Entrevista con Eva Libertad, Miriam Garlo y Álvaro Cervantes sobre «Sorda»

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«La sordera atraviesa a nivel de estilo toda la película»

Sorda, la opera prima de la directora Eva Libertad, se ha convertido en la gran triunfadora de la reciente edición del Festival de Málaga. Además de ganar la Biznaga de Oro, la película también acumula el premio a mejor actriz (Miriam Garlo), mejor actor (Álvaro Cervantes), Premio del Público, Premio Feroz Puerta Oscura y Premio ASECAN ópera prima.

El filme tuvo su estreno mundial en el 75 Festival Internacional de Cine de Berlín, donde recibió el Premio del Público de la sección Panorama y el premio independiente CICAE Art Cinema Award.

Se trata del primer largometraje español protagonizado por una actriz sorda, y parte del cortometraje homónimo nominado a los Premios Goya en 2023 dirigido por Eva Libertad y Nuria Muñoz.

La película explora los desafíos que surgen en la pareja al afrontar la maternidad y paternidad potenciados por el encuentro de dos mundos muy diferentes. Ángela (Miriam Garlo), una mujer sorda, va a tener un bebé con Héctor (Álvaro Cervantes), su pareja oyente. La llegada de la niña altera la relación de pareja, y lleva a Ángela a afrontar la crianza de su hija en un mundo que no está hecho para ella.

Sorda, que se estrena el 4 de abril, es una producción de Miriam Porté para Distinto Films, en coproducción con Nuria Muñoz Ortín para Nexus CreaFilms y Adolfo Blanco para A Contracorriente Films. En España será distribuida en cines por A Contracorriente Films.

A través de la iniciativa de los Preestrenos del Festival Antonio Ferrandis, junto a los cines Kinepolis, hemos podido entrevistar a su directora, Eva Libertad, junto a los dos protagonistas de la película, Miriam Garlo -hermana de la realizadora- y Álvaro Cervantes.

El largometraje Sorda está basado en el cortometraje del mismo título de hace un par de años. ¿Por qué decidiste alargar esta historia?

Eva Libertad: El corto estaba pensado como una pieza única. Cuando escribí el guion no pensaba hacer luego un largo. Lo que pasa es que al final del rodaje sí que nos planteamos hacer un largo, por un lado, porque nos quedamos con muchas de seguir trabajando juntas, fue un disfrute, y una constatación de que Miriam es una actriz estupenda, aunque yo ya la había dirigido en teatro, pero por la experiencia del corto me quedé con ganas de más; y por otro lado, el personaje de Ángela siguió como sobrevolándome y tenía la sensación que había mucho más que contar.

A partir de ahí empecé a hacer entrevistas a madres sordas para que me contaran sus experiencias durante el embarazo, el parto y la crianza. Y tenía muchas ganas de ver qué pasaba si esta pareja tenía la criatura y eso me permitía profundizar en el vínculo entre el mundo sordo y el mundo oyente a través de la pareja, mostrando la parte más bonita de ese vínculo pero también las partes más oscuras.

La película está basada en experiencias personales que compartes junto a tu hermana Miriam para elaborar un discurso ficcional. ¿Cómo ha sido ese equilibrio entre la parte real y la parte de ficción?

Libertad: Por mi parte ha sido muy sencillo porque no hay nada basado en la vida de Miriam. Miriam no ha dado a luz ni ha sido madre. Hice entrevistas a madres sordas para documentarme. Lo único que viene de mi vínculo con Miriam es esa sordera que salpica toda la película, esos problemas que tiene que atravesar Ángela tienen que ver con que yo he visto a Miriam toda la vida luchando contra barreras comunicativas, contra una invisibilidad, una lucha por tener autonomía en una sociedad que le quita autonomía. Eso sí está. Pero el resto no tiene nada que ver con ella. Hay cosas mías en la película porque siempre ponemos cosas nuestras en las historias, cosas que yo he vivido o que he visto.

Miriam, tú sí que le has dado indicaciones sobre tu propia experiencia, además de vuestro conocimiento común al ser hermanas.

Miriam: Ella me iba pasando el guion para que yo le diera mi feedback debido a mi experiencia. Pero solo eso, el guion es suyo y cómo está elaborado el tratamiento de la película es un trabajo de ella. Yo no he hecho nada, solamente como hermana lo he leído y le he dicho: “¡Uy, esto no me cuadra! O esto sí”. Pero nada más, es un trabajo suyo.

Álvaro Cervantes, Miriam Garlo y Eva Libertad durante la presentación de ‘Sorda’

Por lo tanto se distingue la persona Miriam del personaje Ángela. ¿Cómo has trabajado eso?

Miriam: Ángela pierde la audición a los dos años y eso significa que es una sorda prelingüística. Es decir, ella no sabe hablar castellano y la primera lengua que aprende es la lengua de signos. Y eso genera una forma de pensar y de estar en el mundo, un tipo de sordera que es diferente a la mía.

Yo perdí la audición a los siete años, por lo tanto era postlingüística. Ya tenía el castellano incorporado. Entonces mi lengua materna es el castellano. Y eso hace que tengamos una experiencia totalmente diferente dentro de que las barreras comunicativas son lo que nos hace de alguna manera, en el día a día, tener que estar luchando con eso, compartimos cosas, pero solamente eso.

Entonces, Ángela toma sus decisiones, se relaciona con su entorno de una manera que no tiene nada que ver con mi vida real. Podemos decir que Ángela es totalmente un personaje construido. Porque queríamos, eso sí, tanto Eva como yo, que somos hermanas, queríamos que no fuera una historia sobre mi vida, sino que yo, como actriz sorda, poder poner un papel en práctica.

Por eso hemos tenido que trabajar mucha la voz. La forma de diccionar de Ángela, dónde coloca la voz, todo eso es para diferenciarla muchísimo de mí. Porque queríamos también de alguna manera poner en cuestión el hecho de que por ser una actriz sorda se da por hecho que yo no estoy haciendo un personaje, sino que soy yo misma.

Es un estigma más de la discapacidad, cuando vemos a actrices o actores con una discapacidad pensamos que sólo por estar ya son el personaje, que están siendo ellas y a la misma vez son el personaje. Y no es así,  nada que ver, dentro de la discapacidad las actrices y los actores también podemos construir personajes con nuestro sentido del humor, que toman otras decisiones que no tomaríamos nosotros… Y nosotras queríamos construir un personaje de una mujer sorda, que fuese compleja, que fuese oscura, que fuese torpe, que fuese ambiciosa, y eso es todo lo que hemos querido meter en Ángela.

Álvaro, has comentado que te incorporaste a la película un año antes. Eso es algo muy poco habitual en una producción española. ¿Cómo ha sido esta experiencia?

Álvaro Cervantes: Ha sido un regalo poder entrar con tanto tiempo de antelación para aprender la lengua de signos y, poco a poco, ir conociendo el universo de trabajar los personajes a fuego lento. Trabajar de la mano de Miriam, trabajar con esos tiempos.

Además no es solo la dificultad de aprender la lengua de signos sino de comprender esos dos mundos diferentes que se refleja en la película, la incomunicación.

Álvaro: Bueno, ha sido la película que más he aprendido a nivel personal. Te diría que con lo que más me quedo es el estado de presencia que requería el personaje de Héctor. Al final creo que las personas oyentes muchas veces estamos con el piloto automático y puedes estar en una conversación y estar con la cabeza en otro lugar.

Y una cosa que me llevo, y a la que le doy mucho valor de esa relación de Héctor y Ángela, de esa relación mixta de persona sorda y persona oyente, es que realmente hay un nivel de presencia que no es habitual en el día a día que tenemos. Al final son dos personas que se tienen que mirar y se tienen, realmente, que escuchar de otra forma, de una forma más profunda.

La sordera está presente en el discurso de toda la película, pero también afecta a la planificación de las escenas. Hay un requerimiento para que la lengua de signos sea visible para las personas sordas. ¿Cómo concebiste la estética del filme?

Libertad: Hubo muchas decisiones que tomamos respecto del tema que atraviesa toda la película que es la sordera. Y lo primero fue que la lengua de signos siempre tenía que quedar dentro del cuadro, tenía que entrar en plano. Gina Ferrer, la directora de foto, y yo estuvimos pensando cómo hacerlo para que no fuese algo rígido sino algo orgánico.

Además de esto, las personas sordas captan toda la experiencia vital a través de la mirada, entonces decidimos no perder profundidad de campo. También el tema de los colores, de la luz, refleja esto: hicimos una pequeña exploración de otras de pintores y pintoras sordas, y ahí comprobamos que los colores, a la hora de representarse, eran muy puros, por eso decidimos no usar filtros para que entrase toda la pureza de los colores.

Y también hay decisiones de planificación que tienen que ver con el arco dramático de la película como que, al principio, siempre los cogemos juntos en los planos, Ángela al principio también está más integrada en el entorno, y luego, los vamos separando. Y el sonido y la cámara están ligados conforme va cambiando el sonido, de tal forma, que al final, hay toda una parte que la planificación cambia de manera radical.

De alguna manera la sordera estaba atravesando a nivel de estilo toda la película. Y sobre todo, que ese imperativo que nos fijamos de no perder nunca la accesibilidad a las personas sordas y que la lengua de signos siempre estuviese en cámara, renunciando a primeros planos, no anquilosase toda la planificación de la película. Hay una cámara suave pero que está muy viva tratando siempre de que estuviese al servicio de los actores para que no quedase rígido.

Luis Tormo con Miriam Garlo y Álvaro Cervantes, los protagonistas de ‘Sorda’

Sabiendo que la sordera es un tema que es trasversal a la película. Sorda no deja de ser una historia de amor o desamor, donde muchas de las cosas que les ocurren tiene que ver con la vida de pareja (la maternidad, le llegada de un nuevo miembro a la familia). En este sentido la película se abre a muchos más temas.

Libertad: Siempre digo que no quería hacer una tesis sobre la sordera, no quería hacer el personaje de una sorda ejemplar. Y me dicen: “Ya. Pero la sordera está ahí”. Y sí, la sordera está ahí, pero a mí me apetecía trabajar otros temas. Me apetecía meterme en una pareja que se quiere, que tiene la voluntad clara de estar juntos y que cuando empiezan los problemas empiezan a no entenderse, quería saber qué pasa ahí.

Me interesaba también mostrar esa idea de que por mucho que queramos acompañarnos, querernos y cuidarnos, hay un lugar al que no podemos seguirnos. Eso me interesa. Hay un lugar al que no nos pueden seguir y entonces vamos a estar solas. Y creo que eso pasa en esta relación con Ángela y pasa en todas las relaciones, en las relaciones madre e hija, por ejemplo.

 Me da la sensación que con los personajes es sencillo sentirte cerca de ellos, más allá de que sea Ángela sea sorda, Héctor sea oyente o que tenga miedo de no ser un buen acompañante para una persona sorda. En definitiva, hay muchas maneras de recibir la película, hay diferentes lugares.

Miriam: Queríamos que el visionado de esta película pudiera hacerse por público sordo y público oyente, y también queríamos que parte del electo fueran actrices y actores sordos para que de alguna manera la integración estuviera en el rodaje, en la película y en el cine y poder trasladarlo a la vida real.

Pero efectivamente es una película que trata muchísimos temas. De hecho si ves la película otra vez, te encuentras que es como una cebolla, tiene muchas capas, está atravesada por mil cosas. La sordera solamente es una más que está transversalmente durante toda la película, pero sobre todo estamos hablando de una relación de pareja, de dos personas que se quieren y, como ocurre en muchas relaciones, son personas diferentes, con necesidades diferentes, con formas de cuidado explícitas diferentes y que tienen que avanzar en esos cuidados y en ese acompañamiento para comprenderse y cuidarse como la otra persona necesita.

Eso pasa en todas las relaciones. Y aquí hemos hecho un cambio, ella siempre tiene que estar esforzándose por adaptarse, pero hemos puesto en el personaje masculino de Héctor la responsabilidad de hacer ese viaje de adaptación por amor, que no se suele ver en las películas que sea el chico el que tiene que poner los cuidados acompañando a la pareja para ver si salimos adelante.

La película está ganando los premios artísticos de los festivales donde se presenta pero también los premios del público. ¿Cómo veis este hecho?

Álvaro: Es una película que muestra al espectador otra realidad, a mirarse a sí mismo, y eso es gustoso para el espectador. Es una película que sin subrayar nada, y sin ser didáctica, entiende las dos realidades. De alguna manera expone esas realidades y el propio espectador saca sus conclusiones, y le genera, creo, más preguntas que respuestas.

Aunque claramente hay una respuesta qee tiene que ver con la inclusión y con la necesidad de tomar conciencia de las necesidades de una persona sorda y de cómo el mundo oyente predomina en el sentido de que no se están poniendo medidas para evitar y derrocar esas barreras a la comunicación.

Eso está claro, pero a nivel del viaje que recorren los personajes creo que es una película interesante porque hace reflexionar al espectador en todo momento y precisamente por eso creo que el reconocimiento del público va un poco en esa dirección.

Miriam: La película ofrece información por medio de la emocionalidad y la sensorialidad, de esta forma se consigue una empatía emocional. Al final es una gran historia de amor y el amor que es lo que termina llegando porque es de lo que estamos hechos y a lo que aspiramos todo el tiempo.

Escribe Luis Tormo

Luis Tormo con Eva Libertad, directora de ‘Sorda’