Últimamente
el cine americano nos tiene acostumbrados a una serie de películas sobre
jóvenes que dejan vacío su hogar por diversas causas: se marchan,
mueren... Recuerdo no hace mucho, por ejemplo, aquellos dos frustrados títulos
que eran En la habitación y Monster’s
ball. En ellas la ausencia de unos seres, eliminados accidentalmente,
era el núcleo de la trama. Su ausencia gravitaba sobre los otros. Una
bonita idea que no se plasmaba en un análisis coherente de situaciones y
de personajes. Si tuviera que definir esos títulos de alguna manera diría
que se trataba de las falsas buenas películas, esas que prometen mucho y
dan poco, o mejor, las que son capaces de engañar a los espectadores más
conformistas. Vamos, que de una u otra manera se da gato por liebre.
Algo
de eso, y quizá mucho más, le ocurre a este filme filmado por el poco
presentable director de Casper y
que para mayor adorno viene arropado nada menos que por dos pesos pesados
como son Susan Sarandon y Dustin Hoffman. No sólo se trata de dos buenos
actores, además son muy liberales. Al parecer, además, se piensan muy
bien cuáles son las películas en las intervienen. Dos actores, pues, de
prestigio en manos de un realizador de pocas películas y, además, de
escasa (o nula) calidad.
Pero,
las cosas pueden cambiar. Se puede argüir que las anteriores cintas de
Silberling eran muy flojas porque no contaban ni con historias
importantes, ni ellas (las historias) habían sido escritas por el propio
director. Porque, está claro, si el director escribe sus propios guiones
estamos en la categoría de autor total. De ahí al genio sólo hay... un
abismo. El mismo en el que se precipita esta vulgar obra llena, eso sí,
de buenas intenciones.
Como
en las dos películas citadas al principio, El
compromiso (¿a qué viene titularla igual que a un hermoso filme de
Elia Kazan) nos habla de un ser que desaparece trágicamente: una joven a
punto de casarse es asesinada. La historia de la que se parte parece
inspirarse en la propia vida del realizador ya que una novia suya, la
actriz de televisión Rebecca Shaeffer, fue asesina por uno de sus
admiradores en 1989.
Cuando
la película se inicia la joven ya ha muerto. La primera secuencia nos
muestra a sus padres y al novio esperando ir al funeral. Este comienzo es
de por si desconcertante: un cierto tono humorístico (¿distanciador?)
sirve para que alejamos del drama que acaba de alterar la vida de unos
seres. A partir de ahí estamos ya en el terreno de la “ausencia”.
Toda la película girará sobre la persona que ha desaparecido, de forma
que sobre ella girarán todos los personajes que vivieron a su alrededor.
Su desaparición marca la existencia de sus vida. Se trataría, por parte
de los otros, de rehacer la vida, de poder encontrar la verdad de unas
relaciones marcadas por la mentira que se niegan a aceptar. Elementos
prometedores pero dispersos en personajes y acciones. No sólo les bastará
“a los vivos” conocer la verdad, y conocerse. También tendrán que
tomar las riendas de su nueva vida. Junto a esto, asistiremos en la película
a una leve, y poco interesante, trama policíaca con la búsqueda y
presencia del asesino de la joven. Sin olvidar, claro, a otros personajes
secundarios tan previsibles e innecesarios como el de la abogada (la cada
vez más devora-papeles de Holly Hunter) y, Bertie, la empleada de correos
(Ellen Pompeu), quizá el más atractivo del relato. Con ella en pantalla,
el filme consigue elevarse y superar la mediocridad.
Como
se tocan temas “importantes” la película puede engañar y
considerarse como muy seria y hábilmente desarrollada, pero la realidad
es que (salvo las escenas en que interviene la susodicha Bertie) estamos
ante una película vulgar y, lo que es mas grave, torpe. Una estructura
casi teatral y una planificación propia de serie televisiva, termina por
reducir la película a una cargante y repetida cantinela de buenas
intenciones mal hilvanadas y peor narradas. Esto no es cine; simplemente
se trata de su negación. Con obras como esta se demuestra lo inoperante
del cine americano actual que es capaz de, incluso, presentar a buenos
actores deambulando, sin saber muy bien lo que hacer, por la película de
marras.
Mister Arkadin
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EL
COMPROMISO
Título
Original: Moonlight Mile
País
y año: EE.UU., 2002
Género:
Drama
Dirección:
Brad Silberling.
Interpretes:
Dustin Hoffman. Holly Hunter. Dabney Coleman. Allan Corduner. Roxanne Hart.
Susan Sarandon. Ellen Pompeo. Aleksia Landeau. Jake Gyllenhaal.
Guión:
Brad Silberling.
Producción:
Patricia Whitcher. Brad Silberling.
Música:
Mark Isham.
Montaje:
Lisa Zeno Churgin.
Distribuidora:
Buena Vista Internacional
Calificación:
No recomendado menores de 7 años.
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