SOY LEYENDA (1)

Published on:

soyleyenda-0.jpg
Título original: I am legend
País, año: Estados Unidos, 2007
Dirección: Francis Lawrence
Producción: Neal Moritz, Akiva Goldsman, David Heyman, Erwin Stoff
Guión: Mark Protosevich y Akiva Goldsman
Fotografía: Andrew Lesnie
Música: James Newton Howard
Argumento: Novela de Richard Matheson
Intérpretes:

Will Smith, Alice Braga, Charlie Tahan, Willow Smith

Duración: 90 minutos
Distribuidora: Warner Bros
Estreno: 19 diciembre 2007
Página web:  wwws.warnerbros.es/iamlegend/

El Sr. y la Sra. Smith
Escribe Mr. Kaplan

Richard Matheson es uno de los autores norteamericanos de ciencia-ficción dura más admirados por sus compañeros de profesión y que mejores resultados ha dado en sus traslaciones al cine. Títulos como El increíble hombre menguante, En algún lugar del tiempo, El último escalón, La leyenda de la mansión del infierno o el episodio Pánico a 20.000 pies de la película En los límites de la realidad así lo atestiguan.

soyleyenda-1.jpgSu labor como guionista es también muy apreciada por los cinéfilos, sobre todo por ser el autor de las adaptaciones de distintos relatos de Edgar Allan Poe a comienzos de los sesenta, títulos que luego fueron dirigidos por Roger Corman.

Will Smith comenzó como actor de televisión. Su éxito en El príncipe de Bel-Air le permitió dar el salto al cine. Pronto se convirtió en una estrella que fue moldeando un tipo de personaje de éxito: atlético, gracioso, ocurrente en los momentos más difíciles y, sobre todo, un héroe intachable en su defensa de la familia, el país y, por qué no, el mundo entero.

Títulos como Independence Day resumen a la perfección el tipo de cine que le gusta hacer y que funciona en taquilla. Al margen de las dos partes de Men in black (en las que compartía protagonismo con Tommy Lee Jones), en los últimos años ha optado por buscar proyectos en los que es la estrella absoluta, sin nadie que pueda hacerle sombra, optando por un modelo de filme en el que la ciencia-ficción es importante, pero adaptada a sus necesidades de estrella. Yo robot, Soy leyenda y Hancock son buenos ejemplos de este cine estandarizado creado por y para el Sr. Smith.

La evolución de Soy leyenda, desde la novela escrita hace más de cincuenta años por Matheson hasta la película del Sr. Smith, es un buen ejemplo del panorama que podemos esperar del terror y la ciencia-ficción producidos por las multinacionales de Hollywood en los próximos años.

soyleyenda-24.jpg

La obra maestra de Matheson

Desde la primera página, los vampiros que rodean a Robert Neville, el último hombre vivo, saben dónde vive y le acechan cada noche. La monotonía invade día y noche la vida de este pobre superviviente que sólo tiene la música y el alcohol para no escuchar, noche tras noche, cómo le llaman.

soyleyenda-2.jpgUna casa sucia y desordenada, una vida sin futuro, un pobre hombre y una amenaza permanente en el exterior, encabezada además por el que fuera su mejor amigo, Ben Cortman, que cada noche acude a llamarlo para que se entregue, convirtiéndose así en vampiro.

En su soledad, el sexo, las mujeres y el forzoso celibato son temas que asaltan su cerebro. Por el día intenta investigar, descubrir por qué todos son monstruos y por qué él sobrevive. Así, da un repaso a todos los mitos sobre los vampiros (ajo, estaca cruz, luz del día), aunque sin olvidar algún comentario irónico: “¿Qué haría un vampiro mahometano ante una cruz?”. Por la noche, se entrega a los recuerdos, a la música, a la desesperación.

Dividida en tres partes y un breve epílogo, en la primera se nos presenta su vida cotidiana y sus recuerdos; en la segunda aparece un perro como primer ser vivo además de Neville; en la tercera, una mujer le permitirá soñar con un nuevo mundo… aunque al final es una trampa de los vampiros y, poco antes de morir, Neville toma conciencia de ser un espécimen raro en una nueva sociedad vampirizada y, justo en el último párrafo, proclama las míticas palabras que dan título al libro: “Soy leyenda”.

En la línea dura de la ciencia-ficción, la novela incluye momentos tan desasosegantes como los recuerdos de la guerra bacteriológica (donde nadie se salva); el día del entierro de su mujer, Virginia, tras una larga enfermedad… esa noche llaman a la puerta y al abrir descubre a su esposa, ya vampira; o el largo episodio del perro vagabundo, al que intenta acercarse poco a poco, ofreciéndole comida, porque es la única forma de tener compañía… bloque central que finaliza con una frase inolvidable: “Una semana más tarde el perro había muerto”.

soyleyenda-4.jpg

La “adaptación” del Sr. Smith

Tras un brillante prólogo a través de un informativo de televisión, que habla del descubrimiento de una vacuna contra el cáncer, una elipsis de tres años muestra el mundo ya en ruinas. Un gran comienzo que pronto es estropeado por la irrupción de Will Smith, en una larguísima escena conduciendo como un loco por una ciudad invadida por la vegetación y los animales, además de algún guiño ingenioso (un cartel de Superman y Batman juntos  en una antigua película).

soyleyenda-6.jpgA los pocos minutos queda claro que el Sr. Smith es la estrella y todo ha de adaptarse a su presencia continua en pantalla: el perro es un mero compañero para sus bromas, pero con presencia secundaria, no sea que vaya a restarle protagonismo (nada que ver con el perro de la novela, que jamás entra en contacto con Neville); los flash-backs explicativos de la epidemia dejan claro que él es un oficial del ejército y que colaboró como el que más para salvar gente, sobre todo a su familia (por cierto, en una escena calcada de la evacuación de La guerra de los mundos, versión Spielberg); cada mañana el superviviente hace una buena sesión de ejercicio físico, se prepara un buen desayuno y luego pasa el día investigando una vacuna para salvar el mundo (el héroe se mantiene íntegro y jamás le atenaza la desesperación: nada que ver con la obra de Matheson)…

Pese a sus continuas traiciones a la letra y el espíritu de Richard Matheson, si la película no es completamente despreciable se debe a algunos buenos momentos, como el citado prólogo, la primera aparición de los vampiros (con una gran atmósfera y una buena planificación; responsable: Francis Lawrence, quien también patinó en Constantine), o la pelea que realiza el perro frente a otros perros vampiros… aunque esta última escena, bien resuelta, carece de toda lógica, ya que no se explica por qué aparecen tres perros vampiros y no el resto de muertos vivientes. Y lo mejor de la función: durante toda la película, James Newton Howard apuesta por una banda sonora triste, basada en un único instrumento, el piano, que sugiere mucho mejor que las imágenes la soledad del protagonista (lástima que la película esté saturada con canciones de Bob Marley and the Wailers, cosas del merchandising para vender discos).

soyleyenda-5.jpgJunto a estos hallazgos, la película se deja llevar por resoluciones facilonas y subrayados innecesarios, así, al margen de toda la exaltación del héroe (que parece saber desde el inicio que está destinado a salvar el mundo), uno puede contemplar un bello travelling en retroceso tras enterrar al perro (ése que le ha defendido hasta la muerte) y, a continuación, un chirriante diálogo con unos maniquíes de un videoclub, una escena innecesaria destinada a subrayar su soledad y su locura al carecer de la compañía de su perro Sam; por cierto, una escena copiada de El último hombre vivo, la película de Boris Sagal protagonizada por Charlton Heston en 1970 y que es, pese a sus limitaciones, mucho más interesante que esta adaptación del Sr. Smith. De hecho, el guión de esta nueva versión se acerca más a la película de los setenta que a la novela original de los años cincuenta.

La aparición de la mujer esconde un secreto, como en el libro, pero con un carácter muy distinto: si allí era la constatación de que el mundo está en manos de los vampiros y Neville desaparece, aquí sirve para constatar que hay una colonia de supervivientes, que ella tiene un plan porque “se lo ha dicho Dios”, y Dios manda una plaga para que Neville no vuelva a gritar que “Dios no existe”, y todo explota, y es el Apocalipsis final, y el jefe de los vampiros aparece en su casa, y Neville no muere aunque le muerden en el cuello y… y… entonces ve la luz, llega el Milagro: la prisionera vampira se ha curado, es la señal, Neville salva a la mujer y a la niña, y él se sacrifica, sí, se sacrifica para salvarlos a soyleyenda-7.jpgellos y a la vacuna, con una granada encontrada por casualidad en un cajón de su laboratorio, una granada que explota y mata a todos los vampiros (¿no sería una bomba atómica?), pero se salvan la mujer y el niño. Aleluya, hermanos. La Humanidad se ha salvado.

Ahora todo está más claro: Neville es, efectivamente, una leyenda, pero no entre los vampiros sino entre los humanos. Vuelve a sonar por enésima vez una canción de Bob Marley, en este caso una titulada significativamente Redemption song (eso te pasa por dudar de Dios, Sr. Smith), al menos no es la séptima vez que se escucha Three little birds (esa musiquilla del Marley que comienza con “Don’t worry about this thing”/”No te preocupes por esto” porque tiene solución, machote).

Una vez completada su apología de los científicos (norteamericanos, claro), del ejército (yanqui, por supuesto) y de la redención religiosa (aunque no la del vampiro mahometano que apuntaba Matheson en la novela), el Sr. Smith culmina su exhibicionismo en la versión en DVD con unos cómics animados que ofrecen distintas variaciones sobre el último ser vivo en cada continente. Y… lo han adivinado, los cómics son obra de Jada Pinkett Smith, la Sra. Smith. Ya lo habíamos intuido: la familia que trabaja unida, jamás será vencida.

A este cronista sólo le queda una duda: dado su gran éxito comercial, ¿cómo se las ingeniarán los guionistas para la segunda parte? ¿Resurrección de la leyenda? ¿Será el Sr. Smith el nuevo Mesías? ¿Debería blanquearse para ello, como un tal Michael Jackson? 

soyleyenda-14.jpg