). El galardón principal está dotado con 30.000 euros a la producción y 15.000 más a la distribución española.
La protagonista del film, Omaya Malaeb, recogió los premios en representación del equipo, dadas las dificultades para obtener visado desde Líbano, debido al conflicto en Gaza. La poesía visual de la cinta le ha hecho merecedora de los premios, junto al logro de unir «dos temporalidades diferentes y el hecho de que los espacios interiores y exteriores se conviertan en un personaje tan fuerte como las dos actrices principales, que hacen que esta película explique de una manera inesperada una historia sobre el hecho de ser mujer, la maternidad y el rechazo de esta dentro de los constructos sociales», según destacó el jurado formado por Maria Hatzakou (Grecia), Diana Al-Halabi (Líbano), Fatma Cherif (Túnez) y Michela Occhipinti (Italia).
La Palmera de Plata viajó hasta Portugal y fue a parar a las manos de Susana Nobre, directora de Cidade Rabat, una película que ha conmovido al jurado por su tratamiento de «la pérdida, la soledad y la feminidad, así como por retratar con ternura la vida cotidiana de una mujer a través de una puesta en escena sin pretensión y delicada». El galardón conlleva además una recompensa de 20.000 euros para la producción.
Otra de las triunfadoras de la noche fue la marroquí Deserts, que se alzó con el premio a la Mejor Dirección para Faouzi Bensaïdi y el de Mejor Actor, exaequo para sus dos protagonistas, Fehd Benchemsi i Abdelhadi Talbi. Se trata de una comedia con toques místicos que denuncia el abandono de las aldeas del Sur de Marruecos.
También hubo presencia nacional en el palmarés, en este caso para la abrumadora interpretación de Claudia Faci, protagonista absoluta del film valenciano Marina, Unplugged, de Alfonso Amador, que se sumerge en la retórica de la extrema derecha. El Mejor Guion fue a parar a manos de Vladimir Perišić i Alice Winocour por Lost Country, una cinta ambientada en 1996, en Belgrado, durante una convocatoria electoral que el partido de Milošević acabó perdiendo de forma inesperada.
Líbano también se ha impuesto en la Sección Informativa del festival, ya que la cinta Dancing On The Edge Of A Volcano ha obtenido la máxima puntuación en el Premi À Punt del Públic, que supone el compromiso del ente público de adquirir los derechos de la ganadora. Se trata de un documental de Cyril Aris que relata la compleja situación a la que tuvo que enfrentarse el equipo de rodaje de la película Costa Brava, Líbano (también proyectada en el festival), cuando a punto de iniciar la producción, y en plena pandemia, se produjo una explosión en el puerto de Beirut.

Riverbed
Riverbed explora la universalidad del proceso de reconstrucción de las relaciones familiares a través de la narración del encuentro inesperado entre una madre y su hija, quienes, después de años de separación, se esfuerzan por restablecer su vínculo en medio de un contexto marcado por el divorcio y el embarazo de la hija. La actriz protagonista, Omaya Malaeb, señaló que el hecho de que en el rodaje hubiera un equipo fundamentalmente femenino «facilitó la atmósfera adecuada e íntima para interpretar sin hablar». La ausencia de palabras, ha señalado, actúa como un elemento fundamental en esta cinta: «La mujer libanesa en la familia tradicional siempre debe mostrarse satisfecha ante los demás. Los silencios de la película representan todo lo que no pueden decir en público». Madre e hijas son dos protagonistas atípicas, muy valientes que se lanzan a un duelo de silencios.
La película plantea preguntas sobre la importancia de las relaciones familiares, pero no gira en torno a una historia única, personal y específica, sino que se inspira en la gran suma de historias que surgieron durante la niñez de su director. El largometraje explora temas como el divorcio, la soledad o la maternidad y profundiza en la complejidad de las dinámicas familiares y en cómo los vínculos pueden convertirse en fuentes de destrucción.
Les vacances de Mara
La película con la que se cerró la gala de clausura fue Les vacances de Mara, el debut cinematográfico de Elena Escura, nominada por su trabajo en los Premis Berlanga del Audiovisual Valenciano de este año, que está ambientada en la castellonense Serra d’Irta. Como explica su directora: «La película habla de los sueños perdidos, de todo lo que dejamos de hacer, de mirarnos por dentro, así como de afrontar las decisiones que hemos tomado cuando llegamos a cierta edad y ver si tenemos la vida que deseamos y, en caso de que no nos guste, ser valientes para tratar de cambiarla». El personaje de Mara «juega a usurpar la vida de su amiga, ya que necesita una vía de escape porque está muy perdida y no se encuentra a gusto con su trayectoria vital».
La actrices valencianas Mireia Pérez y Lorena López protagonizan este película dando vida a dos amigas, Mara y Vera, que se reencuentran después un tiempo sin verse. La primera visita inesperadamente a la otra y, tras pasar una jornada juntas, se despiden para emprender viajes por separado. Sin embargo, cuando Vera se ha ido, Mara retrocede sobre sus pasos y decide instalarse en casa de su amiga, vestir su ropa, cocinar sus recetas y mirar sus álbumes de fotos…
Fuente e imágenes: Mostra de València
