«El álbum es el hilo conductor que da el sentido al conjunto de la película»
El álbum de Robert Wyatt, Rock Bottom, cumple 50 años desde su publicación. La directora valenciana María Trénor se sumerge en la escena musical de los años 70 para descubrirnos la historia detrás del mito de la composición de uno de los álbumes más importantes y claves de la música psicodélica del siglo XX.
María Trénor es licenciada en Bellas Artes y ha producido y dirigido diversos cortometrajes de animación rodados en 35mm. ¿Con qué la lavaré? (2003) obtuvo varios premios nacionales e internacionales, como el Teddy Bear al mejor cortometraje en el Festival internacional de cine de Berlín (Berlinale) o el premio al mejor cortometraje en Animadrid (2004). El corto también fue seleccionado en los festivales internacionales de Sundance (2005) y Annecy (2004).
Ex-libris (2009), su siguiente corto de animación en 35mm, ganó numerosos premios y fue nominado al mejor cortometraje de animación en los Goya. Su último corto, ¿Dónde estabas tú? (2020), participó en festivales internacionales y ganó el WIA Diversity Award en el SPARK International Animation Festival de Canadá. Rock Bottom es su primer largometraje.
Bob y Alif, son una joven pareja de artistas inmersos en el torbellino creativo de la cultura hippie de los 70, viven una historia de amor autodestructivo. Las drogas convertirán un apasionado verano en una pesadilla. La película es un viaje a través de los temas de la música de Wyatt: la euforia y la angustia de la creación artística, la fascinación inconsciente por las drogas, el desencanto por la rutina y la degradación física y mental.
Producida por Alba Sotorra y Jaibo Films, Rock Bottom llega a los cines el 13 de diciembre de la mano de Avalon, que distribuye por primera vez una película de animación. Con motivo de su estreno hemos podido mantener una charla en la Filmoteca de Valencia con María Trénor donde la directora nos explica cómo ha sido el proceso creativo de la película.
Para tu primer largometraje has elegido uno de los discos de culto de los años 70 a través de la figura de su creador, Robert Wyatt. ¿Por qué este disco y por qué este músico que no ha tenido la popularidad de otras figuras de la época?
Sí, sobre todo es muy conocido dentro del mundo de la música porque ha influido a muchísimos músicos y ha trabajado con Elvis Costello, con Björk. Fuera del mundo de la música es más desconocido, pero dentro de la música es muy apreciado.
¿Y la fascinación por su música y la época de mediados de los 70?
Esa fascinación viene de la primera vez que me enseña el disco uno de los productores de la película, me pone el disco y yo no sé muy bien cómo reaccionar porque nunca había escuchado algo parecido, algo tan inclasificable, tan contradictorio, en un principio difícil de escuchar. Pero sobre todo parte de esa extrañeza que crea en mí esa música pues yo nunca había escuchado algo parecido.
La película no es un biopic al uso porque introduces cambios, pero sí guarda mucha fidelidad a la descripción de la época (vestuario, objetos, paisajes).
Claro, para toda la gente que ha vivido su juventud en esa época, debe de ver con todo rigor cualquier detalle de la época. Entonces estaban muy cuidados todos los objetos, todas las marcas que fueran de la época, hasta la basura de Nueva York. Estaba cuidado que no hubiese ningún anacronismo con respecto a esa época, para ser fieles a la gente que ha vivido su juventud en esos años, hemos tenido ese rigor histórico porque cuando ves una película basada en tu infancia o basada en algo que conoces y ves que no refleja enseguida lo que quieres, esa fidelidad a una época, a sentirte reflejada, si ves que hay algún elemento disonante o anacrónico, te saca totalmente de ese ambiente.
Es un concepto que ya se ve en tus cortometrajes, donde los detalles o los paisajes reconocibles son una marca tuya.
Sí, sí, está todo lleno de detalles, también por mi estilo visual que tiene un punto underground con muchos elementos. También era un estilo bastante típico del cómic underground de la época, ¿no?, donde se representaban las escenas con muchísimos objetos. Es un estilo donde los objetos te dicen, te están hablando de una época. Te marcan lo que es la época.
¿Cómo ha sido el proceso para estructurar el guion compaginando la vida de la pareja de artistas y el desarrollo del disco de Rock Bottom?
Aparte de otra música de un disco anterior, cuando él estaba en Matching Mole, la verdad es que las letras, las texturas, los paisajes ya facilitaban un poco el proceso de abstracción para trasladar las sensaciones auditivas a sensaciones visuales. Y también guiados por las letras de la música que se van representando en cada momento de la película para que fueran coherentes las letras con lo que se está viendo. De todas maneras, las letras son tan poéticas que también te dan una cierta libertad a la hora de representar visualmente. Y más en los momentos bajo los efectos de las drogas.
Por lo tanto, entre lo poéticas que son las letras, la música psicodélica y que están bajo los efectos de las drogas, te da bastante libertad a la hora de crear el guión. Pero es el propio álbum el que le da sentido y unidad precisamente, porque Robert Wyatt y los productores ya habrían pensado en el orden de las canciones para darle un sentido, para darle unidad. El álbum el que le da sentido y sensación de conjunto con el hilo conductor de la relación de pareja entre ellos, su historia de amor autodestructivo.
Muestras las drogas desde dos puntos de vista. La idea romántica de finales de los 60 y la realidad dañina que se vio a mediados de los 70. ¿Es así?
Es que la acabas de describir. El uso de las drogas, en el momento que estamos representando, es el final del largo verano del amor, donde ya se ven los efectos negativos; los efectos que al principio se habían vendido, como que las drogas eran buenas para la creación, para relacionarte con los demás, claro, una vez pasa el tiempo, se empieza a ver su efecto negativo de enganche y de destrucción.
Y además, aparte de la falacia de las drogas, la falacia también de la revolución sexual en las mujeres, que también se vendía en la época hippie, cuando en la revolución sexual las mujeres acababan en las comunas limpiando, cuidando a los niños, cocinando y nada más. Y acostándose con cualquiera que se lo pidiera, porque en caso contrario era considerado de mal gusto, de no ser abierto, te gustara o no.
Ahí haces especial hincapié y también en el hecho de valorar a la mujer no como acompañante del hombre sino reivindicando el papel como creadora artística de su mujer, la artista Alfreda Benge –Alif–, que tiene una frase donde se queja del escaso papel de las mujeres en los grupos de rock.
Con ese diálogo lo que estamos haciendo es ver que en esa época, para las mujeres, no fue tal y como hoy en día pensamos que fue la época hippie, de libertad, de revolución sexual. Como te he dicho antes, acababan haciendo las mismas tareas, simplemente llevaban un atuendo diferente, de estampado y el pelo largo, y a lo mejor semidesnudas, pero en la realidad seguían haciendo lo mismo que sus madres.
También hablas de una situación de dicotomía en España, que con la dictadura de Franco, los artistas tenían cierta libertad…
Extranjeros, los artistas extranjeros
Claro, los artistas extranjeros…
Franco quería dar esa imagen de España como un país abierto, con lo cual se era mucho más permisivo con los extranjeros como se ve claramente en la película con la figura de los guardias civiles. Así como se era muy duro con los nacionales, a los extranjeros no se les podía tocar a no ser que se metieran en algo…
Entonces tenemos esta dicotomía que dices, unos artistas europeos que encontraron la libertad en un país con una dictadura militar. Eso también es bastante curioso y contradictorio. No sé si eran muy conscientes de eso…
¿Cómo fue el proceso de decidir qué tipo de técnica o técnicas de animación empleabas para trasladar todo esta temática que hemos hablado a las imágenes de la película?
Como es una película basada en un disco experimental, sabíamos que un porcentaje iba a ser bastante experimental. Normalmente las películas de animación suelen ser bastante rígidas. En base a un storyboard luego hay un proceso de producción muy mecánico. Sin embargo, esta película, no solo por ser de autora, sino por su carácter experimental, tenía que ser coherente con la música.
Nos dimos un margen en el que tampoco sabíamos al cien por cien cuál iba a ser el resultado final de la película, estaba claro que íbamos a utilizar para la mayor parte de la historia la rotoscopia, porque trabajar con actores y actrices te acelera el proceso de producción y con lo cual abarata costes, pero queríamos utilizar otros lenguajes diferentes de la animación para, por ejemplo, representar cuando ellos están bajo los efectos de las drogas o las proyecciones de Alif, que es cineasta experimental.
Entonces, digamos que yo tenía muy claro que era una película de autora y que tendría que haber un grado importante de experimentación y de analizar la película tal y como la teníamos, analizar qué es lo que funcionaba, qué es lo que no. O sea, el proceso creativo no ha sido todo desde la preproducción, sino ha tenido un punto orgánico importante también.
Has comentado que en esta técnica se emplean actores. ¿En algún momento te has planteado trasladar tus historias sin emplear la animación?
Pues mira, yo procedo del mundo de las bellas artes, más que del audiovisual, y para mí la animación es el arte en movimiento. Y más con sonido y la música, que son desde mi punto de vista los elementos más importantes. La animación te da posibilidades ilimitadas de representar, de ver, de contar; además, acudir a la ficción hubiera sido muchísimo más caro. La animación, para representar imágenes psicodélicas, es el medio ideal para representarlas, para ilustrarlas.
¿Tenías algún referente visual para la película?
Sí. Mati Klarwein, que era un artista que ilustró un montón de álbumes de esa época, que tiene un estilo que va entre surrealista y psicodélico, esa fue una fuente de inspiración. Hay una escena de la película inspirada en otra película que se llama La tortuga roja. Y hay muchas fuentes de inspiración, desde las imágenes de Alif, que están inspiradas en artistas de cine experimental, como José Val del Omar, como Jonas Mekas… Hay un montón de referencias visuales de todo tipo, cinematográficas, pictóricas, hasta fotográficas, de animación, etc.
Cuando se habla de la vida de Robert Wyatt, hay un punto de escisión que es su accidente, cuya consecuencia es que queda paralítico. Este hecho es importante y está marcado en la película con un montaje paralelo, pero la película se mueve en la época anterior y luego saltas con una elipsis al momento actual. ¿Te planteaste en algún momento un relato lineal?
En realidad es que el propio disco es el que te arrastra directamente a no hacer algo lineal. Aparte de que Robert Wyatt compuso ese álbum antes de su accidente, después del accidente vino la producción pero gran parte de la composición fue antes del accidente. Entonces es un poco representar también, aunque no sea una biopic, la importancia de su vida anterior al accidente, que era el momento de composición de Rock Bottom.
Y ya para terminar, las primeras noticias de la película son de 2018. ¿Es costoso llevar adelante una película de animación que no sea dirigida a un público infantil? ¿Qué dificultades hay para la producción de un filme de animación de adultos?
Digamos que por el momento, espero que cambie, pero por el momento es mucho más rentable hacer películas de animación para niños que para adultos. Entonces claro, levantar un proyecto de animación para adultos que no se entiende a la primera, sobre un guion con una estructura de flashbacks, no es un proyecto fácil. También hay que tener en cuenta que la música del álbum, de Rock Bottom, tampoco es una música fácil de escuchar al primer momento.
Por lo tanto, entiendo que haya sido complicado. En realidad han pasado diez años desde que el guion estaba hecho hasta que encontré productora. Es complicado por eso. Además es una película de autora, no es para todos los públicos, de ahí que es normal que los productores se echan para atrás. Pero bueno, encontré a Alba Sotorra, que le encantan los proyectos arriesgados realizados por mujeres y tuve esa suerte.
Escribe Luis Tormo