VALKIRIA (2)

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Título original: Valkyrie
País, año: Estados Unidos, 2008
Dirección: Bryan Singer
Producción: Gilbert Adler, Bryan Singer, Christopher McQuarrie,
Guión: Nathan Alexander y Christopher McQuarrie
Fotografía: Newton Thomas Sigel
Música: John Ottman
Montaje: John Ottman
Intérpretes:

Tom Cruise, Thomas Kretschmann, Tom Wilkinson, Bill Nighy, Eddie Izzard, Terence Stamp, Carice van Houten, Kenneth Branagh, Kevin McNally

Duración: 121 minutos
Distribuidora: Hispano Foxfilm
Estreno: 30 enero 2009
Página web:  http://valkyrie.unitedartists.com

Nazis buenos (más o menos)
Escribe Marcial Moreno

valkiria1.jpgEn Valkiria se nos cuenta la historia del atentado fallido a Hitler por parte de Claus von Stauffenberg y sus secuaces, todos ellos  destacados miembros del régimen nazi. El tono elegido, como no podía ser de otra manera, es hagiográfico, exaltación del heroísmo de unos individuos que se sacrificaron intentando acabar con el monstruo.

Sin embargo la película no llega a ser del todo maniquea. Hay que reconocerle cierta honestidad intelectual al director a la hora de plantear algunos temas un tanto espinosos que, si bien no son analizados a fondo, permiten, para quien quiera atenderlos, una reflexión que trasciende el halago ciego de los protagonistas y sus referentes históricos.

En primer lugar cabe señalar la verdadera motivación de la revuelta. Aún cuando el objetivo es encomiable, siempre queda la duda, que un personaje expresa al principio de la película en su alusión a las ratas que huyen del barco que se hunde, sobre si el momento elegido para materializar el atentado que se nos relata obedece más al intento de salvar el pellejo cuando ya el régimen ha entrado en una descomposición irreversible, o a intenciones benefactoras y altruistas. Porque, al fin y al cabo, los judíos gaseados y la barbarie no acontecen sólo en los estertores finales del nazismo, y cuesta creer que altos mandos del ejército necesiten tantos años para percibir lo que está ocurriendo.

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Por otra parte se plantea la difícil conciliación entre heroísmo y traición. Se hace ya desde el principio, con la reproducción del juramento de fidelidad al Führer que abre la película, y se retoma en el tramo final, con el choque entre partidarios y detractores del golpe. Qué duda cabe de que la película antepone la nobleza de los ideales y los propósitos de los rebeldes a la lealtad prometida, pero una traición no deja de ser una traición, y ello arroja una sombra de ambivalencia moral sobre los protagonistas de la que no es fácil deshacerse.

valkiria2.jpgLa película intenta diluirla de la peor manera posible: caricaturizando a los malos. Tanto Fromm como otros de los detenidos en los breves instantes de triunfo de la asonada, e incluso el propio Hitler, se presentan como tipos malencarados, decrépitos o directamente repugnantes, frente a la aureola de honradez y heroicidad (y juventud o sensatez e inteligencia) que acompaña a los buenos.

El relato es ágil, está bien ambientado, no posee apenas tiempos muertos. En fin, que posee una factura más que aceptable. Sin embargo la intriga no funciona. Y no tanto porque sepamos de antemano el final (¿o no sabíamos que las películas de Hitchcock acaban bien, alguna excepción al margen, y sin embargo la tensión no decaía nunca?), sino por el ritmo acelerado que se impone a la narración. Faltan los necesarios momentos de receso en los que el suspense se va fraguando y adquiriendo consistencia; casi no hay tiempo para reflexionar sobre lo que ocurre y puede ocurrir. El intento de dotar de dinamismo a la historia repercute en el fracaso de su hilo conductor.

valkiria3.jpgPero con todo lo peor no es eso, sino lo que hace posible la película, a saber: Tom Cruise. Sin él, en su doble función de productor y gancho para el público, quizá no hubiera existido Valkiria. Pero es su presencia lo que lastra irremediablemente su vuelo. Ya cuesta asociar su imagen a la de un oficial nazi, pero vale. Sin embargo el hieratismo de sus formas, la rigidez de sus expresiones (más bien habría que decir de la ausencia expresiva), la monotonía de sus gestos, llegan a se exasperantes. Pero es que además el mismo personaje, no se sabe si por exigencias de la megaestrella que pone el dinero, es de una simplicidad insufrible: ni una duda, ni un momento de flaqueza, ni un atisbo de decaimiento. Un superhombre, vaya. Afortunadamente los personajes que le rodean poseen una complejidad algo más trabajada, pues si no fuera así la película resultaría directamente insoportable.

En resumen: aún con sus muchos defectos, Valkiria posee un mínimo de dignidad que no abunda entre las grandes superproducciones americanas. Algo es algo.

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