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Ridley
Scott se presenta como candidato al Oscar con este filme bélico, cuya
característica más destacable sería la ambigüedad de que hace gala.
Quizá por ello solamente cuente con cuatro nominaciones: fotografía,
montaje, sonido y dirección. Pues realizar una película basada en un
hecho real en el que los militares estadounidenses, por muy heroico que
fuera su comportamiento, salen escaldados, es relativamente incompatible
con las nominaciones.
En
1993 tropas de élite del ejercito estadounidense son enviadas a Somalia
con un plazo de dos semanas, para capturar (siempre buscando a alguien) al
caudillo Mohamed Aidid. Seis semanas después, la muy planificada misión
para secuestrar a dos de sus principales tenientes (entre otros, y así
hacer salir al caudillo), se convierte en un campo de batalla. Ahí es
donde se prodiga la técnica de Scott, imbricando en la historia su en
ocasiones excesivo esteticismo. Una batalla cuya crudeza es comparable a
la de Salvar al soldado Ryan,
puede que incluso en mayor medida por las características del lugar y por
la cercanía temporal.
Digamos
que de la misma manera que la realidad en ocasiones se parece a las películas,
las películas pueden parecerse a la realidad, además de basarse en ella.
Y la totalidad del enfrentamiento al que asistimos, bien podría tratarse
de las imágenes emitidas u omitidas por cualquier noticiario, tal cual
las vemos nosotros o monitorizadas a través de las cámaras de los helicópteros
como las ve el General William Garrison (Sam Shepard).
La
principal ambigüedad es la que plasma en su discurso, no decantándose nítidamente
hacia la crítica ni hacia el elogio, va dando pinceladas a un lado y a
otro. “Si no te disparan, no dispares” predican aquellos que van a
intentar remitir una guerra civil, mientras los somalíes se matan entre
ellos. Pero “no abandonamos a nadie”, a nadie de los suyos, aunque
cueste muchas vidas. ¿Crítica o elogio? Queda patente en todo momento la
dureza indiscriminada de la guerra, pero también muestra un heroico
retorno cuando entran en el estadio aclamados por la población somalí.
Ubica
la historia mediante rótulos al principio y al final de la película.
Desubica durante la batalla la similitud de los protagonistas dificultando
su identificación, a pesar de haberlos presentado anteriormente en un
campamento donde predomina la juerga y la diversión. La organización está
desorganizada, conflictos entre Deltas
y Rangers, incomunicación con
la ONU. La desorganización, evidentemente, también está desorganizada,
los somalíes caen uno tras otro. En resumen, y se supone que por orden de
importancia, 18 soldados
norteamericanos muertos y 1000 somalíes, todo por dos helicópteros de
nada.
Israel
L. Pérez
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BLACK
HAWK DERRIBADO
Título
Original:
Black Hawk Down
País y Año:
EE.UU., 2001
Género:
BÉLICA
Dirección:
Ridley Scott
Guión:
Mark Bowden, Ken Nolan, Steven Zaillian
Producción:
Columbia Pictures Corporation, Jerry Bruckheimer Films, Revolution Studios
Fotografía:
Slavomir Idziak
Música:
Lisa Gerrard, Hans Zimmer
Montaje:
Pietro Scalia
Intérpretes:
Sam Shepard, Ewan McGregor, Josh Hartnett, Tom Sizemore, Jeremy Piven,
Ewen Bremner
Distribuidora:
Columbia-Tristar Pictures
Calificación:
Todos los públicos
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