XXVI Festival de Málaga (3): final

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Biznagas muy repartidas

malaga 30Concluye una vez más, desde que arrancara el pasado 10 de marzo, el festival de cine español y en español de Málaga. Esta edición, la vigésimo sexta, ha estado marcada, además de por la confluencia de proyecciones y eventos de las secciones que lo conforman, por coincidir en fecha con los Oscar (e, igual que en los últimos años, con las fallas valencianas, gracias por el esfuerzo, Sabín).

Coincidencia que supone un reto más para esta gran cita del cine, apuntaba, medio en broma medio en serio, en la rueda de prensa el sábado 18 de marzo su responsable, Juan Antonio Vigar, para agradecer a la prensa su implicación.

Caben todos los acentos

El de Málaga es un festival que ha hecho de la generalidad y la diversidad su marca. Caben en él todos los acentos y acoge producciones de las dos orillas del Atlántico. Así lo recordaban los presentadores de la gala de clausura, Mónica Carrillo y Darío Grandinetti, durante la noche del sábado 18 de marzo en el Teatro Cervantes de la capital malagueña.

Lo cierto es que en esta edición los premios de la sección estrella del certamen, la oficial de Largometrajes, se han repartido en múltiples territorios más allá de España. Ha sido el caso, entre los que otorga el jurado oficial, de la mejor dirección, que se ha llevado Matías Bize por El castigo (Chile/ Argentina); y de varios de carácter técnico, como mejor fotografía (Serguei Saldívar Tanaka por Zapatos rojos) o mejor montaje (Haroldo Borges y Juliano Castro por Saudade fez morada aqui dentro).

También han recaído en películas latinas los que otorgan, respectivamente, críticos y público. Así, Desperté con un sueño, de Pablo Solarz, se ha llevado el Premio Especial de la Crítica, y la audiencia que ha acudido a los cines y el jurado popular del certamen han decidido que la Biznaga de Plata Premio del Público sea para Empieza el baile, coproducción hispano-argentina dirigida por Marina Sereseky. Una cinta que pudimos ver en el maratón de cine del domingo 19 de marzo y que merece muchísimo la pena (exquisitos actores, preciosa fotografía e historia conmovedora sobre viejas glorias).

Como películas ganadoras de la sección oficial de Largometrajes, Las hijas, de Katia G. Zuñiga (Panamá, Chile) entre las latinoamericanas; y 20.000 especies de abejas, de Estibaliz Urresola y una de las más aclamadas esta edición, entre las españolas. La cinta aborda la transexualidad desde una mirada delicada y emocional, que no deja indiferente al espectador.

La Biznaga de Plata al mejor guion ha sido para Miguel Ibáñez y Elena Trapé por Els encantats (Los encantados), que ya comentábamos en crónicas anteriores.

Uno de los posiblemente más concurridos está edición ha sido el de mejor actriz, finalmente otorgado a María Vázquez por su interpretación de «la Ramona» en Matria. Una experiencia vital, según la propia premiada, por la oportunidad que le ha supuesto dar voz, cuerpo y alma a una de las mujeres obreras que luchan por subsistir.

El de mejor actor protagonista ha sido para Ammann por Upon entry (La llegada). A Ammann, habitual triunfador en el palmarés malagueño, hemos podido verlo esta edición encarnar, bajo un muy logrado acento venezolano, a un personaje que tiene un poco del propio Ammann, como inmigrante y que, confesaba al recoger el premio, ha conseguido dar vida siguiendo la técnica de interpretación patentada por su pareja y socia de proyectos, Clara Méndez-Leite.

También Bajo terapia, de Gerardo Herrero, ha recibido la Biznaga de Plata Premio Especial del Jurado por el trabajo conjunto de sus actores (grandes, efectivamente, Malena Alterio, Alexandra Jiménez, Fele Martínez, Antonio Pagudo, Eva Ugarte y Juan Carlos Vellido). Basada en una obra teatral homónima, es otra de las cintas que merece la pena visionar, y no solo por el desenlace sino también, sobre todo, por el proceso. Comedia en estado puro, una magistral dirección de actores y una realización que resuelve con cierta originalidad las posibles limitaciones de un metraje que sucede en su totalidad en un mismo espacio cerrado.

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Que las biznagas hayan estado este año tan repartidas dice mucho, en opinión de quien escribe, de la calidad y variedad de esta edición, en la que el festival ha vuelto también a su alfombra roja con público y mantiene su compromiso con lo local. Así, «Premios con acento malagueño» era el titular que llenaba el periódico impreso que edita la organización del certamen malagueño, dFestival, el pasado viernes 17 de marzo. Se refería a la gala otorgada un día antes, el jueves 16 de marzo, dentro de la sección Málaga Cinema.

Y es que si los premios de la sección oficial de Largometrajes han sido este año muy internacionales, los de esta sección tienen como objetivo reconocer el talento del panorama cinematográfico local. La actriz María Esteve, el actor José Pastor, Fresco Film y el productor Manuel Jiménez han sido los premiados en esta edición.

El valor de lo simple

O menos es más, también en cine. Al salir de ver, el viernes 17 de marzo, Upon entry (La llegada), recuerdo que le comentaba a mi pareja mientras almorzábamos cómo la cinta me pareció un poco como la ensaladilla rusa que nos comíamos en ese momento. Si es un buen bar, la rusa será genial, y no necesitará demasiados artificios… Eso es lo que le sucede a cintas como esta, que calificaría como gran película pequeña que no debe faltar en la dieta de cinéfilos para esta temporada.

Este año les confieso que me quedo con un poco de hambre de cine (y de festibar, pero ese es otro tema). Pero no puedo culpar a la organización del Festival de Málaga, que ha hecho como siempre de diez su trabajo y ha ofrecido un menú diverso y exquisito; el responsable es más bien mi pequeño gourmet de 7 meses al que vengo cuidando, que en la edición 25 no se perdió, desde su particular «palco» de honor, el certamen.

Hace unos días cuando leía en una revista del corazón cómo la actriz Bárbara Hermosilla había posado en la alfombra roja con su hijo durante una de las noches del certamen no pude evitar compartir con el equipo de Encadenados la noticia (el próximo, Darío, les comentaba).

Bromas aparte, aprovecho este espacio para agradecer al Festival y a su equipazo su buen hacer; y de paso sugerir, por qué no, la creación de espacios a modo de guarderías o ludotecas para que, aquellos que hemos elegido vivir nuestra particular «vida no tan simple», no nos perdamos disfrutarlo. Málaga, ciudad genial, también de cine.

La próxima cita ya tiene fecha, será del 1 al 10 de marzo de 2024.

Escribe María Sánchez (@cibermarikiya) | Fotos Antonio Viciana | Galería de imágenes

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