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EN LA BOCA DE CARPENTERPor Israel L. Pérez
Aún no lo has leído.” Absurda,
extraña o evidente, como quiera considerarse, esta forma de comenzar un artículo;
no así si se trata del inicio de una película de John Carpenter, en la que
cualquier cosa es posible. Trent (Sam Neill) recién encerrado en un manicomio
recibe la visita de una fantasmagórica figura que le dedica la frase;
efectivamente no provoca nada de lo anterior, sino una gran inquietud. Al ver a
Trent, enfermo mental, recluido afirmando que “todo
se hunde en el exterior” podemos
extraer una de las constantes en el cine de Carpenter, que lo importante son los
interiores, y a ser posible con un grupo de personas encerradas con reducidas vías
de escape. Véase, el aislamiento en la Estrella oscura localizando y destruyendo planetas; la claustrofobia
y el miedo por la presencia de La cosa; o la angustiosa estancia en la iglesia por la llegada de El
príncipe de las tinieblas. Si “todo lo que vemos o percibimos es solo un sueño dentro de un sueño” -cita de Edgar Allan Poe, al principio de La niebla- exterior o interior no es el binomio al que atenerse, sino realidad y ficción. Para ello En la boca del miedo es el máximo exponente, un juego en el que “lo real es lo que creemos que es real. Cordura y locura podrían fácilmente intercambiarse si los locos fueran mayoría” –dice Stiles mientras acompaña a Trent buscando el ¿imaginario Hobbe’s End?-. En tanto que los lectores de Sutter Cane “sufren desorientación, pérdidas de memoria y serias reacciones paranoicas” y nosotros asistimos a la materialización de sus textos, hemos de preguntarnos en que lugar nos encontramos y como: ¿realmente cuerdos en una ficción o fantásticamente locos en una realidad?. Lo único cierto en medio de esta complejidad es que estamos a merced de su creador, en una obra que unifica su retorcido manipulador universo para hacernos conscientes de que estamos en la boca de Carpenter.
En la boca de Carpenter, cualquier ciudad, digamos Nueva York o Los Ángeles puede convertirse en una prisión. En la boca de Carpenter nos pueden atacar unas sombras asesinas o los espíritus de unos leprosos. En la boca de Carpenter nos desmembra una cosa, nos controlan unos niños, nos atropella un coche, nos descuartizan unos vampiros… En nuestra boca, John Carpenter podría ser…¿Joan Fuster? O lo que él quiera.
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