«Cuento historias de vocación universal pero que están muy ancladas en lo local»
El 18 de octubre se estrena en las salas de cine Valenciana, la segunda película del director Jordi Núñez. Un drama de ficción protagonizado por tres jóvenes periodistas que tratan de encontrar su lugar en la España de los 90, la España del progreso y las Olimpiadas. En su ilusión por formar parte de esta nueva modernidad, se verán seducidas por diferentes niveles de corrupción. Las vidas de sus personajes quedarán afectadas por la encrucijada social y política en la que se vio sumida en los años noventa la Comunitat Valenciana.
Basada en la obra de teatro homónima del dramaturgo Jordi Casanovas, retrata los estertores de la ruta del bakalao en coincidencia con el ascenso del PP al poder y la eclosión de los programas de telerrealidad con la cobertura de uno de los sucesos más traumáticos de la historia reciente de España. Valenciana se vio por primera vez en la pasada edición del festival internacional Cinema Jove de Valencia, donde se alzó con el Premio del Público.
El reparto está integrado en sus papeles principales por Ángela Cervantes, Tània Fortea y Conchi Espejo. Completan el elenco Fernando Guallar, en la piel de un político ambicioso y sin escrúpulos, y Sandra Cervera, en el de una animadora de discoteca con vocación de cantante.
La película es una coproducción de Pegatum Transmedia y Dacsa Produccions (Comunidad Valenciana), Àmbar Pictures (Cataluña) y Solworks Films (Islas Baleares), con la participación del Institut Valencià de Cultura (IVC), À Punt Mèdia, IB3, Televisión de Cataluña y FILMIN.
En medio de la vorágine de viajes y actos promocionales hemos hablado con Jordi Núñez, guionista y director de Valenciana, y con Conchi Espejo, una de las actrices protagonistas de la película.
Hasta ahora has escrito tus cortos y películas basados en tu propio material. ¿Cómo ha sido trabajar con un material ajeno¿ ¿Y cuál ha sido el proceso para llevarlo a tu terreno?
Jordi Núñez: Tampoco veo tanta diferencia con escribir un material original porque al final tienes que encontrar aquello que te apasiona y aquello que quieres contar en la historia, tienes que encontrarte a ti mismo en el material que sea, sea una obra persistente, como es el caso, que además de una obra persistente es tan lúcida y tan chula como Valenciana. Pero al final siempre hay como un germen preexistente, hay algo, hay una anécdota, hay algo que te motiva, ese elemento detonador que de repente activa la necesidad de contar una historia. En este caso ya veníamos con una obra de teatro que tenía una estructura, con unos personajes protagonistas muy potentes, en los que de pronto vi un terreno muy fuerte para contar historias que me apasionan.
La película habla de la amistad, del paso del tiempo, del acceso al mundo profesional… Temas que ya estaban en tu primer trabajo, El que sabem.
Jordi: Sí, realmente es lo que te decía, que vi una historia en la que podía encontrar mucho de mí mismo, con aquellas cosas que me emocionan como cineasta y que me interesa contar, pero investigándolo desde un lugar distinto, desde una forma nueva, desde algo que era atractivo y que también suponía un reto para mí en muchos aspectos como el contexto histórico, hasta el hecho de adaptar un material ajeno. Al final es esta cosa de encontrar ese elemento humano, ese elemento narrativo que te emociona y que te engancha.
¿Y cuándo llegas tú a la película?
Conchi Espejo: A Jordi no lo conocía. Para mí fue el regalo más grande que he tenido, porque yo vengo a través de un director de casting que de repente piensa en mí para este personaje, porque conoce mi energía valenciana, en este caso soy bastante parecida a la del personaje ella. No a nivel de look pero sí por la energía. A nivel de pensamiento, de ideología y de look, soy todo lo contrario; pero a nivel energético y de esa cosa señorona valenciana, que vive y habita en mí, de un conocimiento imaginario, de una idiosincrasia que tiene que ver con esas señoras de la Vall d’Albaida de toda la vida, que son estupendas y tienen una energía muy concreta.
Y esto está bastante en Encarna. Así que llego a través de este director de casting, de Víctor Antolí, al cual le agradezco enormemente que me presentara a Jordi porque esto fue una energía que a partir de aquí fue ya todo para arriba.
Jordi: Y yo también se lo agradezco a Víctor, como director de casting, por traer a Conchi. Y también trajo a Fernando Guallar. El grupo político venía por Víctor Antolí.
¿Y qué es lo que te atrajo del guion, además de ser un papel ya importante en extensión?
Conchi: Es mi primer papel como protagonista y claramente sí que había un respeto para hacer algo tan grande. Pero siempre he confiado en mi talento y en el poderío que hay detrás de nuestra profesión que es la interpretación. Y lo que me atrajo fue justo lo que hablábamos ahora. Estaba escrito con una forma de expresión de la que yo ya tenía imágenes de todo lo que decía mi personaje. Incluso en alguna frase más chapada a la antigua, yo dije: «Esto lo he visto». Lo he visto en una señora, en la vecina de mi pueblo, esto lo han dicho… Y pensé: «Se nota que lo ha escrito alguien que es muy valenciano». Se lo enseñé a mi hermano y ambos coincidíamos, decíamos: «¡Qué bien está escrito en valenciano!». Podía ver cada una de las cosas en imágenes (açó ho pague jo, serà per diners). Ciertas frases que si eres de mi zona, todo el mundo conoce.
Jordi: Ahí hubo una conexión inmediata en el casting, en cuanto entró con las dos separatas que había escrito yo directamente, vi que dominaba, cómo podía jugar con él, tenía un conocimiento profundo de donde venía.
Conchi: Y es verdad que también me atraía mucho hacer a una mujer poderosa, muy politizada. La gente cree que ser politizada significa ser de derecha o de izquierda, y no tiene nada que ver con eso. Ser politizada, en mi caso, a lo mejor es luchar por los derechos del medio ambiente, lo que sea… Pero sí que soy una persona que le encanta leer las noticias, que está puesta en lo que sucede, y creo que el personaje tenía mucho de eso. Me gustó mucho la propuesta. Y dije: «¡Cómo me den esto, me lo voy a pasar de bien». Y así fue. Me lo pasé increíble. Un proceso muy bonito de creación, de ensayos y de descubrimiento del personaje.
Es una película que se estructura en base a los tres personajes femeninos. ¿Cómo has trabajado el equilibrio entre esas tres partes y las transiciones entre ellas que son siempre con elementos que se relacionan entre sí?
Jordi: Encontrando las rimas y la lírica dentro del montaje. Era algo que estaba muy pensado cuando montábamos. Pero también sabiendo que trabajábamos con tres historias muy parecidas, aunque tienen máscaras y universos muy distintos, pero al final son tres personajes que están luchando por afirmarse en un mundo que las niega, que les impide desarrollarse, que las oprime, y que es una cuestión de género. Y de pronto en esos nexos en común sí era muy fácil encontrar rimas entre una historia y otra; además, eso también nos permitía tener un discurso del por qué tienen que estar unidas y por qué, pese a que son muy distintas, aquello que las une es más importante que aquello que las separa.
La película describe ese ambiente machista, de personajes rancios y con actitudes casposas hacia las mujeres.
Jordi: Aquí hay un catálogo de reacciones y cada una de ellas lo transita de una manera. Y no solo las protagonistas sino también los personajes secundarios femeninos que afrontan estos hechos de una manera distinta. Hay quien claudica y, de pronto, asume el abuso como algo normal o como lo mejor que puede aspirar en la vida o como la única opción que tiene.
Y ¿cómo has trabajado el personaje de Encarna?
Conchi: La verdad es que hubo un estudio previo muy elevado, pasé muchísimas horas porque tenía hasta inseguridades por no saber cómo pensaba una persona conservadora de esa época al ser yo más joven. Tuve que googlear bastantes cosas, investigue todo tipo de referencias, documentales de mujeres políticas, de mujeres trabajando en otras épocas, etc. A partir de ahí llevé propuestas para trabajarlas con Jordi y hubo espacio para la improvisación. También dio su fruto el hecho de que la personalidad de Encarna sea tan ecléctica y tan explosiva. Y es porque de repente Jordi me dejaba meter cosas que eran mías y hablar desde la libertad absoluta. Eso se agradece. Y con Fernando Guallar también ensayamos bastante.
Jordi: Es como un proceso de revelación conjunta. El personaje puedes decir que lo construyes mano a mano con los actores, o que se nos revela cuando vas jugando y aparecen cosas… Es un proceso muy bonito.
Conchi: Y es verdad que Encarna tiene mucho trabajo corporal, es cómo se mueve una tía con una falda apretadísima y unos tacones de punta, con un peinado que le eleva, caminando por el pasillo, etc.
La película combina un tono satírico, casi berlanguiano con un personaje como el de Ricardo Zamora, y por otro lado hay un juego con el primer plano para revelar los sentimientos de estas mujeres.
Jordi: He trabajado los planos de reacciones con el plano-contraplano. En Valenciana tenía la referencia de Ozu y de Mikio Naruse; como estábamos hablando de individualidades que se tratan de reafirmar en un sistema que las está negando, llevo mucho la mirada hacia el eje de cámara, casi hasta la propia cámara en muchos momentos, para colocar casi al espectador dentro de la escena, mirando frente a frente a los personajes, sobre todo en las escenas que hay un baile de individualidades y de egos en los que hay como un juego de poderes. Lo he querido llevar por ahí.
Luego está ese carácter de sainete que aquí lo pedía mucho porque creo que es una parte de la idiosincrasia valenciana, y de esta historia en concreto, teniendo en cuanta, además que la vida tiene ese género fluido. La vida confluye en la comedia, la tragedia y todo a la vez.
Y tu personaje también tiene esa dualidad. Por fuera puede estar riéndose e interiormente sufre por las actitudes o los comentarios que ve a su alrededor.
Conchi: Fue muy interesante trabajar con Jordi porque sacamos las intenciones, los pensamientos y el conflicto que se generaba. Todo está trabajado con Jordi para ver cómo pensaría el personaje.
Jordi: Creo que se ve por la elección del plano, esa puesta en valor del plano-contraplano que es un elemento cinematográfico básico. Y hemos trabajado mucho en establecer de dónde venían esos personajes, qué heridas traían, todo para descubrir cómo todo eso se manifestaba en el fondo del personaje.
Conchi: A mí es una de las cosas que más me gusta de mi trabajo, encontrar las heridas de los personajes, porque todos los seres humanos tenemos heridas y muchas veces contradictorias, y esos conflictos son muy interesantes. Navegar en las contradicciones de las personas es súper divertido y súper emocionante y muy revelador sobre ti mismo, Al final en ese trabajo cada vez te vas conociendo más y pones más de ti en la pantalla.
En la película tienes un casting de protagonistas femeninas que funcionan a la perfección. Estamos hablando con Conchi Espeso pero también Tània Fortea y Ángela Cervantes, así como el resto de personajes como Sandra Cervera o Fernando Guallar.
Jordi: Sí, ese es mi mayor orgullo respecto a la película, el cómo está todo el elenco. Fernando está increíble también. Fernando es el villano de la película. Si digo que la película tiene un carácter de fábula, Fernando es el lobo feroz disfrazado de yerno perfecto. Es facilísimo de enamorarse, es muy carismático, y a la vez es repugnante en la pantalla. Y es mi mayor orgullo, cómo están todos desde el primero hasta el último, desde la primera hasta la última.
Al igual que ocurría en El que sabem, Valenciana termina también en el Mediterráneo, con un final más positivo en el sentido que se apuesta por la amistad.
Jordi: Deja espacio para ese sentimiento, deja una sensación de que hay una posibilidad… que es lo que yo quería para el personaje de Encarna. Hay un posible camino que seguir y queda para el espectador pensar qué significa esa mirada que ella lanza al horizonte porque al mismo tiempo está jugando con un niño que es como un ente futurible de una futura masculinidad. En Encarna hay algo de la posibilidad de enmendarse, de pensar que en el margen que tenga en su vida podrá mejorar las cosas.
En ese sentido me refería a que es una película positiva. Son mujeres que han sobrevivido a este viaje.
Jordi: Sí, es la luz dentro de la oscuridad. Es un viaje de la oscuridad a la luz, de alguna manera. Sólo que es una luz que cada uno tiene que buscar dentro de sí mismo.
La película está rodada en valenciano, localizada mayoritariamente en la Comunitat Valenciana, con equipo técnico y artístico, producción y distribución valenciana. ¿Hay un cine valenciano?
Jordi: Para muestra los estrenos de este otoño. L’avi i el foraster, Les vacances de Mara, ahora viene Valenciana, luego viene Un bany propi, Lo carga el diablo, etc. Desde luego hay un cine valenciano que es el resultado de unas políticas y unas dinámicas que se han dado, porque esto lleva su tiempo, y hay que cuidarlo para que siga creciendo. Todavía no podemos mirarnos de tú a tú con Cataluña o Andalucía o el País Vasco, pero si seguimos en esta línea, poco a poco lo podemos hacer.
Conchi: Me quedé impresionada cuando vinimos a Cinema Jove a presentar la película. Vi a un montón de cineastas creadores con ganas de contar sus historias. Se van a contar historias, nuestras historias.
Jordi: Estoy muy convencido y muy contento de contar historias valencianas. Historias que tienen vocación universal pero que están muy ancladas en lo concreto, en lo local.
Escribe Luis Tormo