Las brujas de Zugarramurdi (2013), de Álex de la Iglesia

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El director y su obra

las-brujas-de-zugarramurdi-20En 2013, Alex de la Iglesia dirigió Las brujas de Zugarramurdi cuyo guion escribió junto a su colaborador habitual Jorge Guerricaechevarria, tomando como base para ello un ensayo de Mikel Azurmendi. La obra versa sobre un juicio en el cual la Inquisición condenó a la hoguera a treinta y nueve mujeres de Zugarramurdi que fueron acusadas de brujería en los albores del siglo XVII.

Una leyenda negra que inspiró a Alex de la Iglesia para traerla al siglo XXI en forma de comedia negra.

El argumento

Jose y Tony dos desempleados que, sin visos de superar su precaria situación económica y laboral, atracan con su peculiar «banda» de artistas callejeros una casa de empeño en Sol.

En su huida secuestran a dos hombres, uno de ellos, Manuel, es el taxista el cual es obligado a llevarlos en su taxi hasta la frontera. El otro secuestrado es el cliente que se hallaba dentro del taxi.

Durante este periplo deben pasar por Zugarramurdi, donde el género de thriller policiaco torna al de terror. Pues este grupo de cinco varones, entre los que está el hijo pequeño de Jose, es secuestrado por un grupo de brujas que pretenden cenarlos en su noche de aquelarre. El efecto de suspense se crea en que el espectador sí conoce la naturaleza de las mujeres ante las que los protagonistas, ignorantes de ello, se encuentran.

Las bases del esperpento

De la Iglesia revoluciona en su revisión los roles tradicionales de una leyenda de brujas y del esperpento español, el cual es una de las claves de su obra general y sobresaliente en este caso en particular.

El máximo representante del esperpento es Valle Inclán, siendo él mismo quien utilizó esa palabra para calificar sus propias obras. En ellas abundan la deformación expresionista de una realidad, habitada por figuras grotescas y distorsionadas.

En el esperpento lo trágico y lo burlesco se mezclan en una sociedad que también se muestra bajo un foco de deformación expresionista, reflejada bajo una óptica ácida y crítica, tal como se muestra en los primeros minutos de la película, donde en una calle caótica todo tipo de seres tienen cabida, desde una predicadora que culpabiliza a las mujeres de todos los males hasta el atraco en sí con su posterior huida.

La estética expresionista

La estética expresionista deformante llega a su punto álgido en la conclusión de la película, en el aquelarre. Lo grotesco de las imágenes que Álex de la Iglesia realiza entronca directamente con otro de los grandes artistas patrios, Goya, pintor cumbre de esas deformaciones de la realidad como medio de expresión para realizar una crítica social, y a quien el propio Valle Inclán atribuyó los orígenes del esperpento.

Tres artes  —pintura, literatura y cine— están vinculadas en una sola obra, todo para realizar una bien entrelazada crítica social mediante el esperpento y el expresionismo. Los héroes se embarcan en un atraco por ser personajes socialmente excluidos, que no han encontrado otra solución.

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Roadmovie

El género road-movie también está presente en la película. Unos personajes marginales que en una huida desesperada por la carretera hallan un punto de compañerismo y unión en común, siendo característico del género que los protagonistas, habitualmente, sean hombres. La carretera se convierte en su punto de unión y de huida, tanto de la policía como de sus problemas.

El compañerismo característico del género es representado de manera drástica al convertir al propio taxista secuestrado en uno de sus aliados, uniéndose a su causa y huyendo con ellos.

Los protagonistas son unos outsiders, unos fuera de la ley, a quienes todo les sale mal, mostrando las desdichas en clave de humor negro característico del director, y que lleva al espectador a empatizar con ellos y sus desventuras. Sus antagonistas son las mujeres, las verdaderamente malvadas son unas brujas que se alimentan de ellos y no en sentido figurado.

Es un peculiar descenso a un infierno gobernado por mujeres.

Las brujas y sus representaciones

Las brujas están representadas en un papel tradicional como mujeres despiadadas, habitualmente viejas y feas, a excepción de una de ellas que adopta el arquetipo de peligrosa seductora.

Generalmente, en contacto con el demonio o sus malas artes, tienen la capacidad de volar y leer el futuro en las cartas, como en esta ocasión, asimismo realizan pócimas mágicas en su caldero. Todos estos estereotipos se presentan desde que abre la obra planteando que serán ellas el mayor obstáculo al cual se enfrentarán los protagonistas.

Una tipificación clásica que se halla en el género del terror, al cual se adscribe esta película.

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El terror

Es el género que más caracteriza a Álex de la Iglesia. Con él recurre a una de las emociones primarias de las personas: el miedo. Sentimiento que se despierta a lo que se siente como una amenaza, a lo desconocido, a seres malignos, mágicos, a los que están fuera de las leyes naturales, asesinos con enfermedades psíquicas y/o físicas, con algún tipo de defecto mental, físico o con poderes sobrenaturales, todo ello entra dentro de los márgenes del terror y sus recursos.

Dentro del ámbito de esos personajes mentalmente enfermos se halla el origen del expresionismo cinematográfico, como si el mundo fuese visto a través de la mirada de un loco, los decorados distorsionados, la oscuridad, las sombras pronunciadas, son algunas de las características de esta estética que sirve en numerosas ocasiones al terror.

Pese a todo lo terrorífico que se presenta ante los ojos del espectador, el tono en el cual está narrado es de comedia negra. Sin olvidar una estética preciosista y muy elaborada que convierten la obra de Álex de la Iglesia en una película con múltiples lecturas y ángulos en los cuales investigar sobre la estética y el arte del cual bebe.

Escribe María González

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