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Como todos los meses, una vez más os invitamos a mandarnos vuestra correspondencia, bien con comentarios de películas, bien con sugerencias o para preguntar aquel dato que hasta hoy no os habíais atrevido a preguntar a nadie. Os contestarán Mr. Arkadin y el Señor Kaplan. Este mes todas las cartas las responde Arkadin, el otro espía sigue sin dar señales de vida.

Ulises Buenaventura

           No trates de convencerme. Me da igual lo que opines. No me interesa, ni me hace tilín el cine de los hermanos Coen. Me gustan algunas ideas de sus filmes (la de Barton Fink), el sentido rompedor de sus vaivenes o la calidad de algunos de sus títulos muy concreto (en especial Fargo). Me carga su sentido de niños sabelotodos, de creerse innovadores “per ser” o simplemente de repetir esquemas (¿copias?) de otros filmes. Y me cargan porque van de divos por las pantallas de numerosos países. ¿Qué decir de su último filme? Le pasa lo que a los dirigidos con anterioridad: buenas intenciones, un planteamiento (pretendidamente) crítico sobre la sociedad y el entorno. Lo que ocurre es que la original idea original se estanca. Y así no se llega a muchos sitios. Piensa en ese Cloney -¡gran actor!- repitiendo su identificación con Gable en la más que discutible (y poco graciosa) O brother!. En un sitio leí algo sobre –decían- el genial comienzo. Comentaba el crítico (¿)  la enorme gracia del comienzo: los fugados aparecen en un trigal escapando de una prisión donde todos (excepto ellos) son negros. O sea que la gracia (parece ser) es que ellos no lo son..La verdad es que uno no la ve por parte alguna, pero hay gustos para todo. "La comunidad", un puro disparate

 Carmen Triguero

             Pues tampoco la verdad... La comunidad es una película vulgar, vulgar, que ha calado en los espectadores. ¿Qué el argumento es crítico? Nadie lo pone en duda, aunque su crítica venga por línea directa del cine de Hitchcock, hoy presente en las carteleras en más de un título comercial (pienso en la tontorrona Lo que la verdad esconde, de Zemeckis), pero claro el gordo –y estupendo- director es inimitable.  La “peli” de De la iglesia (y no digo nada de la de Zemeckis) es un puro disparate sin sentido, alargada hasta la saciedad. Todo termina como el “rosario de la aurora” porque el director no sabe como terminar el barullo en el que se ha metido. Un chiste aquí, otro allá, distanciados en una narración que está paralizada desde el principio. Idea y punto. Esto no es cine. Escenario único, vuelta a repetir la situación y vuelta a la vuelta y el espectador admitiendo las tonterías (¡vaya con la escena del asesinato-muerte del ascensor!) que se acumulan una tras otra. Personajes y situaciones tópicos. El personaje principal, Carmen Maura, tampoco está demasiado bien trazado. Se esfuma a las primeras de cambio. ¿Su interpretación? Nunca me ha gustado Maura. Me parece que siempre se repite. Su mejor papel fue en Lisboa de Antonio Hernández. Aquí es un estereotipo, que parece hacer lo que le dicen. Coge, por ejemplo, la secuencia de su nerviosismo cuando descubre los millones bajo sus pies, y comprenderás lo que digo. Su nerviosismo es forzado tan forzado como el de Sorvino en Lulú en el puente cuando abría –y le costaba- el envoltorio de un disco. Son momentos de esos en los que el “dire” está diciendo haz esto y aquello. Y el resultado es muy forzado. Para que nada falte en la asumida copia de Hitchcock el comienzo –y el desarrollo- se mece con melodías estilo Herrmann, mientras que los letreros de crédito nacen de una mezcolanza de los créditos de Bass para títulos como Psicosis o Vértigo

  Luis Picazo

                 Preguntas mii opinión sobre el cine español de este año. Mi respuesta es bastante pesimista. He perdido la cuenta de los títulos estrenados, de aquellos –horribles- defendidos por la crítica sin saber la razón (¡y luego haban del chauvinismo francés!), de los títulos ignorados por el público y de unas decenas que nunca llegarán a estrenarse. Ningún título pasará a la historia del cine. Sí pasarán (a la de nuestro cine) los torpes guiones, las críticas (¿) interesadas y las pretendidas buenas ideas. Nada de eso tiene que ver con el cine. Eso sería hablar de... y no el ser...¿Qué nos pasa? ¿Acaso nos nubla la vista, y nos seca el cerebro, la visión de tanta inútil serie televisiva? No está nada claro. Puedo tratar de pasar por alto –y dolerme por el dinero gastado en “tamaños” proyectos- muchos pobres, repetidos y torpes películas. Lo que no puedo es dejarme deslumbrar por la falsedad y la torpeza de unos guiones –y realizaciones- falsamente comprometidas y de tan escaso valor que hacen bueno cualquier cine nuestro del ayer. Por ejemplo ciertos títulos actuales muy (en apariencia) sociales, muy políticos nos hacen añorar las producciones de, pongo por caso, Bardem. Prefiero sus sermones a los que aparecen en títulos como Sé quien eres (versión política e infumable del Recuerda hitchcockiano) o Las razones de mis amigos donde existen secuencias torponas, bochornosas por su planteamiento y resolución (sin ir más lejos esa de la que habla nuestro dire en la crítica que aparece en este número: la “lucha social” en el lago). Pero ¿cómo aceptar estos títulos, su carencia fílmica, su ausencia de lógica narrativa? Algo que parece no importar a críticos y espectadores. Pues bien no hay defensa posible en unos guiones torpes (¿cómo admitir los comienzos de los filmes de Herrero y Ferreira? ¿Cómo es posible que se regale ese dinero en “las razones” o que la psiquiatra abandone el –tenebroso- psiquiátrico en esa obra de si se sabe quién? ¿Qué se habla de cosas importantes? Pero, realmente ¿se utiliza el cine? Mira,  Solas decía cosas y las decía bien, pero esos títulos... Cualquiera de ellos los clasificaría como de los peorcito del año, por eso, por sus pretensiones. ¿Y el mejor filme español del año? Hay tres que por diversos motivos me han interesado. Son –y por orden de estreno- Goya en Burdeos donde Saura, al menos, sigue tratando de investigar en el lenguaje cinematográfico El bola donde Mañas da una lección de sencillez y (You're the one) Una historia de entonces, el que para mi es el mejor filme de Garci. Entre otras cosas es una película muy profesional con grandes –y torpes también- secuencias y que al menos se deja “oír” cosa que no ocurre en otras películas españolas. El problema de esta película de Garci –si tuviera que citar un único título probablemente me quedaría con este- es que hay gente (al caerle mal su persona) que no lo admite en nombre de su sensiblería, Bueno, pues, ese tono aquí funciona y sabe (el director) salir airoso de momentos muy peligrosos (torpezas –esos guiones, esos guiones- incluidas como la aparición final del compañero de celda del marido de la protagonista). No ganará, por muchas razones, el Oscar, pero.... es el filme español que más cine destila.

 Luis Alcobendas

            No, nunca me ha parecido que Ripstein sea uno de los grandes del cine. Lo que mejor le funcionan son sus grandes folletones. Por eso quizás admiro La mujer del puerto. Sin embargo no entro para nada en Profundo carmesí y  no digamos nada de ese (falso) homenaje (disparatado y ridículo filme) a Buñuel que es esa corte milagrera de uno de sus últimos títulos. Los ripstenianos (pueden ser tan entusiastas defensores de su obra como los almodovarianos, iglesianos y cia.) han sacado el incensario para proclamar las excelencias de La perdición de los hombres, una obra que deja mucho que desear y que nada aporta en la defensa del realizador mexicano. ¿Razones –y no de amigos, ni de enemigos? Muy simples: todo se adecua un sentido comercial. Ripstein hace años rodó un corto para Canal Plus. Como comprendió que eso no vendía demasiado, decidió rellenar la cosa con un largo prólogo y un no menos largo epílogo. Conclusión, su genio comercial, dio luz –junto a su mujer- a  esta cosa que hace babear a tantos ingenuos espectadores y críticos destinados (interesadamente en la mayoría de los casos) a elevar a la categoría de dios a Arturito. No sólo es eso ya que se trata (como otros tratan de aplicarle el título a Saura o Almodóvar) de considerarle el sucesor-hijo de don Luis. Y eso porque estuvo con él en algunos rodajes, y además por ser mexicano. Todo eso no le convierte en sucesor del gran maestro, tan sólo muestra lo mal que se sigue entendiendo el cine del buen aragonés.

 Patricia Escalante

 "El camino a casa", una obra maestra.           Triste espectáculo el de ciertas revistas de cine (¿), que parecen jugar al despiste. Sí, he leído esa publicación que ataca furibundamente títulos como El camino a casa o Bailar en la oscuridad al tiempo que defendía otros filmes bastante indefendibles. Pero es que esas críticas, y otras, son todo menos análisis. Son un cúmulo de despropósitos donde sólo se descalifica el producto con frases que podían servir para cualquier otro título. Es decir, no hay ninguna referencia directa ni a la película ni al estudio de determinadas secuencias. No hace mucho, por ejemplo, leía en una cartelera un ejemplo maravilloso de crítica. Se hablaba (al parecer) de Dinosaurios y no se decía ni una sola palabra identificadora de tal filme. Para escribir la crítica de otro filme bastaba con eliminar donde se decía Dinosaurio y poner cualquier otro título. Por cierto, si has visto Dinosaurio te habrás dado cuenta que es como una película de aventuras cualquiera, que lo mismo da por un roto (un western itinerante) que para un descosido (la Biblia y la búsqueda de la tierra prometida al estilo de El príncipe de Egipto). Lo sorprendente es que, tratándose de una obra de la factoría Disney, no exista una sola canción. Se ha escrito mucho sobre el hecho de que uno de los guionistas lo fue también de la magnífica Grupo salvaje de Peckinpah.

 Cándida López

          Últimamente se publican libros de cine para dar y tomar. No se da abasto. Son de análisis de películas, estudios de directores, temas, géneros... Hasta nuestro “dire” acaba de publicar otro (uno más de los suyos) libro. Se trata de un enfoque novedoso de El crepúsculo de los dioses de Wilder, pero nos negamos a  decir algo más. Nuestra modestia nos obliga a hacer propaganda de nosotros mismos, así que si quieres acercarte al libro sólo decimos que está publicado en la colección películas de Paidós. Y punto... Lo que quería decir es otra cosa referente a estos libros que se publican a troche y moche, y que hace referencia a la falta de profesionalidad de los escribientes o los traductores. Lo malo es que algunos amigos (las razones de...) de la editorial o del escritor no se atreven a hablar de los errores que allí se encuentran. Por ejemplo hace años una personalidad como Román Gubern dejó caer (o le dejaron caer) en su “Historia del cine” un falso (y divertido) argumento de Alemania año cero que no ha sido aun (en no se qué nueva, y actual, edición)  rectificado. Pues bien en un interesante libro publicado, como quien dice, ayer mismo, “Thrillers” se puede leer un error de bulto (y ningún crítico ha dicho nada). Nada menos se dice que Hitchcock (en el final de los treinta y comienzos de los cuarenta) hizo cine de espías para desembocar luego en títulos de autores como Eric Ambler y Graham Greene. Del primero, se dice, que hizo Estambul (como se sabe es de Foster-Welles) y del segundo nada menos que Ministerio del miedo de la que se puede leer (al menos en la edición española) que tiene una atmósfera muy a lo Lang. ¡Y tanto! También sería que Lang (de él es la película citada) no hiciera sus propias películas con atmósfera propia. ¡Vaya despiste! Para la antología del disparate,

 Santiago Sesera

            Pues sí, últimamente hay películas que tratan de mostrar que las cosas no son como parecen (y no sólo como ocurre con el personaje de Harry/Sergio en Harry, un amigo que os quiere) y menos los personajes que nos parecen así porque en realidad son asao. O sea que no hay que dejarse influir por las circunstancias o por los primeros golpes de vista. Es lo que ocurre en El bola o (en otro sentido) en la indicada Harry un amigo que os quiere. Y no son los únicos casos. La película de Harry, que parece te ha gustado, me parece muy interesante. Un filme que tiene mucho cine, más que el qué pueda parecer. Una mezcla de Chabrol y Patricia Highsmith con apuntes a lo Hitchcock. Personalmente la prefiero a esa Para todos los gustos que tantas adhesiones está teniendo. No, no comparto el entusiasmo por el primer filme dirigido por la guionista de Se conoce la canción. Su debut es, en idea (temas musicales incluidos), muy parecido al existente en Resnais, pero éste es un maestro y ella una principiante, que confunde un buen guión con una buena película. Demasiado parloteo (mezcla de Allen y Rohmer), ignorancia del valor de la elipsis y poco fuerza para potenciar a personajes secundarios. Eso si, hay un gran guión... Veremos si las próximas películas de esta nueva directora elevan el vuelo... De momento sólo se apuntan posibilidades.

 Alex Esteso

"Granujas de medio pelo": lo último de Woody Allen         ¿Qué no te ha gustado el último Allen y prefieres Los padres de ella? Mejor para ti, pero ese no es mi caso. Me parece que (¡el titulito se las trae!) Granujas de medio pelo es realmente divertida. Sin dudarlo es bastante mejor que los frustrados (a pesar de esa maravillosa escena de amor en la casa de Penn entre éste y la mudita) Acordes y desacuerdos, y también con un sentido crítico admirable. La otra, los padres esos, pudo ser una obra maestra, una gran película, pero no lo es porque se queda a medias, cuenta con demasiadas horteradas (¡el nombrecito del protagonista!) fiel tributo de su realizador a sus anteriores Austin Powers. ¿Te imaginas lo que un Hawks hubiera dado de si con semejante historia? De todas maneras es divertida y cuenta con un De Niro sublime en su papel cómico. Hace años ya lo intentó (pero no lo consiguió) en aquella cosa de Jordan, remake de No somos ángeles, pero allí sobreactuaba (en Una terapia peligrosa estaba muy bien). Ahora parece dispuesto a mostrarse –en su esplendorosa madurez actoral- como un gran cómico. De Niro es, sin duda, un excelente actor con multitud de registros.

 
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