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Cuéntanos un cuento
Escribe Eva Cortés
La nueva película de Disney lleva ya tres semanas en taquilla en España. En las dos primeras recaudó mas de 2,5 millones de euros; una buena cifra para los tiempos que corren, pero no tan alta como se esperaba, siendo que en EEUU fue de las más taquilleras las pasadas navidades, con más de 85 millones de dólares recaudados o lo que es lo mismo, más de 62 millones de euros.
Sólo observando estas cifras vemos lo diferentes que son los intereses de las familias españolas a los de las estadounidenses. En España el cine mixto -para grandes y pequeños- no goza de la misma aceptación que al otro lado del charco. Después de Bolt y Un chihuahua en Berverly Hills, la primera con muy buena acogida, Disney ha vuelto a valerse de un brillante trabajo de promoción para sacar la máxima recaudación a esta película, después de desembolsar un elevado presupuesto.

El encargado de ponerse tras las cámaras al mando de esta superproducción, es Adam Shankman. Acostumbrado ya a las comedias familiares tras rodar Un canguro súper duro o Doce fuera de casa, no le ha debido costar mucho tomar los mandos y rodar Más allá de los sueños, contando con tan elevado presupuesto, ayudado de un guión ya escrito por Tim Herlih y Matt Lopez y con el grueso colchón Disney como reclamo para el público
Protagonizada por Adam Sandler, la historia esta montada en forma de varios cuentos dentro de otro. El hilo principal narra la vida en forma de fábula, con voz en off, de Skeeter Bronson. Tras la muerte de su padre queda relegado al mantenimiento del hotel que dirigía aquél. Skeeter tiene una hermana que trabaja como directora de un colegio a la que le sale una nueva oportunidad fuera de la ciudad. Skeeter deberá cuidar de sus sobrinos durante cuatro noches.
Aquí empieza la segunda parte de la historia. Skeeter, infantil e irresponsable y con ideas bastante contrarias a las de su hermana, decide inventarse los cuentos con los que entretendrá a sus sobrinos por las noches.
Estos cuentos inventados, forman otras cuatro historias dentro de la principal. Son la parte fantástica del filme. Así, Disney nos traslada a otros escenarios, como la Edad Media, la Antigua Roma, El Lejano Oeste y el Espacio. Todos con un mismo héroe protagonista: Skeeter. De esta manera la factoría hace un guiño a otras de sus películas como Hércules, Las locuras del emperador, Los tres mosqueteros o Las crónicas de Narnia.
Por tanto, podemos decir que la nueva película de Disney tiene dos partes bien diferenciadas: la que cuenta los hechos reales y la de los fantásticos.
Hasta ahí todo bien, buenas intenciones y una fuerte puesta en escena con unos espectaculares efectos especiales en los cuatro relatos fantásticos. El problema viene al querer unir las dos partes, vida real y fantástica.
El intríngulis de todo esto, es que lo que Skeeter narra sus sobrinos en los cuentos, se hace real al día siguiente en su vida. Así pues intenta aprovecharse de estos poderes para conseguir sus sueños: ascender en el trabajo, estar con una chica guapa y rica y conseguir un Ferrari rojo. Como se ve, un personaje bastante ambicioso para representar el modelo bueno para los niños. En todas las películas infantiles existen dos modelos: el del hombre bueno y el del hombre malo. En esta historia el modelo del malo está bastante bien conseguido, repugna con sólo verle la expresión de la cara, sin embargo el bueno, carece de buenas intenciones sobre todo al principio. Por suerte, este punto del guión se arregla al final, desviando la importancia hacia otros valores como el amor o la familia en vez de a los económicos.
Pero además, como decía, la parte real es demasiado simple. Chico de abajo y bueno al que todo le sale mal quiere cambiar de vida. Demasiado visto. Por suerte, que los sobrinos introduzcan modificaciones en los relatos sumerge al protagonista en una seria de situaciones cómicas en su vida real donde Adam Sandler vuelve a demostrarnos lo poco que le importa hacer el ridículo delante de una cámara -véase por ejemplo la escena donde se encuentra en un escaparate frente a un Ferrari-; los niños más que reír con su personaje, disfrutan con Bolitas, la simpática cobaya, cuyas apariciones son lo mejor de la película, provocando la mayor parte de las risas.
Así pues, ligera y con bastantes situaciones cómicas, Más allá de los sueños es tan sólo una maquina más de hacer dinero de Disney poco original; esta vez ha ido a lo fácil combinando otras de sus películas y envolviéndolas con la atractiva idea para los padres de los cuentos inventados.
