MENTIRAS Y GORDAS (3)

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Mentiras y gordas
Original: Mentiras y gordas
País, año: España, 2009
Dirección: Alfonso Albacete y David Menkes
Producción: Gerardo Herrero
Guión: Alfonso Albacete y David Menkes
Fotografía: Alfredo F. Mayo
Montaje: Fernando Pardo
Intérpretes: Alejo Sauras, Ana de Armas, Ana María Polvorosa, Mario Casas, Yon González, Maxi Iglesias, Hugo Silva, Cuca Escribano
Duración: 107 minutos
Distribuidora: Sony Pictures
Estreno: 27 marzo 2009
Página web:  www.mentirasygordas.com

Las apariencias engañan
Escribe Carlos Losada

Pues sí, las apariencias engañan... o quizá no tantoPues sí, casi siempre las apariencias engañan; y es más, la realidad es más dura, y a veces más insoportable, que los hechos narrados por guionistas y directores, y no por haberse quedado cortos, sino porque la realidad no es manipulable en ningún sentido (sí lo puede ser la verdad, como queda demostrado en tantos programas de las televisiones, pero esa es otra historia). Y, en cambio, guionistas y directores pueden jugar con la posibilidad de introducir algún elemento real y consecuente que precipite otras acciones y reacciones.

Viene todo esto a cuento a propósito de la última película producida, bien producida, por Gerardo Herrero, y dirigida, muy bien y con solvencia y acierto, por Alfonso Albacete y David Menkes, esto es, Mentiras y gordas.

Quizá la mejor película de Albacete y Menkes hasta ahora

A veces no es fácil mostrar, sin caer en el ridículo, la autocomplacencia o la "moralitis" de turno, cómo se comportan los jóvenes en sus noches de playa y diversión, en su entrega al hedonismo para escapar de ellos mismos, para olvidarse de que este presente no les satisface, de aquella gente que detesta, de aquella otra a la que quisiera conquistar, de una educación deficiente que no han asimilado, de un amor anhelado y no consumado, de una condición de la que no están seguros, o de las disculpas que queramos buscar para sentir algo que mate el tedio que nos domina.

Quizá la mejor película de Albacete y Menkes hasta ahoraEn Mentiras y gordas sí se muestra a esta juventud, y con sus consecuencias, muchas veces no halagüeñas para la mayor parte de ella.

Apoyado en un buen plantel de actores, bien trabajados, que van de Mario Casas a Yon González, pasando por Ana Polvorosa, Maxi Iglesias y Ana de Armas, sin olvidar a Alejo Sauras o Hugo Silva, las noches, y los días, transcurren entre la monotonía, las sorpresas, las mentiras, las gordas -en este aspecto el personaje de Ana de Armas es enternecedor y hasta saludable- y esa empatía que nos transmiten para que intentemos seguir las andanzas de unos personajes, en algunos momentos corales, que nos ofrecen sus limitaciones, miserias y logros, como esa pareja de lesbianas, que dicen que no lo son; y la lucidez que aporta, como suele ocurrir, cuando la muerte hace acto de presencia y precipita sentimientos, emociones y la querencia de lo imposible.

Al final, nos damos cuenta que ha pasado un fragmento de vida ante nuestros ojos, en imágenes impactantes -a veces repetitivas, esas drogas continuas- y que nos llevarán a reflexionar sobre la futilidad de las apariencias y los riesgos que contraemos cuando no sabemos qué ruta marcarnos.

Se agradecen películas como esta, porque no moralizan Se agradecen películas como Mentiras y gordas, porque no moralizan y sí nos implican en la educación y el sentido de nuestras vidas.

Al lado de los momentos de comedia, siempre hay una vuelta a la realidad; sin embargo, esto nos hace entender mejor nuestra existencia y su razón de ser, porque esta película no deja indiferente a nadie, propiciando la toma de conciencia y dando el material pertinente para discutir y valorar sus logros y lamentar algunos de sus excesos.

Recomiendo su visionado, para jóvenes y aquellos que no lo son, aunque quisieran seguir siéndolo.

Una película recomendable para jóvenes y no tan jóvenes