«El cine debe ser un medio para que el espectador conecte con la vida y con las emociones»

Enemigos es el nuevo largometraje de David Valero (El Arca de Noé, Scratch, La vida más larga). Proyectada fuera de concurso en la pasado Festival de Málaga, la película está protagonizada por dos adolescentes de barrio, Chimo (Christian Checa) y Rubio (Hugo Welzel), víctima y verdugo, acosado y acosador, cuyas vidas están marcadas por la enemistad y el resentimiento.
Junto a Christian Checa y Hugo Welzel, completan el reparto Estefanía de los Santos, Luna Pamies, Sara Vidorreta, José María Peinado y José Manuel Poga. La película, que se estrena en cines de toda España el 9 de mayo, es una producción de Amazon MGM Studios y Atípica Films cuya distribución corre a cargo de Vértice 360.
A través de la iniciativa de los Preestrenos del Festival Antonio Ferrandis hemos contado con el director David Valero y sus dos actores protagonistas, Christian Checa y Hugo Welzel, con quienes hemos mantenido una conversación sobre los diferentes aspectos que han rodeado la realización de Enemigos.
Habitualmente te has movido en el terreno del cine independiente, tanto en los cortos como en los largos, de ficción y documentales. Con Enemigos, que viene con el apoyo de Amazon, cuentas con un presupuesto mayor pero la película está realizada con el mismo concepto. ¿Te influyó el hecho de disponer de un mayor presupuesto?
David Valero: A mí me daba mucho miedo el tema que trae una plataforma como Amazon y una productora como Atípica en el sentido de que esa esencia que tengo yo, que vengo del cine documental y de un cine más independiente, desapareciera. Pero claro, entiendo que ellos vieron precisamente que mi punto fuerte estaba ahí. Que mi talento, si es que lo tengo, estaba en la forma de rodar tan cotidiana, tan realista, tan natural. Entonces, a pesar de tener mucho presupuesto, intenté sintetizar y que el resultado final tuviera la esencia de mis películas iniciales. Y creo que funciona bastante bien.
Lo comentaba porque viendo tu cortometraje Scratch, que tiene una temática parecida, la forma de rodar es similar.
David: Claro, de hecho,Scratch es un poco el germen de Enemigos. Es cierto que el origen es anterior y la inspiración parte de mi adolescencia, pero eso me llevó a rodar Scratch. Siempre me pareció muy potente el giro final del corto, que se daba en el minuto 20, de ahí que decidí alargarlo a una película y aprovechar ese giro del corto para hacer Enemigos.
¿Cuál fue vuestra impresión cuando os llegó el guion?
Christian Checa: Creo que la temática que trata, la evolución de los personajes, la profundidad y todo lo que va sucediendo a lo largo de la historia Es muy interesante tener la posibilidad de poder protagonizar una película así, con tanto sentimiento, con tanta humanidad, con tanto corazón. Es una película que me llenó muchísimo y me emocionó desde el guion. Lloré con el guion que no algo habitual con los guiones pues normalmente no te permiten conectar tanto. Pero este proyecto me llegó mucho, entonces lo primero que pensé es: «¡Madre mía, qué regalo, qué maravilla de proyecto!». Tenía ganas de darle vida y de profundizar lo máximo posible para crear un personaje tan bonito como Chimo.
Hugo Welzel: Hace ya casi dos años que rodamos, pero recuerdo que me atrajo la oportunidad de poder hacer un personaje como el Rubio, que era muy complejo. Era la oportunidad, tratado con sensibilidad e inteligencia, de hacer algo interesante, hacer algo especial. Me llamó la atención que era diferente, porque gente mala se ve mucho, pero convertir una persona mala en algo especial era de las cosas que más me llamaba la atención.
Los primeros quince minutos de la película muestran personajes que son el arquetipo de bueno y malo. Pero al final ni uno es tan malo ni otro tan bueno.
David: Aquí lo principal era que al final somos seres humanos, todos tenemos nuestro lado oscuro y es importante que suenen como personajes muy realistas, es decir, el Rubio puede parecer una persona atroz, violenta y con mucho odio, y esa es la imagen que da, pero realmente es alguien que está pidiendo ayuda, simplemente le pasa que a lo mejor no es capaz, no tiene herramientas para hacerlas tangibles, para decirlo.
Chimo, es una persona buena pero también tiene odio dentro, ¿por qué? Pues porque no puede ser como realmente quiere ser, no puede plantarle cara al Rubio y partirle la cara porque se neutraliza.
Son personajes complejos como la vida misma. Y yo creo que esto nace a raíz de hablar mucho, hablamos mucho de cómo veíamos a los personajes. Los actores también trajeron un poco la imagen ya cuando leyeron el guion y hablamos mucho durante los ensayos. Una persona también muy importante, que la recuerdo mucho, es Alexandra Alonso, que era mi script y también trabajó mucho con nosotros pues nos dio también muchas herramientas para crear esos personajes con esa riqueza. En definitiva, todo eso hace que los dos personajes se humanicen.
Al principio es bueno y malo, que está muy bien, porque ya te posicionas en un lado, pero de repente, cuando ves que esto no es así es cuando reaccionas. Cuando piensas que quizá estoy conociendo cosas del Rubio que me están permitiendo que ese odio que sentía desde el principio vaya desapareciendo. Muchas veces prejuzgamos sin conocer la vida de la otra persona. Es como algo automático en el ser humano, de ahí que fuera esencial humanizar los personajes.

Christian: Efectivamente era darle profundidad a eso. De todas formas, David, como ha hecho acción documental, también era muy importante para nosotros darle la mayor realidad posible. Sobre todo entender a los personajes, por qué hace cada uno lo que hace, qué tiene, qué le falta. Y a partir de ahí, intentar partir desde la verdad absoluta y trabajar las emociones.
Yo creo que también una de las partes más importantes era que a lo largo de los ensayos surgían mil cosas, cosas que pudimos trabajar, pudimos comentar, pudimos explorar y gracias a todo el tiempo que tuvimos y la libertad que nos dio David, pudimos crear algo que tuviera profundidad y que se notase la evolución de cada personaje a lo largo de la historia.
David: De hecho, por ejemplo, hay una cosa que en el documental se llama la puesta en situación para los actores. En este caso tenían tan interiorizados los personajes de Chimo y el Rubio que dijera lo que dijera el guion quedaba perfecto porque al final realmente eran ellos, eran los personajes, creo que ya estábamos muy cerca del documental, simplemente estaba la cámara ahí para ser testigo de ese momento.
No es habitual disponer de un periodo largo de ensayos.
Hugo: Sí, hubo 3 o 4 meses de ensayos. Desafortunadamente, como tú dices, es algo súper inusual. En el cine el tiempo vale dinero, pero es que es necesario, cuando se respeta el espacio para crear eso después se nota, se nota mucho cuando esos personajes están creados desde la verdad.
¿Y por qué se notan? Porque no los has visto antes, porque son diferentes, vienen de un lugar diferente, vienen del corazón de un actor o actriz y no se quedan en la superficie. Si no hay tiempo, el malo es el malo; y es el malo que todo el mundo hace, porque es la superficie humana. Pero si hay tiempo, el malo es el malo con los matices que ese actor le pueda dar y pueda crear con el tiempo. Defiendo esto porque lo aprendí mi padre, él decía que “si algo se hace, que se haga bien”.
La película parte del entorno local pero tiene un planteamiento temático universal. ¿Influyó a la hora de la creación el hecho de estar destinada a una plataforma que da una gran visibilidad? ¿Tenías claro que el rodaje debía transcurrir en Alicante?
David: Todo ocurrió ahí, en mi adolescencia, es lo que yo viví, lo que conozco. Hubiera podido rodar en Madrid, Barcelona, Galicia o cualquier otro sitio pero creo que el espíritu o la semilla nace en Alicante, eso tiene respetarse eso y la plataforma y la productora lo respetaron perfectamente.
Yo me sentía muy bien, conocía todos los rincones y creo que eso se nota en la película. Creo que se nota y es lo que tú decías, al final es algo universal lo que estamos juntando simplemente que está rodado en un sitio, en un lugar concreto, pero cualquier persona que lo vea, de cualquier parte del mundo, debe empatizar con la historia de ellos.
Christian: Al final lo importante es que la película tiene temas muy universales y que todo el mundo de una manera u otra pueden sentirse identificados con algunas de las cosas que se ven salvando las distancias.

¿Cómo surge el tema de la música urbana?
David: La música urbana, primero, también era para poner al espectador en el mundo de los personajes. Son adolescentes y tenemos que entender ese mundo interior que tienen ellos. La música está compuesta por Steve Lean que es un productor de música urbana, con lo cual está todo envuelto de ese concepto. Y después hay hits musicales como Agua pasada, SFPK, Esto no para, de Kase.O, etc.
Esa música está muy bien pensada, muy bien decidida por Juan Ibáñez, el supervisor musical, porque realmente la canción cuenta una historia, no está puesta al azar; Esto no para significa que la persecución continúa, que sufres acoso, que sigue año tras año,
Y luego, a nivel narrativo, la música urbana es el punto de unión donde estos dos personajes tan opuestos, o aparentemente tan opuestos, empiezan a conocerse y empiezan a caminar juntos.
Christian: La música urbana se entiende como algo que se centra en los barrios y realmente es una manera que la gente que a lo mejor no tiene las herramientas para hacer música, porque no tienes voz, vuelcan en una libreta todo lo que sienten y no son capaces de mostrar, porque normalmente no tienes siempre a gente a tu lado con la que poder contar cosas. Para mí, el poder contar con este tipo de artistas y con este tipo de música ha sido muy guay porque siempre lo he vivido muy cercano a eso.
Este tipo de cine que incluye un componente social, que habla de la realidad, os satisface tanto desde el punto de vista de crear el proyecto o interpretarlo?
Hugo: Me dedico a esto por eso, para meterme en lugares que me hagan plantearme vivir en lugares que no conozco. Lo que más agradezco siempre cuando veo una película es que salga del cine y piense: “Nunca me había planteado esto” o “si me hubiese hecho esta pregunta antes, hubiese hecho las cosas diferente”.
Gracias a esta película, ahora me he hecho esta pregunta y ahora mi vida ha evolucionado. Entonces películas que sirvan, que sirvan de verdad y que cambien vidas es importante. El entretenimiento para desconectar es igual de necesario, pero esa clase de cine es muy abundante. Cine como Enemigos, que es igual de necesario, no hay tanto. Ese cine que te plantea cosas y te hace evolucionar como ser humano.
Christian: Realmente es un reto maravilloso y yo no concibo un cine que no sirva para contar historias y creo que es un viaje diferente, que te plantea maneras diferentes de hacer las cosas, que te permite plantear ciertas situaciones (como antes ha dicho Hugo, que me ha encantado), porque realmente son preguntas que normalmente tú no te harías. Enemigos es una propuesta maravillosa, de la que estoy orgulloso y muy feliz de haber podido participar y estoy totalmente agradecido a David y a todo el equipo por haberme dado esta oportunidad porque creo que es una película que da que pensar y que, cuando terminas y te vas a tu casa, sigues dándole vueltas. Creo que esta película tiene un poso y necesita respirarse.
David: Sí, yo hay una cosa que siempre repito que es un poco como el mantra que me ayuda a contar ese tipo de historias, y es que el cine no debe ser un medio de comunicación para que el espectador huya de su vida, de sus problemas, creo que el cine debe ayudar, debe ser un medio para que el espectador conecte con la vida y con las emociones y todo el cine que hago, todo lo que realmente nace dentro de mí, va en esa dirección.
Escribe Luis Tormo
