Jackie Brown (1997)

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Jackie, una heroína tarantiniana
Escribe Arantxa Bolaños de Miguel

Basada en el libro 'Rum Punch' (Elmore Leonard, 1992)Basada en el libro Rum Punch (Elmore Leonard, 1992), Jackie Brown comienza igual que termina: con un plano medio con la imagen de ella (Jackie) filmada en travelling -un plano ya mítico- desplazándose por una escalera mecánica de un aeropuerto y, como fondo, el tema central de la banda sonora (ese temazo de Bobby Womack llamado Across 110th Street). Pero, mientras al principio va hacia su trabajo con una expresión desencantada, al final es un viaje hacia una nueva vida, y la decepción y el desencanto ceden paso a una renovada esperanza. Entre medias de estos dos puntos, todo el desarrollo del filme, que gira en torno a ella, heroína tarantiniana.

El guión es perfecto y pulido, para ésta -la obra maestra de Tarantino- en la que ha cuidado hasta el más mínimo detalle: ritmo, banda sonora, personajes secundarios que incluyen una mentecata Melanie (Bridget Fonda) y un estupendo Max (Robert Foster), éste último como parte principal de la trama porque es el único personaje en el que confía Jackie (y el único en el que puede confiar). Los diálogos entre los dos son de los mejor del filme, pues revelan un amor verdadero entre dos personas íntegras, en un mundo rodeado de hienas -con ecos de La dama de Shanghai (1948)-.

Esta cinta supuso para el director de Pulp Fiction (1994) lo que Una historia verdadera (1999) fue para David Lynch: la prueba de que saben hacer cine clásico. Parece que Quentin Tarantino quiso decir a la crítica: bien, sé hacer una película clásica, pero me gusta hacer pastiche, mezcla (de géneros, de referencias, de ritmos…), cine arrítmico, ahistórico, violento, referencial, y por capítulos.

Parece que Quentin Tarantino quiso decir a la crítica: bien, sé hacer una película clásica

Así, de conformidad a su más puro estilo, destacan Pulp Fiction (1994), la saga Kill Bill (2003 y 2004) y Malditos bastardos (2009). Jackie Brown, además de ser una cinta clásica, da cuenta también -en la escena del supermercado- del llamado cine moderno, compuesto por varias historias y personajes en un mismo punto espacio-temporal, que ya comenzó Robert Altman en Vidas cruzadas (1993) y que le han seguido varios directores como A. González Iñárritu y el mismo Tarantino o, con menor éxito y destreza, Steven Soderberg.

El plan que planea ella como revancha es un plan perfecto en el que todo está calculado al milímetro Comienza presentándonos a los personajes, sus vidas y caracteres: primero nos presenta a Jackie Brown, la cual se encuentra, ninguneada y utilizada por todos, inmersa en un mundo de hombres ineptos, desde su jefe Ordell (Samuel L. Jackson), hasta el policía (Michael Keaton), pasando por el irascible (Robert de Niro).

Pero el plan que planea ella como revancha es un plan perfecto en el que todo está calculado al milímetro y el éxito depende de las reacciones previsibles de sus compañeros, y de su presuntuosidad e infravaloración hacia la propia Jackie. Es sagaz y sabe manejar a todos a la perfección, y ahora que se ve entre la espada y la pared, no va a dudar en hacer realidad su plan de supervivencia. Por supuesto, además del evidente feminismo de Tarantino, aquí vemos una reflexión sobre la fina línea que separa a la policía y a la delincuencia (de hecho utilizan los mismo métodos de extorsión).

Después nos presenta a su jefe Ordell, que es un superviviente sin escrúpulos, y a Robert de Niro y Bridget Fonda (dos personajes perdidos y abandonados por sus instintos más bajos). Más tarde al policía Michael Keaton, un apasionado por su profesión, y al fiador Robert Foster, un hombre solitario, que hace su trabajo rutinario, como ella, lo hace bien, pero está pensando en cambiar porque éste ya no les satisface.

Como siempre, Tarantino utiliza grandes intérpretes y casi todos están muy bien

Y es que esta película analiza los momentos que te da la vida para cambiar aquello con lo que no estás a gusto, pero parece que tenemos que estar en una encrucijada para tener el valor de luchar. Así, nos relata un entramado policíaco donde Jackie Brown, que se ve implicada en esta trama, una mujer harta de "portarse bien" porque su vida es el ejemplo de que así no se consigue nada en este falso sueño americano, y decide cambiar su destino en el momento justo, en el que no tiene nada que perder.

Y va a utilizar a los que le rodean por primera vez, ya que ella ha sido utilizada por los demás demasiado tiempo: es, por tanto, la historia de la pérdida de ingenuidad de una mujer en un mundo cruel que decide vengarse; pero es una venganza fría, premeditada. La ingenuidad, falta de inteligencia, y la sobrestimación de ambos bandos les provocarán su propia trampa, pues ella se aprovechará para entretejer su propia telaraña, con la ayuda indispensable de su fiel amigo y amante no consumado Max (Robert Foster).

Después de ésta, el realizador de Knoxville realizó otra cinta feminista con la venganza como hilo argumental: 'Kill Bill'Después de ésta, el realizador de Knoxville realizó otra cinta feminista con la venganza como hilo argumental en Kill Bill, pero tuvimos que esperar a la segunda entrega (Kill Bill, volumen 2) para poder ver realizada la represalia de "la novia" más cabreada de la historia del cine, y no sin razón, porque el tal Bill se cargó al que iba a ser su marido y a su hijo nonato el día de su boda.

Después vino Death Proof (2007), en la que una serie de independientes, alocadas y jóvenes vengativas, perpetran una salvaje venganza hacia un tipo psicótico y degenerado interpretado por Kurt Russell.

Más tarde, en Malditos bastardos (2009), la heroína será una judía francesa que se tomará su revancha personal ante el nazismo en una peculiar fábula anti-histórica sobre un utópico e irreal, pero a la vez extraordinario final de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, esta nueva cinta se puede ver, entre otras cosas, como una apología del feminismo, porque realiza una crítica de la falsa historia en la que un general se lleva las loas de un atentado falso hacia los más altos cargos del nazismo cuando en la realidad (cinematográfica, se entiende) fue una judía con ansias de venganza.

Este director feminista dedica esta cinta a su admirada Pam Grier, y al género de la blaxploitation, un género de serie Z para este director fetiche de los géneros denigrados por la más conservadora crítica cinematográfica. Esta semidiosa moderna es una mujer que lleva toda la vida luchando por hacerse un hueco entre los hombres, y se ha dado cuenta de que ni por la línea legal consigue nada (lleva toda la vida de azafata y no sólo no ha prosperado, sino que ahora está en la considerada "peor compañía del mundo"), pero por la ilegal tampoco, ya que ha sido delatada y ahora se encuentra en una encrucijada en la que se plantea sus convicciones y sus "deberes" dentro de la mafia.

Nos sorprende el armazón tan bien hilvanado del plan de esta mujer de armas tomar, de esta heroína shakespeareana que tiene a todos en contra y que se matarán unos a otros

Nos sorprende el armazón tan bien hilvanado del plan de esta mujer de armas tomar, de esta heroína shakespeareana que tiene a todos en contra y que se matarán unos a otros en una espiral de violencia, en la que sólo tiene una salida y éste es el momento. Y todo ello lo puede hacer porque cuenta con el fiador (Robert Foster), un hombre con el que empieza al momento a empatizar y a confiar y con el que vivirá una peculiar relación llena de amor  no materializado y de respeto de dos personas que viven un momento de transición y de replanteamiento de sus vidas.

La escena en la que se conocen ya preludia la relación estrecha que van a mantener de confianza mutua, pues es el único hombre en el que confiará Jackie, y el único personaje que estará a su altura (aunque al final nos defraude su cobardía ante el soñado cambio de vida y, sobre todo, ante la alternativa de huir con Jackie, de la que está enamorado). Pero la realidad se impone, ¿o son los miedos a vivir una vida auténtica lo que frena esta historia de amor?

Tarantino y Pam Grier durante el rodaje de 'Jackie Brown'