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La violencia de las armas como coreografía audiovisual
Escribe Juan de Pablos Pons
Michael Mann (Chicago, Illinois, 1943) es un reconocido cineasta con una trayectoria estimable en la que se encuentran títulos como El dilema, Heat, Ali o Collateral. Su primera película fue Ladrón, protagonizada por James Caan y realizada en 1981. Su siguiente éxito profesional vendría de la mano de la exitosa serie Miami Vice (Corrupción en Miami), de la cual fue productor, y que adaptaría en 2006 en su versión cinematográfica. Su éxito a nivel popular llega tras realizar El último mohicano, en 1992, y se confirmó con Heat en 1995.
Se trata de un director con una sólida formación que inició su carrera en televisión en la década de 1970 trabajando en la serie Starsky y Hutch. Durante los ochenta siguió trabajando para televisión participando en series como Corrupción en Miami, creada por Anthony Yerkovich, a la que siguió la aclamada Crime Story, un drama protagonizado por Dennis Farina, rodado en Chicago y en Las Vegas. En 1990 produjo la miniserie Drug Wars: The Camarena Story, que recibió diferentes premios.
Mann ha desarrollado a lo largo de su extensa carrera un estilo propio e identificable. En 1999 fue nominado a tres Oscar, como coguionista, director y productor de El dilema (The Insider), con Russell Crowe y Al Pacino. Basada en el artículo The Man Who Knew Too Much, de Marie Brenner, publicado en Vanity Fair, cuenta la historia de Jeffrey Wigand, el hombre que se atrevió a contar el lado oscuro de la industria tabaquera y por tanto sufrió su hostigamiento. Se trata, sin duda, de su mejor obra hasta el momento.
Ahora, con Enemigos públicos, Mann propone una aproximación a un personaje vinculado a la delincuencia en la época de la Gran Depresión, en concreto narra el último año de vida de John Dillinger. Encarnado por Johnny Depp, este atracador de bancos es presentado como un personaje popular, apoyado por la gente corriente en función de que con sus atracos señalaba a los culpables de la gran crisis económica que estalló en 1929 y se prolongó durante la década de los años treinta del siglo XX.
En ese sentido, cabe señalar que la narración de Mann respeta los hechos tal como ocurrieron. Incluso escenifica una famosa fotografía al ser ingresado en un penal posando con el fiscal del condado. Por tanto, se trata de una suerte de Robin Hood a la americana. Sus antagonistas en esta historia real son el implacable agente Melvin Purvis (Christian Bale), que recibe el encargo de eliminar a Dillinger del director del recién creado FBI, y el repugnante J. Edgar Hoover (interpretado por Billy Crudup), primer director de la famosa Oficina Federal, quien acuñó la frase "enemigo público número uno" para referirse a Dillinger, sin imaginar que lo convertiría en una figura mediática de su tiempo.
John Herbert Dillinger (22 de junio de 1903 – 23 de julio de 1934) llegó a ser considerado uno de los iconos de la cultura popular en Estados Unidos. Su fama se debió en buena medida a la idealización que la prensa de la época hizo de sus andanzas como ladrón, y a la manera en que escapó en varias ocasiones de la policía y de dos penitenciarías. Sus hazañas, junto con las de otros asaltantes de la época, como Bonnie y Clyde o Kate "Ma" Baker, llamaron la atención de la prensa estadounidense. Su popularidad lo convirtió en leyenda. Dillinger es recordado como alguien que luchó contra el sistema e hizo lo que pudo por sobrevivir en una sociedad poco complaciente con los desadaptados.
Durante 14 meses, entre 1933 y 1934, la banda de Dillinger mató a 10 hombres, hirió a siete, robó numerosos bancos -el FBI nunca concretó la cifra-, y logró huir de la cárcel de Crow Point (Indiana) y de una encerrona de los agentes federales en el albergue Little Bohemia Lodge, al norte de Wisconsin.
Michael Mann ha afirmado a propósito de su personaje: "La gente más maltratada por la crisis le veía como su representante. En los robos, abroncaba a sus compañeros si éstos soltaban algún taco. Así creó el mito del bandido caballero: agradable, amigo de sus amigos y a la vez duro". Amante de las películas, murió a la salida de un cine. "En contrapartida, su vida nunca ha quedado bien reflejada en la pantalla. En 1974 John Milius dirigió Dillinger, con Warren Oates como protagonista. Entonces no se sabía mucho de él. El FBI desclasificó miles de folios de documentos a finales del siglo XX que motivaron a Bryan Burrough a escribir la novela en la que se basa mi filme".
Enemigos públicos, por tanto, presenta la visión de Michael Mann de este pistolero mediático que durante unos meses -la acción se sitúa en 1933- acaparó la atención popular con sus atracos a bancos de diferentes estados del país. Se propone una visión épica del personaje, lo que resulta habitual en el cine de Hollywood en su tratamiento sobre el mundo de los gangsters. Dillinger fue idealizado por la prensa sensacionalista y tratado como "héroe americano".
Mann, en su línea característica, propone un tratamiento realista, potenciado en este caso al realizar el rodaje en alta definición. Esta tecnología aporta unas imágenes y sonidos hiperrealistas que son susceptibles de un tratamiento muy elaborado en la fase de posproducción. El uso de la cámara en mano en muchas secuencias otorga un tratamiento cuasi documental al relato, y los enfrentamientos armados entre los agentes del FBI y la banda de Dillinger constituyen el reclamo principal de este filme.
En su concepción coreográfica como forma de representar la violencia, a modo de un espectáculo operístico, Michael Mann abusa de ciertos recursos, que en algunos momentos lastran por exceso su aparente tratamiento realista. Así, en los citados duelos armados asistimos a refriegas en las que el uso de armamento militar -sin duda más espectacular y ruidoso que el habitualmente utilizado por delincuentes comunes y policías- resta verosimilitud al relato. Al querer primar el "ruido sobre las nueces" Mann vacía en buena medida la historia de componentes más relevantes para conocer mejor a los protagonistas de la historia que se nos propone, sus motivaciones y vinculaciones. El filme como relato de acción resulta convincente, pero a costa de esquematizar en buena medida a sus personajes y situaciones.
En este aspecto, Enemigos públicos no sale bien parada en la comparación con directores y películas que pueden considerarse referentes directos para Michael Mann; es el caso de Arthur Penn (Bonnie and Clyde, 1967), Sam Peckinpah (Grupo salvaje, 1969), Michael Cimino (Manhattan Sur, 1985) o Brian de Palma (Los intocables de Eliot Ness, 1987).
Otro aspecto que lastra esta película es la elección de la pareja protagonista formada por Johnny Depp y la actriz francesa Marion Cotillard, sin ninguna química en la pantalla. Sin duda el soporte de las estrellas de cine supone un aliciente para cualquier película. Y el rol como "héroe americano" encarnado por figuras clásicas como Clark Gable, una de cuyas películas va a ver Dillinger a un cine de Chicago, de la que al salir es asesinado por agentes del FBI, resulta convincente.
Todavía existe en Chicago el cine Biograph, reconvertido en teatro Victoria Gardens Biograph, en el 2433 de la avenida Lincoln. Es el lugar donde John Herbert Dillinger entró en 1934 con dos amigas -una de ellas la traidora que avisó al FBI horas antes- a ver Manhattan melodrama (en España se tituló El enemigo público número uno), un filme en que el mítico ladrón pudo verse reflejado en el personaje que encarna Clark Gable.
Sin embargo, Johnny Depp como estrella cinematográfica resulta poco creíble como "héroe americano", por su trayectoria y por su imagen profesional. Son las grandezas y las miserias del star system contemporáneo. Además, su composición del atracador de bancos resulta ligera y distante, lo que encaja mal en el estilo realista adoptado por el director. A la pregunta de quién fue su modelo de referencia para abordar el personaje, Depp ha contestado: "Sería más un punk como Joe Strummer. Aunque la canción que escuché durante todo el rodaje fue Nightmare, de Arti Shaw. Un tema que apliqué prácticamente a cada una de las escenas".
La película ha sido rodada en los escenarios reales donde ocurrieron muchas de las situaciones por las que pasó John Dillinger y a los que ha hecho mención Michael Mann: "Crow Point se mantiene tal cual; la posada de Little Bohemia, reconvertida en restaurante, aún conserva la habitación de Dillinger, y en los bosques se pueden ver los huecos en los troncos de las balas del tiroteo. Me sorprendió encontrarlos". Mann filmó durante varias noches a la puerta del Victoria Gardens Biograph en la primavera de 2008, e hizo que Depp cayera muerto exactamente en el mismo lugar que Dillinger.
Cabe señalar como acierto la imagen reflejada de los agentes del FBI, con convincentes interpretaciones de Christian Bale y Billy Crudup, al presentarlos como un grupo violento de pocos escrúpulos a la hora de perseguir a los "fuera de la ley", y por momentos más peligrosos e inmorales que los propios delincuentes.
En definitiva, se trata de una película en la que la acción se antepone en todo momento a la esperada evolución de los personajes; apoyada con acierto en una fidedigna reconstrucción histórica y un buen trabajo de ambientación. La música asume un papel relevante a la hora de subrayar las diferentes secuencias.
Queda lastrada, sin embargo, por los errores de casting ya mencionados, y por un tono épico que resulta esquemático y que no aporta explicaciones significativas sobre los hechos y personajes presentados; por todo lo cual, Enemigos públicos queda como un filme de acción y entretenimiento, pero al que cabía pedir otros logros, dado el perfil de los participantes en este proyecto.
