El mundo es nuestro (3)

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Eficaz,  divertido  esperpento 

el-mundo-es-nuestro-1Y lo es en sus 87 minutos, con alguna concesión a la ironía, que pudieron haber sido más; sus toques de ahora mismo, de estar narrando lo que sucede en el día a día que nos asalta de continuo, y que va de banqueros, raterillos, parados, estafadores y estafados, informadores, políticos, policías, religiosos y de gentes que pasan por allí en aquel momento, cofradía del barrio de Triana incluida, naturalmente.

Vamos, que estamos ahora mismo en Sevilla con la moto de dos treintañeros, con sendos disfraces, uno de blanco y el otro de negro, que se quedan sin gasolina poco antes de llegar a su destino: el atraco a una sucursal bancaria en pleno barrio sevillano. Su verborrea, mientras conducen, es tal que casi viene bien que no la entendamos del todo, pero sí nos quedemos con lo fundamental: quieren irse a Brasil con lo que consigan en Bankasur.

Antes de que entren, nos enteramos, por medio de grandes primeros planos, cómo el director de la sucursal y un colega, juegan a hacerse millonarios con el contenido de un maletín; y de cómo son los empleados del banco, así como algunos de sus clientes, desde el parado a la informadora camuflada, sin olvidar a la parejita de novios que quieren una hipoteca, ya en planos medios y diría que adecuados. Ya sabemos a quienes se enfrentan El Culebra y El Cabeza cuando los encañonan.

Y como comedia que se precie, hay un tercer elemento en discordia: Fermín, que entra con explosivos pegados a su cuerpo dispuesto a inmolarse, y de paso que mueran todos, a menos que la televisión haga acto de presencia, para denunciar en directo la injusticia de su situación. Toda esta primera parte está hecha con la suficiente solvencia, y buen sentido del humor, para que participemos de las imágenes que nos llegan con risas diversas, intuyendo que parece de lo más real.

Cuando interviene la policía, el guión, y en parte la realización, se vuelvan como más berlanguianos, con perdón de los puristas, porque rozando el tópico reflejan el universo cotidiano de tantas situaciones que, abocadas al ridículo, saben sortear los escollos del mimetismo para proponer una diversión donde los hechos cotidianos tienen lo que son: tratamiento de choque a base personajes contrapuestos que se complementan; servidos, además, por la televisión en vivo y en directo.

El desenlace, con la intervención de la cofradía trianera que tiene que pasar por allí mismo, pese al cordón policial, y la del delegado del gobierno en Sevilla, culmina el esperpento de este El mundo es nuestro con una alegría y un descontrol que dan para reflexionar sobre las imposiciones de una sociedad, que han sabido plasmar Alfonso Sánchez y Alberto López, como director el primero, y actores y productores ambos, que no sabemos bien a dónde quieren conducirnos, con tantos palos de ciego que no dejan de darnos, siendo conscientes de la necesidad de que esta sociedad, de la que formamos parte, deje de mangonearnos, de la mano de los ricos, a su antojo.

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Pues que del último cine español que estamos viendo, no me cabe duda que esta película, barata de costo, eficiente, discreta —a pesar de la publicidad con que está rodeada en las redes sociales, porque sus autores hicieron sus cortos en ellas—, y es solvente y superior a otras que se las dan de importantes, o socialmente necesarias.

El mundo es nuestro no es una obra maestra, creo que nadie de los que intervinieron en su puesta a punto lo pretendía, pero sí una película que todos deben ver, desde policías a periodistas, desde políticos a banqueros, y desde hipócritas a estafadores.

Y un apunte especial para todos los actores que intervienen. No es que estén bien, es que hacen justamente lo que un actor debe hacer, y sabe hacer, por supuesto, creer su personaje para que los demás nos lo creamos. Ahí tenemos a la parejita de novios, que dan más de sí de lo que parece, a todos y cada uno de los empleados del banco, a los estafadores, al chino providencial que abre maletines y que sabe tanto español como cualquiera y al impagable Antonio Dechent.

El mundo es nuestro, como exclaman los raterillos al final, camino de ese hipotético Brasil en la moto de agua, es una película que merece verse para poder reírnos de nosotros mismos y del mundo en que vivimos. Eso salimos ganando en todos los sentidos.

Y no puedo por menos de dar las gracias a quienes han hecho posible este “apropósito” sobre la realidad de la crisis actual, que a tantos parece gustarles que se prolongue para beneficio de los de siempre. Lo dicho: El mundo es nuestro.

Escribe Carlos Losada

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Título El mundo es nuestro
Título original El mundo es nuestro
Director Alfonso Sánchez
País y año España, 2012
Duración 88 minutos
Guión Alfonso Sánchez
Fotografía Daniel Mauri
Música Maravilla Gypsy Band
Distribución Festival Films
Intérpretes Alfonso Sánchez (el Cabeza), Alberto López (el Culebra), Alfonso Valenzuela (Ricardo), Joserra Leza (don Manuel), María Cabrera (Sabina), Daniel Morilla (Fran), Olga Martínez (Olga), Francisco Torres (Paco), Antonio Dechent (Delegado del Gobierno)
Fecha estreno 22/06/2012
Página web http://www.elmundoesnuestro.es/index.php/es/