Prisioneros de la madrugada (de Javier Herreros)

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Un paseo por el Madrid de los 80

priosioneros-madrugada-0Nuestro compañero Javier Herreros, que hace dos años publicó Las huellas imborrables, su primer poemario, se adentra ahora en el territorio del relato con su novela Prisioneros de la madrugada. 

Cuatro personajes se refugian en una parroquia en la fatídica noche del 23 de febrero de 1981, esperando con miedo los acontecimientos que podrían cambiar radicalmente, y no para bien, el rumbo del país y de sus habitantes. A lo largo de aquel día con su larga noche, sus voces traban y tejen el espacio físico y emocional en el que nacieron y se desarrollaron sus vidas, con sus lastres, sueños y expectativas.

Los relatos de un padre de familia, un cura, un camarero y su novia universitaria conforman un discurso narrativo que va evidenciando de forma fragmentaria y acompasada quiénes son, qué les une y qué proyecto de vida comparten. La diversidad política, la religión como compromiso social y la apasionada vitalidad de la juventud confluyen para mostrar el intenso y agitado universo madrileño de aquellos años.

Las saludables reuniones de barrio, los conciertos multitudinarios, el fútbol y sus aficiones, las manifestaciones masivas y sus consignas sirven de marco realista a esta ficción donde se despliega la vida colectiva e individual de unos personajes que se identifican con el espíritu de un humanismo democrático donde perviven la bondad natural y la esperanza en un mundo solidario, pacífico y tolerante.

Este punto de vista, que trasciende las luchas políticas y las discrepancias religiosas, confiere al relato y a sus criaturas un matiz, idealista e idealizado, que le aproxima, quizá, a otras utopías literarias. Por otro lado, las voces de los cuatro personajes no consiguen singularizarse mediante su discurso o una particular forma de expresión, como si tras ellos se proyectase el estilo y subjetividad del autor.

Este hecho no resta mérito a una ópera prima bien construida y narrada donde el lector tiene asegurados el entretenimiento, la amenidad y la reflexión, es decir, la empatía con el autor y su novela. La dificultad de construir un relato coherente no se nos escapa, pues se necesita gran talento narrativo e ingente trabajo para articular y contar bien una historia.

Talento que esperamos crezca y se desarrolle en futuras entregas de este joven novelista.

Escribe Gloria Benito

Javier Herreros Martínez | Prisioneros de la madrugada | Editorial La Equilibrista, 2022 |