Efectos secundarios (Side effects, 2013)

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Pólvora mojada 

efectos-secundarios-1Emily, una joven cuyo marido acaba de salir de prisión, se ve golpeada por una fuerte depresión, lo que la obligará a acudir a un psiquiatra. Este le recetará un nuevo medicamento que parece estar teniendo muy buenos resultados en casos como el de Emily pero sus efectos secundarios afectarán seriamente a la vida de la joven.

Soderbergh inicia el recorrido con una muestra de lo que puede dar de sí la película, pero el listón parece estar demasiado elevado para el director que no llega ni a rozarlo a pesar de realizar varios saltos durante el trayecto que lo dejan cerca.

El desorden inicial nunca se endereza. Lo que guionista y director persiguen es descolocar al espectador para más tarde sorprenderlo con una resolución perfecta. Por desgracia, no logran sus metas, permaneciendo todo sin orden ni concierto desde el minuto uno hasta el final de la cinta.

La atención captada en los instantes iniciales queda sustituida por un “¡Dios mío!” con premura debido a la ridiculez de la trama. Mientras podíamos esperar un ataque contra la industria farmacéutica y sus más que dudosos estudios y pruebas de nuevos productos, Soderbergh prefiere quedarse en la periferia sin meterse de lleno en un terreno que podría haber dado mucho juego.

La película permanece alejada de todo, no se puede considerar un thriller puesto que no llega a serlo, ni una crítica porque tampoco investiga tanto como para considerarla amenazante, es simplemente una mezcla indefinida de todo. No se sigue la receta adecuada para llegar a un producto delicioso sino que se mezclan varias dando como resultado algo incomestible.

En vez de reflexionar sobre los sentimientos naturales y los provocados por los fármacos, de las reacciones positivas y adversas que estos provocan y los intereses pecuniarios que se levantan alrededor de las enfermedades humanas, la cinta se contenta con narrar la historia de Emily de un modo unidimensional, dejando de lado cualquier reflexión posible.

Efectos secundarios es tan extremadamente difusa que no podemos describir su contenido con claridad dado que no se decanta por nada. Se centra tanto en sorprender con su final que por el camino se deja los pasos básicos de un guión de cine.

El método narrativo del filme es confuso, el guionista elige una complejidad que no sabe desarrollar con coherencia, dejando al espectador huérfano en su dirección en demasiados momentos. El no seguir una narración lineal no hace sino dejar patente que no hay un guión, el puzle que se ha de componer es realmente simple y tras su resolución solamente podemos decir que tiene como resultado una figura simple.

La dirección sobria de Soderbergh tampoco ayuda a un filme que anhela calor, estando absolutamente exento de sentimientos. Hablando de emociones humanas es necesario que la atmósfera no sea aséptica, el ambiente habría de ser un personaje más que ayudara a los actores a provocar emociones. Rooney Mara se ve incapaz de crear un papel que debería tener gran carga emocional debido a un inodoro ambiente y no a falta de talento.

Lo que en un principio se perfila como un thriller con alto nivel de crítica a la industria farmacéutica no queda más que en un ensayo para engordar el ego de Soderbergh.

Escribe Sonia Molina

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