Esta
es la historia de un joven periodista en prácticas, Alfonso, representado
por Giovanni Ciccia, destinado a la sección de sucesos policiales, bajo
la supervisión del veterano Faúndez ( Gianfranco Brero). El equipo se
completa con el fotógrafo Escalona (Fele Martínez) y el conductor de la
furgoneta de prensa, Van Gogh (Carlos Gassols). Lo que, en principio, es
para Alfonso simple mal suerte por ser asignado a una sección periodística
sin interés, se convierte en una fuente de aprendizaje y autoconocimiento,
a medida que se desvelan las diversas personalidades de los
coprotagonistas y de las circunstancias que los rodean.
Gianfranco
Brero encarna de forma excelente al maduro Faúndez, personaje cínico y
desengañado, brutal a veces respecto a sus métodos para conseguir
historias truculentas y aprovechar el dolor ajeno con el fin de conseguir
un buen reportaje que atrape a los lectores. En la misma onda están el
resto de los personajes que integran el equipo: el fotógrafo Escalona
también muestra sus habilidades y trucos para provocar situaciones dramáticas
que le proporcionen buenas e impactantes fotos. Todo ello es corroborado
por el simpático Van Gogh, el conductor viejo y arrugado, cuyas citas
contundentes sintetizan la actitud de unos profesionales condenados a
contemplar la cara más degradada e injusta de la sociedad. Pero esta
actitud fría e interesada ante las miserias ajenas, el dolor, la sangre y
el crimen, esconde otra personalidad tierna, humanizada y compasiva que se
va mostrando paulatinamente al novato e inexperto Alfonso, a medida que se
desarrolla el argumento y avanza la película, como si fuera una crónica
o documental de estos reporteros de la muerte. Así, la historia contada
se convierte en fuente de
conocimiento, tanto del mundo del periodismo como de la vida, para el
protagonista. Es la narración de un viaje o proceso iniciático, a través
del cual Alfonso alcanza la madurez que proporcionan el contacto con el
dolor y la tolerancia que resulta de la compasión, como dice Faúndez.
La
película trasciende la mera historia documental para ser otras muchas cosas. Transmite muchos mensajes y comunica
sensaciones y emociones. Es denuncia social, pues los sucesos afectan
sobre todo a los más débiles, a los marginados económicos, condenados a
la sordidez ambiental y existencial. También denuncia la falta de escrúpulos
de la prensa amarilla y sensacionalista. Pero, sobre todo, enseña y
desvela el interior de los personajes, sus miserias y grandezas. A través
del filme contemplamos cómo fluye la vida y los personajes crecen y se
transforman. Sentimos su dolor, su fracaso, su desesperación y su ternura
o sus miedos. Y eso es posible gracias a la maestría de un guión
inteligente, con diálogos chispeantes, y a una dirección sobria que ha
sabido sintetizar la vida en una historia de hora y media. Los actores,
excelentes y la música popular, bien elegida para acentuar la tensión
dramática y la emoción de cada secuencia. Una película para disfrutar y
recordar.
Gloria
Benito |
Tinta
roja
Perú-España.2000.
35mm. Color. 121 min.
Dirección:
Francisco Lombardi.
Guión:
Giovanna Pollarolo.
Música:
Bingen Mendizábal.
Intérpretes:
Gianfranco Brero, Giovanni Ciccia, Fele Martínez, Lucía Jiménez, Carlos
Gassols.
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