ESTÓMAGO (2)

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Título original: Estômago
País, año: Brasil – Italia, 2007
Dirección: Marcos Jorge
Producción: Marco Cohen
Guión: Cláudia da Natividade, Fabrizio Donvito, Marcos Jorge y Lusa Silvestre
Fotografía: Toca Seabra
Música: Giovanni Venosta
Montaje: Luca Alverdi
Intérpretes:

João Miguel, Fabiula Nascimento, Babu Santana, Carlo Briani, Zeca Cenovicz, Paulo Miklos, Jean Pierre Noher

Duración: 100 minutos
Distribuidora: Alta Classics
Estreno: 19 diciembre 2008
Página web:  www.estomagoofilme.com.br

La cocina social
Escribe Juan Ramón Gabriel

estomago1.jpgAl modo de bildungsroman propio de la novela picaresca, Estómago es el relato de aprendizaje y formación en la vorágine de la vida de un personaje bobo e inocente, de origen rural, y por lo mismo palurdo y paleto, en la maraña social de una urbe contemporánea. También es su conversión de ingenuo en resabiado, mejor, en resabido, mediante la explotación de sus cualidades innatas para el arte culinario.

Su roce con el áspero mundo le supondrá una inmersión en los resortes de poder que constituyen toda organización social. Las armas que blandirá en su combate por la supervivencia le vienen dadas por sus aptitudes en el dominio de uno de los resortes básicos con los que encauzar los instintos primarios de la naturaleza humana: posee un don natural para la cocina.

Enmarcada en el Brasil contemporáneo, la historia transciende cualquier espacio y tiempo, siendo su ejemplaridad universal por constitutiva de lo humano esencial. El cacareado realismo del que hace gala el director, su referencialidad brasileira pasa a ser un elemento secundario, ya que transciende la concreción histórica en la que se desenvuelve para adquirir una validez intemporal.

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La elección de la alegoría alimentaria persigue confrontar una dialéctica entre lo instintivo y lo civilizador, entre la pureza de los ingredientes y la técnica artística de su elaboración. El plato que se nos ofrece, no obstante, resulta un tanto insustancial, dado que el guión no está cocinado con la suficiente mesura para combinar un producto que oscila entre la comedia y el drama, entre la denuncia social y una historia de amor con visos redentores, a lo que se añade el aderezo del subgénero presidiario, que aquí, más que como contrapunto, aparece como una prolongación de las reglas de dominación que imperan en la sociedad, tanto la asentada sobre la aparente libertad como la carcelaria.

Esta carencia de fusión se expande al armazón estructural del filme, desarrollado a través de un montaje alternativo que expone dos momentos temporales complementarios y explicativos uno del otro. Una vertiente cronológica está situada en el presente de la cárcel que acoge al protagonista y que sirve de arranque al filme; otra vertiente muestra los antecedentes que han conducido a la situación actual, especie de pretérito vital y formativo. Ambos se unen mediante epanadiplosis de secuencias y planos que se encadenan temáticamente. Se echa en falta el tiempo pluscuamperfecto, esto es, el origen del personaje y el modo por el que adquirió su faceta de genio de los fogones.

estomago2.jpgEl proceso de pérdida de la inocencia es paulatino y discurre en paralelo a su perfeccionamiento artístico. El primer amo al que sirve es el dueño de un bar de mala muerte, parada y fonda de su arribada a la gran ciudad. Casualmente, para pagarse el alojamiento y su manutención, surgen las dotes culinarias del protagonista, las cuales proveen de nueva clientela al local y le sirven para trabar contacto con una guapa y apetitosa prostituta. Precedido por su talento, será contratado por un italiano que regenta un restaurante más sofisticado, segundo amo que pulirá sus virtudes y perfeccionará su arte. Sin embargo, debajo de esta sofisticación y su ascenso en la escala social laten los indicios que provocarán la desgracia.

Mientras, la relación con Iria, la prostituta, se afianza gracias a un intercambio de pasiones primarias: ella le ofrece su esplendoroso y rollizo cuerpo a cambio de las delicatessen que Raimundo, con su virtuosismo, le prepara.

La otra vertiente cronológica, la situada en el presente y que engarza con el inicio en el minuto ochenta del metraje, muestra al tercer amo de Raimundo en el microcosmos carcelario. Se trata de Bujlú, el jefe de la celda donde es recluido. A éste consigue ganárselo mediante la ostentación de su capacidad para transmutar la bazofia del rancho en suculentos platos. De esta manera asciende en el escalafón de ese universo de concentración humana peligrosa, ascenso que se materializa en la elevación desde el duro suelo a la litera inmediatamente inferior a la del jefe. Se agradece que no se carguen las tintas en la descripción de este ambiente claustrofóbico y que se muestre como un apéndice más de una sociedad reducida en la que prevalecen idénticos mecanismos y reglas de poder que en la sociedad “libre”.

El servilismo del que hace gala Raimundo esconde un cambio en su personalidad: ya es un resabido cocinero a la vez que una resabiada persona, aunque para el espectador tal metamorfosis haya pasado desapercibida por no haber sido dramáticamente justificada.

estomago3.jpgAsimismo, a lo largo de las secuencias de enamoramiento y formación profesional, surgen varios episodios de carácter anticipador, tales como la equiparación de la carne de los animales con diferentes partes del cuerpo de la mujer, o la secuencia en que la “prometida” Iria realiza su número en el club donde trabaja vestida con un traje de novia. No es coherente con la trama de la historia la reacción desaforada de Raimundo ante los requiebros que recibe su novia prostituta, a pesar de querer justificarlos por su intolerancia al alcohol, que lo induce a la “locura”.

En conclusión, los términos reales y los imaginarios que configuran está metáfora sobre las relaciones sociales y el dominio no cuajan bien; hay cierto desfase e insuficiente cocción: ni la delectación placentera y transformadora de caracteres que ofrecía El festín de Babette, ni la exposición redentora de una superación personal en condiciones adversas de Cadena perpetua. Raimundo Nonato, cual nuevo Lazarillo, ha descubierto cuáles son los mecanismos de funcionamiento de una sociedad corrupta, y los ha asimilado para poder sobrevivir.

Al final, la sociedad ha conseguido parir a través de la vagina moral a un personaje inmaculado, extirpado del vientre sin pasar por un parto doloroso. El plano final es toda una toma de conciencia de esta situación por parte del personaje: ocupa la litera del defenestrado Bujlú (literalmente envenenado), convirtiéndose en el cocinero áulico del nuevo dueño del inframundo que habita.
La condición humana, pues, se mantiene inalterable. Ya lo decía el Arcipreste de Hita:

“Como dize Aristóteles, cosa es verdadera,
el mundo por dos cosas trabaja: la primera,
por aver mantenençcia; la otra cosa era
por aver juntamiento con fenbra plazenterea”.

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