Inverosímil mejor que verosímil
En 1935 se estrenaba 39 escalones, una película de Alfred Hitchcock que formaba parte de la etapa británica del director. Con guión de Ian Hay y Charles Benett, 39 escalones es una adaptación libre de la novela Los treinta y nueve escalones (1915) escrita por John Buchan.
La película empieza con una secuencia donde se está celebrando un espectáculo de variedades en Londres, la cámara proyecta una serie de planos enfocando los pies del protagonista hasta colocar la cámara en el escenario. Cuando aparece en el escenario el señor Memoria, el hombre con más memoria del mundo, se produce un tumulto donde se oye un disparo. Richard Hannay (Robert Donat) y Annabella Smith se conocen de forma casual en el tumulto después de producirse el disparo.
Annabella pide ir a la casa de Richard y allí le cuenta que ella misma ha disparado el revólver para desviar la atención de unos espías. En ese preciso instante le cuenta a Hannay que es una agente británica contratada por los servicios secretos para proteger la revelación de un secreto que dejaría la seguridad de Inglaterra al descubierto siendo vulnerable con respecto a otras naciones.
En todo momento Annabella intenta tomar precauciones dentro de la casa ya que le persiguen los espías, más tarde aparece muerta y Richard Hannay se convierte en un presunto asesino. Annabella deja dos pistas para intentar localizar a la banda de espías: un mapa de Escocia y unas palabras, «los 39 escalones».
Con este argumento, Alfred Hitchcock, arma una historia de emoción, suspense, intriga, humor y amor.
Como ya hemos comentado, la película es una adaptación libre de la novela: aunque la base en la que se apoya Hitchcock es parecida, éste cambia algunos personajes y ciertas estructuras de la trama. Por ejemplo, el personaje de Annabella en la novela es un hombre, sin embargo el personaje principal, Richard, es el mismo.
La película no empieza igual que la novela: como no puede ser de otra forma, el maestro corta parte de la historia que considera que no es importante obviando información que es prescindible. Richard Hannay lleva tiempo en Londres aburrido. Antes había estado en Sudáfrica, no venía de Canadá como se expresa en la película.
Otro aspecto fundamental donde existen diferencias entre la novela y la película es la trama. En la novela el espía que trabaja para los servicios secretos ingleses le cuenta a Richard una historia sobre una posible guerra entre Alemania, Rusia e Inglaterra. Hitchcock cambia la trama dando más dinamismo e intriga a la historia, provocando una mayor atención del espectador con el pretexto de proteger el secreto mejor guardado.
En el filme los 39 escalones hacen referencia a una organización clandestina organizada para recabar la información sobre el secreto de estado, mientras que en el libro y en las otras versiones cinematográficas los 39 escalones son escalones físicos localizados en diferentes lugares con diferentes significados.
Existen dos historias de amor en la película que no aparecen en la novela, o más bien una historia de amor y un encuentro donde el deseo se apodera a través de un cruce de miradas. La gran escena del tren donde se encuentran Richard y Pamela (Madeleine Carroll) es premonitoria sobre el devenir de estos dos personajes durante el metraje. Y otra escena donde la relación avanza se produce en el hotel, cuando están encadenados con las esposas.
El otro encuentro se produce entre medias de esta historia de amor. Richard, en su huida en busca de los 39 escalones, se encuentra en mitad del camino con una casa donde puede descansar y esconderse. La mujer del propietario de la casa hierve de deseo al verle e incluso le ayuda a escapar sabiendo que está siendo perseguido por la policía.
Este añadido, la historia de amor y su imaginación sobre el universo femenino, ha sido fundamental en el cine de Hitchcock, siempre ensalzando a las chicas rubias vestidas elegantemente. Se debe al imaginario del director, a su forma de entender el amor y la elegancia que manifestaba hacia las mujeres mostrando en sus películas una estética peculiar, una forma de expresar su idealización por una determinada mujer, siempre con el vestuario como pieza fundamental.
Hitchcock se distinguía de otros directores de su época por su forma única de crear historias, utilizando para ello una serie de elementos como la intriga y el suspense dentro de una estructura narrativa muy imaginativa, acompañada de un ritmo frenético que no permite pestañear al espectador.
En 39 escalones, Hitchcock utiliza algunos aspectos de la novela para poner en marcha un proceso imaginativo. Las historias de Hitchcock eran fundamentalmente inverosímiles, pretende interactuar y agudizar el ingenio del espectador.
El director siempre ha expresado que intentaba crear tramas inverosímiles mostrándose en contra de las verosímiles. Según su criterio, estas historias de ficción no gustaban a los críticos porque la mente se acomoda en el realismo. Siempre dijo que la creación de una historia realista era muy fácil.
La estructura de 39 escalones se divide en distintos episodios temáticos que podrían convertirse en una serie de televisión desarrollando en profundidad cada uno de ellos. También, cada episodio, podría convertirse, según el desarrollo, en otra película del propio Hitchcock. Un ejemplo claro de lo comentado es la película Con la muerte en los talones, una especie de continuación de 39 escalones, con una estructura parecida, y con la repetición de algunos planos, como la aparición del tren.
El plano de la avioneta que aparece en Con la muerte en los talones podría ser una influencia de Los 39 escalones. En la novela, Hannay, en un momento concreto, está vigilado por vía aérea en campo abierto bajando como un halcón hacia el objetivo. Se aprecia en este detalle una influencia clara que demuestra cómo desarrollaba las historias Hitchcock durante toda su filmografía.
Hitch creó su propio estilo debido en gran parte a la imaginación y la manipulación de la realidad. También creó su propio estilo en su forma de rodar, con planos magistrales que se convertían en un lenguaje eminentemente visual.
Durante su etapa británica ya apuntaba maneras. En 39 escalones, su película número 17, se observa un dominio portentoso del claroscuro. Los planos donde aparecen los pies de los personajes sin revelar el rostro de los mismos y un gusto exquisito por la arquitectura, como se puede apreciar en el plano del puente, indican el futuro de Hitchcock en séptimo arte hasta su llegada a Hollywood.
39 escalones también es una película de aventuras con sentido del humor, desde que aparece el señor Memoria hasta que Richard emprende su huida. La película está en línea con la novela si hacemos hincapié en el género de aventuras. Las escenas del tren con destino a Escocia muestran un ritmo trepidante, con planos maravillosos durante la persecución. Es buen momento para recordar aquella frase de Hitchcock que decía «La belleza de las imágenes está en la acción».
Los personajes se desarrollan durante el viaje que emprende el protagonista en busca de la verdad, en su particular huida donde la acción derivada de dicho viaje permite a Hitchcock desnudar la personalidad de cada uno de ellos. De hecho Richard Hannay no es nadie, es un falso culpable en una situación límite. El director no describe al personaje principal, no sabemos quién es en realidad. El personaje se crea según las circunstancias o las aventuras y desventuras vividas durante su viaje. Hitch convierte un personaje en varios personajes a la vez, según las circunstancias, haciendo un paralelismo con la vida real donde interpretamos distintos papeles también bajo unas circunstancias concretas.
Para conseguir tales objetivos, el desdoblamiento de personalidad de los personajes, Hitchcock se las ingeniaba para sacar el máximo rendimiento a los actores con provocaciones a través de escenas estresantes. Principalmente lo hacía con las mujeres y en 39 escalones con Madeleine Carroll, llegando casi al maltrato con bromas pesadas que no tenían otro fin que la provocación. «Nada me gusta más que desnudarlas de su refinamiento y de su feminidad», dijo Hitchcock cuando término el rodaje de 39 escalones.
La historia de los espías desvía la atención del espectador a la vez que despierta la curiosidad del mismo. Hitchcock utiliza el famoso MacGuffin, el non-point que Angus MacPhail, supervisor y editor de guiones de la Gaumont, bautizó como tal siendo esta técnica esencial en el cine de Hitchcock. En 39 escalones se consolida el MacGuffin como la base principal de la estructura narrativa en la dirección de películas de Alfred Hitchcock, aunque ya estaba implícito de forma experimental en su anterior película El hombre que sabía demasiado.
39 escalones es una historia que busca una relación entre el conocimiento y la pérdida de seguridad donde se muestra una personalidad débil de los personajes derivando en distintas interpretaciones.
El MacGuffin, el falso culpable, la rubia, los trenes, la tensión sexual, los abismos, los villanos sofisticados y el humor negro son los ingredientes de una película llamada 39 escalones.
Escribe Marcos Sáez