«Lo que me parecía más interesante de la película era hablar de la falta de empatía»
El 5 de diciembre se estrena ¿Quién es quién?, una comedia familiar que quiere aprovechar estas fechas navideñas como incentivo de cara a la taquilla. La película está dirigida por Martín Cuervo, director nominado al Goya por su primer largometraje, Con quién viajas, y que ha centrado su carrera en el género de la comedia (Todos lo hacen, La bandera).
Basada en la película francesa Le sens de la famille (2020), ¿Quién es quién? habla de cuestiones universales como son las relaciones familiares y la necesidad de comprendernos mejor los unos a los otros. Sus protagonistas son los Fuentes, quienes no son precisamente la familia mejor avenida del mundo; el trabajo, el colegio y la rutina les ha sumido en una espiral de desconexión que parece imposible de detener. Sin embargo, todo cambia cuando la pequeña del grupo, Valentina, pide un deseo por su noveno cumpleaños. Al día siguiente, todos los integrantes de la familia despiertan con el cuerpo intercambiado.
Elena Irureta, Kira Miró y Salva Reina, dan vida a la abuela y los padres de esta peculiar familia, al que se añaden Sofía Otero, Martí Cordero y Ana Jara. El reparto se completa con Gracia Olayo, Aitor Luna, Gonzalo de Castro, Carlos Iglesias, Carlos Areces y Terelu Campos, entre otros.
¿Quién es Quién? es una coproducción de DeAPlaneta, Atresmedia Cine y LaZona con la participación de Atresmedia y Movistar Plus+ y la colaboración de Mediabrands Content Studio. DeAPlaneta distribuirá la película en salas de cine de toda España.
Mediante los Preestrenos del Festival Antonio Ferrandis hemos podido hablar con el director Martín Cuervo y con las actrices Kira Miro y Ana Jara sobre cómo ha sido su experiencia con esta película.
La película es un remake de la película francesa Le sens de la famille. ¿Cuándo te involucras en el proyecto y cuál ha sido el proceso de adaptación de la película original a nuestro entorno?
Martín Cuervo: A mí me ofrecen esta película de Atresmedia y DeAPlaneta, que se estrenaba en cines exactamente el mismo día de Con quién viajas, que es mi primera película, y fui a verla porque ya me dijeron en ese momento que querían que hiciera un remake. Pero desde el principio también hablamos, y lo pusimos en común, que no queríamos hace algo idéntico. La premisa era muy buena, pero no queríamos seguir en la misma línea que seguía la película francesa porque esta iba por otros derroteros.
Aparte de adaptar la película al humor español, que es muy diferente al francés, y los conflictos también, nuestra película sigue otro camino, hay otros cambios de cuerpo, hay un personaje más, termina de otra manera, o sea, es muy diferente. Pero, sobre todo, a mí lo que me parecía más interesante era hablar de la falta de empatía y tener una pequeña reflexión sobre ello.
Y vosotras, cuando leéis el guion, ¿ya se veía la estructura final que iba a tener la película? ¿Sobre el papel se intuía el resultado final?
Kira Miró: Sobre el papel era un lío leérselo, porque era Ana, que en realidad es la abuela, no sé quién, que en realidad era… Pero a mí me interesó mucho el tema de cambio de cuerpo y todo lo que trataba. Y sobre todo que me lo ofreció Martín Cuervo, que eso para mí es un tándem perfecto. Por eso digo sí: “Contigo voy a donde tú quieras”. Lo que no me esperaba es que quedara tan bonita como al final ha quedado. Creo que él ha rodado muy bien y ha sabido sacarles partido a las escenas desde el punto de vista estético.
Ana Jara: Sí, yo creo es eso. Desde el papel era un poco lío. Es verdad que es una película que tienes que verla ya montada. Y él ya la veía montada. Desde el principio ya la veía montada y ya sabía lo que quería hacer y eso es lo guay, que al final los resultados, cuando quedan tan bien es porque tiene claro desde el principio lo que hay que hacer. Y, a nivel del personaje, para mí ha sido un regalo darme el personaje con más edad que he hecho en mi vida.
En esta comedia, dentro de las limitaciones que impone el subgénero de cine familiar, con un humor blanco dirigido a todo el mundo, se apuntan algunos temas más serios.
Martín Cuervo: Sí, yo creo que la comedia es un vehículo estupendo para hablar de un montón de temas más serios o, al menos, te permite lanzar pequeños mensajitos y detallitos que a veces nos entran mejor porque estamos riendo. Aquí tenemos una de esas familias que van muy a lo loco, cada uno a la suya, donde van a sobrevivir más que a escucharse, a entenderse.
La gente no se está poniendo en la piel de los demás. Y eso me parece un tema muy interesante, muy chulo para contar y creo que utilizar el cambio de cuerpo permite ir directamente a eso. Es el mayor ejercicio de empatía que se podría realizar si fuese posible en la vida real.
Y, además, da para situaciones y gags muy graciosos, de pez fuera del agua. Por ejemplo, una reunión con el jefe siendo un adolescente o encontrarte en un juicio sin tener la menor idea. De esta forma, tenemos un poco todo eso, mezclamos la comedia con el mensaje que tú puedes sacar viendo la película.
Comentabais antes, la dificultad que la película tenía inicialmente. ¿Cómo ha sido desde el punto de vista actoral trabajar estos personajes sabiendo que interpretas a otra persona, con tics y gesticulaciones que son de otro actor o actriz?
Ana Jara: Pues una cosa muy a la par, ¿no? Como ella con Salva o yo con Elena y así cada uno. O sea, era una cosa de una construcción conjunta en la que había que hacer además dos personajes, el original con el que tú empiezas la peli y el siguiente que te toca. Pero sobre todo es un reto, además de ser una cosa bastante divertida. Incluso muchas veces nos pasaba que el mismo día tenías que hacer los dos personajes, el original y el otro. Y eso era un “jari” bastante importante.
Kira Miró: Para mí ha sido terapéutico salirme de mí, de mi burbuja de mi manera de expresar y de mi expresión corporal. Dejar de explicar todo a nivel físico y adentrarme en el mundo masculino me ha encantado, es una experiencia muy terapéutica, muy reparadora.
Como actrices, la comedia tiene esa dificultad. A veces más que el drama. ¿Es difícil ser natural y hacer reír?
Kira Miró: Claro que la tiene, sí, porque tienes que hacerlo todo de verdad, tal y como te adentrarías en un drama, pero con un timing que no te exige el drama. El timing de la comedia es muy específico, y un segundito más tarde que digas la frase o un segundito antes, ya no funciona igual. O incluso cada gag que tú fuerces a nivel corporal, si no llegas al punto justo, ya queda como una caricatura. Para mí la mayor dificultad es que tienes que hacerlo en el tiempo perfecto.
Martín Cuervo: Sí, además en el drama, al final, estás buscando muchas veces como la verdad, y en lo humano tienes más cerca la verdad. En el drama, a veces, se puede llegar de alguna manera con una música; pero ser divertido, tener un buen tiempo en un chiste, tener un diálogo fino, ahí no hay mucho truco que se pueda hacer. Con lo cual, la comedia te exige bastante. Como muestra esta película, lo importante es que se valore, porque hace falta actuar y mucho. No es nada sencillo y requiere contar con muy buenos actores que hacen un “currazo” bastante complicado. Es mucho más de lo que parece.
¿Hubo cambios respecto al guion original tras ensayos y rodaje?
Ana Jara: Tuvimos dos semanas de ensayos que fue súper importante para conocernos, para crear una familia, para hablar de los personajes y a partir de ahí crearlos y construirlos junto con maquillaje y vestuario, que en este caso es fundamental.
Pero yo creo que a nivel de texto no se cambió tanto, es verdad que nos poníamos creativos y proponíamos cosas y había cosas que nos comprabas [dirigiéndose a Martín Cuervo] y cosas que no.
Martín Cuervo: Siempre hay cosas que aparecen en los ensayos. Y por eso los ensayos están muy bien, porque aparecen muchas cosas que se les ocurren a los actores y de repente son seis personas creando en lugar de una. Pero diría que en todo lo importante se siguió bastante el texto y rodando las escenas no hubo muchos cambios. La película bastante clara y encarrilada.
Y vosotras, a la hora de elegir un papel, al margen de ser un trabajo necesario para vivir como cualquier profesional, ¿qué os parece importante para involucraros en una película, serie o teatro?
Kira Miró: Creo que a veces tú trabajas por muchas razones. Una porque necesitas comer, otras porque te apasiona el proyecto. Por lo tanto, si quitamos el hecho de que tengo que sobrevivir y tengo que comer, me gusta un buen guion que me atrape, y sobre todo, el reparto con el que voy a trabajar y el director. Te mentiría y te diría que me encanta elegir; pero en esta profesión hay muy pocos que puedan elegir, el resto vamos haciendo lo que nos ofrecen y salvo que se junten dos cosas y entonces eliges.
¿Y tú Ana?
Ana Jara: Creo que hay una realidad paralela, que la gente piensa que los actores elegimos. Hay algunos que sí, que tienen la capacidad de que les llegan los proyectos y que pueden decidir: “¡Oye, pues este me gusta!”. Pero no suele pasar. Evidentemente, siempre que hay buenos textos, buenos guiones, buenos compañeros que me parece imprescindible en un proyecto porque hace que ese proyecto vaya bien. Pero vamos, yo no elijo, yo hago lo que me toca.
Esta es tu cuarta película. ¿Qué papel ejerces cómo director y qué elemento o elementos crees que incorporas o decides para aportar tu toque particular?
Martín Cuervo: Las decisiones que tomo son basadas en lo que a mí me gusta. Siempre hago las películas para mí y lógicamente para el resto de las personas que van a verlas, pero yo en mis decisiones nunca pienso en lo que le va a gustar a X, a Z, al público. Generalmente pienso en lo que me gustaría a mí, me pongo un poco en el lugar del público. En esta película hay gags que evidentemente son más para el público infantil, pero pienso en lo que a mí me habría gustado cuando tenía 10 años.
Cuando vas tomando tantísimas decisiones a lo largo de un rodaje al final va quedando toda la manera, la forma que tienes. En esta película, por ejemplo, se puede hacer de una forma muy obvia, pero a mí no me gusta ser tan evidente con los gestos de los personajes. Creo que hay que dejarlo menos claro y ser sutil en los detalles. Esa es la manera en la que yo siempre pienso. Se puede ser súper evidente, pero a mí me gusta más dejar la cosa como flotando.
Escribe Luis Tormo